En solo dos meses, Repsol ha hecho lo que muchos no esperaban: recuperar los 12 euros por acción, un nivel de negociación en los títulos de la multienergética que no se veía desde la crisis arancelaria provocada por el Día de la Liberación del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. "Ha sido un entorno poco predecible, complejo y caracterizado por la poca predictibilidad", así resumió en la Junta General de Accionistas del pasado viernes la situación que ha atravesado (y atraviesa) la compañía su consejero delegado, Josu Jon Imaz.
Habiendo superado, de nuevo, la barrera psicológica de los 12 euros por acción, Repsol viene de tocar mínimos anuales el 11 de abril cuando se negoció en el entorno de los 9,59 euros. Entre el 4 y el 11 de abril, las acciones del grupo perdieron más de un 11% de su valor. Los factores que contribuyeron a esta corrección incluyeron las revisiones a la baja en las previsiones del precio del crudo.
A partir de ahí, Repsol ha ido poco a poco recuperando el pulso en bolsa. En mayo, las acciones ganaron más de un 9% mientras el Ibex 35 alcanzaba máximos de los últimos 17 años en la zona de los 14.000 puntos.
En estos momentos, más de la mitad de los analistas de consenso de Bloomberg apuestan por seguir comprando acciones de la petrolera española, mientras que tres de cada diez expertos apuestan por 'mantener'. Así, de entre las últimas revisiones de recomendación, AlphaValue, Kepler y Morningstar han recortado su consejo sobre los títulos del grupo energético mientras que Barclays y Morgan Stanley llaman a 'sobreponderar' sus acciones.
En la última Junta General de Accionistas, Imaz avanzó que el dividendo aumentará en los próximos años, alcanzando los 1,06 euros para el 2026 y llegando hasta los 1,10 euros para 2027, ofreciendo, a juicio del CEO de Repsol, una de las retribuciones más atractivas del sector.
La OPEP+ afianza la crisis del crudo
Este pasado fin de semana, la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios (OPEP+) no se salieron del guion y acordaron aumentar, una vez más, la producción de crudo en julio a 411.000 barriles diarios, igual que hicieron en mayo y junio, en un esfuerzo de algunos de los países del cártel por 'inundar' el mercado de oferta más rápidamente de lo previsto hace unos meses con el ánimo de 'castigar' a los díscolos del grupo que han producido en exceso para recuperar cuota de mercado en los últimos años.
Ocho de los países integrantes de la OPEP, liderados por Arabia Saudí y Rusia, valoran, de nuevo, discutir un alza mayor del bombeo de aquí a los próximos meses. Una situación que hace temblar a las petroleras occidentales cuyos márgenes de refino, dependientes del precio del barril de petróleo, podrían verse comprometidos en los próximos meses.
De momento, a pesar de los vaivenes, el barril de Brent, la referencia de esta materia prima en Europa, se negocia cerca de los 65 dólares por barril, a más de un 13% de distancia de los máximos recientes previos al 'golpe' arancelario de Trump cuando estaba la factura sobre los 74,9 dólares. En primavera, el precio del 'oro negro' llegó a caer por debajo de los 60 dólares por barril, su nivel más bajo en cuatro años.
De cara a julio, la OPEP+ parapeta el aumento de la producción anunciado en la "estabilidad de las perspectivas económicas mundiales y la buena situación actual de los mercados, reflejada en los bajos inventarios de petróleo".
Esta subida de la producción de los ocho países de la OPEP llevará el aumento combinado de abril, mayo, junio y julio a 1,37 millones de barriles diarios, lo que representa una reducción del 62% del recorte de producción más reciente del grupo de 2,2 millones de barriles diarios. El compromiso ratificado del bloque es "compensar plenamente cualquier volumen producido en exceso desde enero de 2024".
Goldman Sachs pone calendario
Los analistas de Goldman Sachs, en una nota publicada en las últimas horas, dicen esperar que el cártel ejecute el último ajuste de la producción en agosto. "Los fundamentos del petróleo al contado relativamente ajustados, la mejora de la actividad económica mundial y el apoyo estacional del verano a la demanda de petróleo sugieren que es poco probable que la desaceleración prevista de la demanda sea lo suficientemente pronunciada como para detener el aumento de la producción cuando se decidan los niveles de producción de agosto el 6 de julio", alegan desde el banco de inversión estadounidense.
Además de la predicción sobre la hoja de ruta de la OPEP+, los expertos de materias primas de Goldman Sachs avanzan que el bombeo de crudo de los países no pertenecientes a la organización aumentará a finales de este año, mientras el crecimiento económico tenderá a desacelerarse. Una situación que provocará presiones bajistas contra el petróleo aunque mantiene objetivos: en el entorno de los 60 dólares por barril para el Brent y los 56 dólares para el West Texas Intermediate.
La producción no aguanta
En todo caso, la bajada de los precios del petróleo -condicionados también por la crisis geopolítica de Ucrania- sigue lastrando la actividad de perforación en EEUU.
Según Baker Hughes, el número de plataformas petrolíferas en el país norteamericano se redujo en 4 en la última semana, hasta alcanzar las 461, encadenando ya cinco semanas consecutivas de descensos.
