Los selectivos estadounidenses cerraron el martes con subidas rotundas, superando así las dudas de las jornadas anteriores. El Dow subió un 0,65% hasta los 17.907 enteros, y el S&P 500 ascendió un 0,57% hasta los 2.096. Por lo que respecta al Nasdaq 100, la subida fue del 0,52% y cierra en 4.446 puntos.
Después de un arranque indeciso, en el que los tres indicadores se situaron en negativo, los operadores en el parqué neoyorquino optaron por las compras a la espera de la conclusión mañana de la reunión de dos días de la Reserva Federal.
No se prevé que el banco central aporte mañana muchas novedades sobre el calendario para la subida de los tipos de interés pero los mercados esperan con expectación la rueda de prensa que ofrecerá la presidenta de la Fed, Janet Yellen, en busca de matices.
El otro gran tema de la jornada fue la crisis griega, que sigue sin dar un respiro a los mercados después de que el fin de semana pasado se interrumpieran las negociaciones entre el Gobierno de Atenas y los acreedores.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, emplazó hoy a los acreedores a decidir si lo que quieren es "poner de rodillas" un país o "asegurar el futuro de Europa" y volvió a insistir en que su Gobierno sigue dispuesto a llegar a un acuerdo.
En respuesta, la Comisión Europea (CE) subrayó que se mantiene abierta las 24 horas del día, toda la semana, pendiente del desarrollo de los acontecimientos, y señaló que está preparada para analizar cualquier nueva propuesta de Atenas.
Mientra, en clave interna quedó en segundo plano un dato mediocre sobre el mercado inmobiliario: la construcción de viviendas nuevas cayó un 11,1% en mayo, la reducción más abultada desde 2007, cuando comenzaron los primeros coletazos de la crisis inmobiliaria.
Al final de la sesión todos los sectores cerraron en positivo, entre los que destacaron el tecnológico (0,51%), el sanitario (0,42%), el financiero (0,40%), el energético (0,24%), el industrial (0,12%) o el de materias primas (0,10%).
Al cierre de los mercados bursátiles, el petróleo de Texas subía a 60 dólares, el oro cedía a 1.182 dólares la onza, la rentabilidad de la deuda pública a diez años cedía al 2,312% y el dólar ganaba terreno al euro, que se cambiaba a 1,125 dólares.