
Apocalypse Now retrataba la locura de una guerra sin sentido y hoy el eco de aquel título resuena en un mercado que navega a toda máquina hacia un iceberg invisible bajo la superficie, como aquel Titanic que parecía indestructible hasta que chocó contra la realidad. El Nasdaq 100 ha pasado de los 16.500 a los 24.000 puntos desde abril, un rally vertical del 44% que ha convertido la sobrecompra en paisaje habitual. La música no ha dejado de sonar en cubierta, pero cada milla adicional aumenta la tensión en la cuerda.
El guion que vengo repitiendo desde que se superó el techo de DeepSeek, la inteligencia artificial china que marcó un hito en este ciclo, es que Wall Street podía estirar este desmadre hasta los 24.500 puntos. Esa es la última frontera ya que por ahí discurre la directriz que surge de unir los máximos de julio y de diciembre del año pasado. Alcanzar esa resistencia creciente, que pasa ahora mismo por los 24.500–24.800 puntos, todavía no sería tocar el iceberg. Pero todo lo que sea ir más allá de esa cota sería un exceso absoluto, un éxtasis que acabaría en un choque terrible.
Personalmente, casi prefiero que el barco reduzca máquinas antes de embestir el hielo. Una corrección ahora de los mercados, sin exceso, abriría una de esas oportunidades magníficas para sembrar bolsa este año. Hasta entonces, sigo fuera de nuevas compras. Solo cuando el Nasdaq regrese al hueco abierto en abril entre los 20.000 y los 20.800 puntos, lo que supondría un ajuste del 15% desde niveles actuales, consideraré que el mercado vuelve a ofrecer el billete adecuado para embarcar de nuevo.

Este lado del Atlántico tampoco es ajeno al peligro. Los 15.444 puntos han sido el techo del rally nacido en abril en el Ibex 35 y el origen de una corrección que, lejos de ser una amenaza, podría convertirse en una magnífica oportunidad para subirse a la bolsa española.
Para ello el selectivo español debería retroceder entre un 8 y un 10% desde su último pico, lo que situaría al índice en la zona de los 14.000–13.740 puntos, que coinciden con los mínimos de junio y con el ajuste del 38,2% de Fibonacci de toda la subida. Sería la sexta corrección dentro de la tendencia alcista que comenzó en los mínimos de octubre de 2022, y todas las anteriores se han desarrollado en rangos similares. Salvo un cambio estructural más profundo, todo apunta a que entre los 13.740 y los 14.000 puntos podría aparecer una nueva ventana de compra.
En Europa, el EuroStoxx 50 no encuentra un soporte relevante hasta los 5.150-5.200 puntos, que son los mínimos de agosto y base del lateral que acota la consolidación de los últimos cuatro meses. Hoy estamos en tierra de nadie, en la mitad del rango. Operativamente, sin un ajuste más amplio del rally que nació en abril, no hay compra que recomendar. Y cuidado: si llega una corrección al otro lado del Atlántico, aquí no habrá refugio posible. Los niveles que espero para volver a aconsejar compras en bolsa europea se encuentran en la zona de los 4.900-5.000 puntos del EuroStoxx 50, que supondrían un retroceso del 10% y el encuentro con la directriz alcista que guía los ascensos desde 2020.
Porque en bolsa, como en la guerra de Coppola, la locura se apodera de todos cuando se cruza la línea roja. Quien sepa esperar a que el ruido se convierta en oportunidad, quien entienda que los excesos siempre acaban pagando peaje, tendrá la serenidad de plantar en tierra fértil cuando los demás aún huyen del fuego. Y entonces llegará el instante de sembrar para recoger, como los regalos de Navidad o de Reyes Magos, que solo aparecen para quienes han sabido esperar con paciencia e ilusión, como niños pequeños.