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Una nube negra ha oscurecido al sector más pujante del mundo: los obstáculos de los 'chips' para volver a brillar

  • Los expertos todavía ven un crecimiento  del 9,5% de facturación para 2025...
  • ... pero para lograrlo deberá empezar a despejar las grandes incógnitas que han emergido 
  • Trump, efecto Deepseek, caos en la demanda, costes, obsolescencia...

Los 'chips' fueron hace no tanto el gran revulsivo de cualquier bolsa del mundo, en particular de Wall Street. Ahora, tras meses y meses de euforia, estas firmas parecen haberse gripado. El sector en su conjunto (recogido en el S&P ishares semiconductor Index) experimenta una caída del 9,26% en lo que va año. De hecho está un 26,77% por debajo de sus máximos de verano de 2024. A pesar de que hasta hace no tanto eran el gran elemento disruptor y beneficiado de la IA, un gran conjunto de incertidumbres de distinta índole se ha posado sobre esta industria. Desde los aranceles a las dudas sobre la demanda… y asuntos más técnicos que hasta ahora se han quedado fuera del foco de los inversores.

Sin embargo, el factor principal que ha hecho que todas las dudas ya entren en el debate es el frenazo en la euforia de la IA. Si bien todavía hay una demanda muy amplia ligada a esta revolución tecnológica que promete disparar los ingresos y rentabilidad de estas empresas la perspectiva ha cambiado. Hasta ahora cualquier inversión estaba justificada por una enorme rentabilidad y una demanda casi hasta donde alcance la vista. A raíz de la aparición de DeepSeek todo ha cambiado y ese cielo sin límites ya tiene matices claros con un nuevo elemento que pone sobre la mesa la opción de una IA que requiera menos potencia de los chips y también una menor sofisticación.

Este bajón se ha visto refrendado en la capitalización de sus principales líderes. En EEUU Nvidia cae un 17% este 2025 y Broadcom un 15%, siendo AMD el que se lleva la palma con un descenso del 18%. Mejor parados salen Texas Instruments (-5,6%), Applied Material (-8,9%) y Qualcomm (-0,27%). El único de los grandes en positivo es Micron que sube un 7%. En el viejo continente las sensaciones no son diferentes con ASML dejándose casi un 7% y en Asia TSMC cede un 7,35% y Tokyo Electron un 12,42%.

Sin embargo, aunque el velo del crecimiento ilimitado parece haber caído y los inversores reajustan sus carteras en consecuencia, muchos analistas empiezan a advertir de un pesimismo excesivo con un sector para el que las proyecciones siguen siendo algo totalmente incomparable con otras industrias. Sin embargo, si bien creen que el camino está claramente marcado hacia un crecimiento muy sensible en los ingresos, superior al 9,5% anual (el año pasado creció casi al 20%), la realidad es que sí reconocen una importante desaceleración para este año, tendrán que despejar cuanto antes incógnitas muy importantes para que la nube negra que se ha posado sobre estas empresas se diluya.

El gran problema de los aranceles y Trump

Los aranceles es ahora mismo la última y más sangrante herida que se cierne sobre el sector pues esta industria es una de las más expuestas. Prueba de ello es que en la lista de productos gravados por Trump destacan los semiconductores, aunque también hay otros como el automovilístico o la industria farmacéutica.

Sin embargo desde Sourceability, una consultora especializada en logística, comentan que hay dos factores muy relevantes sobre el 'rediseño' del entorno de los semiconductores que Trump está poniendo en marcha. En primer lugar, la incertidumbre que están generando las dudas de Trump sobre la Chips Act, la ley de Biden para financiar esta industria "y que ha generado 400.000 millones de dólares en inversiones". La semana pasada el republicano habló abiertamente de acabar con toda la ley y por lo tanto que se retiren los subsidios a esta industria. "La Chip Act es una cosa horrible, horrible", dijo Trump que continuaba alegando que "debería eliminarse y usar ese dinero para reducir la duda, estamos dando cientos de miles de millones de dólares y no sirve para nada".

