
Los principales selectivos de EEUU han logrado cerrar con cierta sensación de alivio tras una jornada de fuertes pérdidas. Y es que el final de la jornada el Dow Jones de Industriales ha logrado aguantar el tipo y ha cerrado con un descenso del 1,58% hasta los 17.149 puntos. Este cierre se ha producido a pesar de que la renta variable estadounidense marcó su peor comienzo de año en los últimos 84 ejercicios. Por su parte, el Nasdaq ha caído un 2,09% hasta los 4.903 puntos y el S&P 500 un 1,51% hasta los 2.013 enteros. Las Bolsas de EEUU han logrado soportar mejor que las europeas el desplome de las plazas asiáticas.
EEUU se ha sumado así a la oleada de ventas en las bolsas internacionales arrastradas por los malos datos de la actividad industrial de China, que fueron recibidos por las bolsas locales con caídas de hasta un 7% antes de suspenderse la sesión.
Sin embargo, aunque en el intradía los principales selectivos de EEUU cedían hasta colocarse por debajo de sus soportes clave, poco antes de concluir la sesión se dieron la vuelta hasta cerrar por encima.
Dichos niveles están situados en los 17.100/17.000 del Dow Jones, los 2.000 puntos del S&P 500 y los 4.475 del Nasdaq 100. Según Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader, "aunque la situación a largo plazo sigue siendo alcista, con lo visto a corto hay que reaccionar y es por ello que la exposición a bolsa se reduzca en 10 puntos".
Y es que el experto asegura que "aunque todavía no ha tomado cuerpo, podríamos estar a las puertas de un derrumbe". Y concluye con que "esta reducción es la reacción ante una señal de debilidad inesperada en el mercado".
Hay que esperar
Para que se aleje el riesgo bajista es imprescindible que exista un contragolpe alcista que consiga cerrar de forma generalizada los huecos que los índices han abierto hoy a la baja. Aunque finalmente se han respetado los soportes principales, sería positivo que en la sesión de mañana los índices de EEUU se alejasen de esas cotas.
Los datos macroeconómicos conocidos durante la jornada tampoco invitan al optimismo. Por un lado, el gasto en construcción registró en noviembre su primer descenso en casi un año y por otro, la actividad manufacturera ha permanecido en diciembre en mínimos de junio de 2009.