
No corren los mejores tiempos para la inversión ESG, la que tiene en cuenta factores ambientales, sociales y de buen gobierno. En Estados Unidos, la llegada de Donald Trump a la presidencia ha hecho daño a las renovables en bolsa, después de que el republicano anunciase la paralización de los permisos para la eólica marina. Esto afecta directamente a la E de ESG, el medio ambiente. Pero a la S, la pata social, también la ha tocado: Trump ha ordenado cerrar las oficinas de las agencias federales dedicadas a los programas de diversidad, igualdad e inclusión (DEI, por sus siglas en inglés).
En Europa, la situación es muy distinta, ya que el bloque sigue decidido a liderar los avances en sostenibilidad. Sin embargo, algo ha cambiado desde las elecciones europeas de 2024. En el Parlamento, los partidos ecologistas han perdido poder, y la nueva Comisión está preparando una versión más light de todo el paquete regulatorio sostenible que ha lanzado desde 2018, con el objetivo de reducir las cargas de reporte para las empresas, a las que se ha tachado de lastrar la competitividad.
El 26 de febrero se espera que publique el borrador de esta simplificación regulatoria. Alemania y Francia ya han alzado la voz y reivindicado públicamente que se necesita un giro drástico en el nivel de exigencia en ESG para las compañías europeas. Le puede interesar: Trump ataca a las renovables y en Europa crece la presión 'anti sostenibilidad'.
A esto se suma el peor rendimiento que han tenido los activos sostenibles, sobre todo las firmas de renovables, desde 2022, año en el que la guerra de Ucrania disparó los precios de la energía y obligó a los gestores a replantearse el sesgo verde de las carteras.
Con este panorama, no extrañan los datos de cierre de 2024 de flujos a fondos de inversión ESG que ha publicado Morningstar este jueves, relativos a los productos a la venta en la UE. Los fondos más sostenibles -los clasificados como artículo 9 según el reglamento europeo SFDR, que en muchos casos están centrados en renovables o energías limpias- enlazan ya cinco trimestres de salidas de dinero. En el último tercio de 2024, los inversores sacaron otros 7.300 millones de euros, que se suman a los 3.000 del trimestre anterior. Fue el peor trimestre desde que hay registros.

El dinero siguió entrando, por el contrario, en los fondos no sostenibles (los artículo 6), que captaron 85.000 millones. En el gráfico que puede verse sobre estas líneas, los productos no ESG están marcados en gris, y es evidente que la cantidad de dinero que entra en ellos ha ido a más cada trimestre.
En el lado positivo para la sostenibilidad, el dinero ha seguido entrando en los fondos artículo 8, que tienen características ESG, aunque no sean tan puros como los 9. No puede olvidarse tampoco que el 60% del patrimonio en fondos en la Unión Europea ya es ESG: un 57% son artículo 8, y solo un 3% son artículo 9. Ese 60% de patrimonio en fondos sostenibles suma 6,1 billones de euros, sobre un total de 10,1 billones de euros en fondos a la venta en la UE.
Inverco pide normas ESG 'alineadas' para todos
Europa prepara, como decimos, una versión más soft de su regulación verde para las empresas, que posiblemente reducirá los requisitos de sostenibilidad que tienen que afrontar, y las gestoras ya han advertido a la Comisión que a ellas también tendrá que ajustarles el nivel de exigencia.
El lobby de las gestoras europeas, Efama, ha levantado la mano para decir a la UE que, si baja las exigencias de sostenibilidad para las empresas, también debe recortarlas para los fondos. Las gestoras están obligadas a divulgar el nivel de sostenibilidad de sus inversiones, en base al reglamento SFDR; pero, para hacerlo, necesita los datos que reportan las empresas en las que invierten. Sin éstos, no pueden cumplir. Así se lo explicó a elEconomista.es Ángel Martínez-Aldama, presidente de Inverco, la patronal de las gestoras españolas: "No cuestionamos que se simplifique la norma para las empresas. Lo que pretendemos es que exista una alineación entre la información que se les exija a ellas y la que se exige a las gestoras de fondos", explicó.
La propuesta de simplificación que prepara la Comisión Europea -la propuesta Ómnibus, llamada así porque toca a varias leyes en un solo paquete- se publicará el próximo 26 de febrero. Su objetivo es reducir la abrumadora carga que supone para las compañías la presentación de información sobre sostenibilidad (recogida en la Directiva CSRD), diligencia debida (directiva CSDDD) y taxonomía verde.