El republicano también ha amenazado con aranceles a Taiwán, un eje clave en la cadena de suministro global de los semiconductores. A todo esto, la guerra comercial con la propia China ya está teniendo impactos claros para los precios. Desde Sourceability comentan que la guerra comercial ha derivado en "aranceles de China al germanio, el galio y el antimonio" que "han sufrido interrupciones de suministro y un aumento vertiginoso en los precios":

Trump con el presidente de TSCM (Bloomberg)

El antimonio ha duplicado sus precios. Si bien los primeros gravámenes de Pekín ocurrieron la última semana de 2024 la situación puede recrudecerse más con los mismos materiales o nuevos elementos clave en la cadena de suministro de los chips". "Ya era una preocupación pero el riesgo de una mayor escalada es inminente y cualquier expansión de los aranceles podría interrumpir la ya frágil cadena de suministro de los semiconductores y disparar el precio de materias primas clave", sentencian desde Sourceability.

Coinciden desde Fitch, que comentan que esto se ve también con los equipos que serán gravados. "Los aranceles propuestos serían un riesgo fundamental para las ambiciones de inteligencia artificial de Estados Unidos, ya que aumentarían los costos iniciales de inversión y expansión en los activos de infraestructura computacional". En ese sentido señalan que esperan que las firmas del sector tengan que asumir "mayores ineficiencias en el gasto de capital, lo que afectará negativamente a los retornos".

Si bien hoy en día cuando pensamos en chips se vienen a la mente centros de datos e inteligencia artificial, la realidad es que la industria automotriz también es una de la que más demandan esta tecnología y por lo tanto se verá doblemente afectada. Por un lado, los precios de componentes clave y equipo subirán, dañando su rentabilidad, mientras que, por otro, la demanda de vehículos se verá lastrada al estar en el centro de la guerra comercial. "El reto de los aranceles radica en que el aumento de los costos de importación de semiconductores probablemente incrementará el coste de los productos y, en última instancia, tendrá un efecto alcista en los precios al consumidor", sentencian desde ING.

Una demanda cargada de confusión

Empresas clave del sector ya están alegando que la guerra comercial supone una gran nube de incertidumbre no solo respecto a la rentabilidad, sino también en la demanda. En sus últimos resultados ASML comentaba que la guerra comercial tendrá un impacto importante dado que China supone una parte importante de su negocio. Una guerra comercial recrudecida y el fin de la Chips Act supone un varapalo para las perspectivas de ingresos.

Sin embargo, la llegada de DeepSeek añade más dudas al respecto. La startup china es capaz de emplear chips de menor sofisticación, potencia y demanda menos recursos para funcionar. Esto ha llevado a los expertos de Coface a valorar que esta tecnología podría derivar en "Una reducción en la demanda de equipos de vanguardia que podría precipitar una crisis de exceso de capacidad, lo que obligaría a reevaluar toda la cadena de valor de la IA".

Mano de obra escasa y obsolescencia

Los expertos ven dos problemas más. Si bien uno de los grandes temores que generaba la IA es su supuesta capacidad para acabar con puestos de trabajo, la realidad es que uno de sus grandes problemas es que podría no contar con suficientes trabajadores. Según la Asociación de la Industria de Semiconductores (SIA, por sus siglas en inglés) solo en EEUU necesitarán como mínimo 60.000 trabajadores más para evitar "un cuello de botella masivo. A nivel global se habla de la necesidad de 1 millón de trabajadores para 2030 con China, Taiwán y Europa siendo los últimos lugares donde estos puestos de trabajo se conviertan en una demanda masiva, derivando en uan guerra mundial por el talento.

Por su parte desde Soureability señalan otro factor que puede ser decisivo, los problemas derivados de la "obsolescencia instantánea". Hasta ahora la batalla por las licencias de determinados chips se había convertido en la norma. Esa batalla a cara de perro ha derivado en que "la edad útil de un chip de alta generación se reduzca a la mitad, oscilando entre los 2 y 5 años". Esto genera un gran problema para todas las compañías pues, "cuando un chip deja de estar disponible, las organizaciones deben rediseñarse o comprarlo, lo que genera costes más altos que podrían no poder afrontar. Dependiendo del sector de mercado al que prestan servicio, esto podría ser extremadamente difícil para algunas organizaciones.

Saber adaptarse a esos mayores costes al tiempo que se consigue esta mano de obra será uno de los mayores desafíos que tendrán que afrontar y que definirá no solo el futuro de la industria en general, sino quienes se convierten en los reyes y qué empresas se quedan por el camino. En cualquier caso, a medida que se resuelvan estas incógnitas los expertos ven un mercado abocado al crecimiento como pocos y, aunque el pesimismo ahora sea la nota dominante, no ven motivos para que se olvide esta gran ventaja fundamental.

Detrás de las nubes hay un arcoíris

En el último informe de ING, si bien reconocen un frenazo de un crecimiento anual del 19% en 2024 al 9,5% en 2025, creen que se está infravalorando estos números. Estos no son, ni siquiera, las previsiones más optimistas. El instituto WSTS (Estadísticas Mundiales del Comercio de Semiconductores, por sus siglas en inglés), prevé un crecimiento del mercado mundial de semiconductores del 11,2%. Esta cifra está por debajo de las previsiones previas de IDC (15 %) y Gartner (12,7 %). Las previsiones de WSTS se basan en un crecimiento del 16,8 % en microchips lógicos, del 13,4 % en microchips de memoria y un crecimiento de un solo dígito en semiconductores de tecnología madura.

Sin embargo, desde ING, consideran que se ha dado "una temporada de resultados decepcionantes durante el primer trimestre. "Hay indicios de acumulación de inventarios, presión en los precios y un giro radical con DeepSeek". Esto hace que "seamos ligeramente menos optimistas": Sin embargo, "a pesar de que el sentimiento se está tornando negativo, las perspectivas siguen siendo muy positivas".

Desde Deloitte son incluso más optimistas alegando que "esperamos que las ventas de chips se disparen en 2025, lideradas por la IA generativa y el desarrollo de centros de datos". De hecho, creen que, pese a las amenazas "2025 podría ser mejor año incluso que 2025, con ventas de 697.000 millones de dólares frente a los 627.000 millones de 2024".

Una industria, dos realidad: Europa sale mal parada

En cualquier caso, desde todas las firmas de análisis reconocen que va a haber una clara división en la industria que va a dejar atrás a determinadas empresas. "El mercado se está bifurcando cada vez más, con un fuerte crecimiento en los segmentos relacionados con la IA y los centros de datos, y un estancamiento en los segmentos más tradicionales, como las PC, los smartphones y el sector automotriz, impulsado por la presión de los precios de los semiconductores" comentan desde ING. La firma prosigue alegando que esto afectará especialmente a Europa, "dado que los fabricantes europeos no se centran en la tecnología de vanguardia, es posible que el continente no se beneficie del crecimiento del sector".

Además señala principalmente los smartphones y los vehículos eléctricos. Respecto a lo primero "los móviles ya no serán el motor de crecimiento. Las últimas cifras de iPhone mostraron mejoras muy leves y los proveedores se enfrentan a un mercado cargado de dificultades": por su parte los coches eléctricos están llegando mucho más lento de lo esperado. "La cuota de vehículos eléctricos en Europa y norteamérica está avanzando muy poco a poco", sentencian desde la firma neerlandesa. Por su parte los analistas de Deloitte, pese a que son mucho más optimistas, explicaban que sus buenos datos vienen "incluso cuando la demanda de los mercados de PC y dispositivos móviles puede permanecer moderada".

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