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CSRD: no basta con cumplir, es el momento de transformar los modelos de negocio

  • Sexta entrega de 'Los Análisis de la Sostenibilidad' de CFA Society Spain
Imagen: Istock.

Este artículo es la nueva entrega de Los Análisis de la Sostenibilidad, redactados por miembros del Comité de Sostenibilidad de CFA Society Spain para elEconomista.es

Más de 50.000 empresas de todo el mundo, fundamentalmente europeas, estarán obligadas, a partir del 1 de enero de 2025 -y en distintos plazos- a publicar informes anuales de sostenibilidad, como respuesta a los requerimientos de la Directiva Europea de Información Corporativa de Sostenibilidad (CSRD por sus siglas en inglés). Cuando se evalúa detenidamente la directiva, observamos muchas diferencias frente a la Ley de Información No Financiera, actualmente vigente en España. Las fundamentales son la doble materialidad y la cadena de valor, los estándares a aplicar, el etiquetado digital y el régimen sancionador y de supervisión.

Las empresas se encuentran realmente preocupadas evaluando cómo cumplir con la directiva y cómo presentar su primer informe. No obstante, la información a divulgar no está pensada para que se tache de una lista de tareas en unos pocos meses o incluso en un par de años. Está diseñada para impulsar cambios, de calado y a largo plazo en los modelos de negocio de las empresas. Las compañías que reconozcan este hecho serán las que destaquen en un futuro sostenible. IV Foro ESG de elEconomista: Las pymes se enfrentarán a los mayores retos con las nuevas normas.

La directiva establece que las organizaciones deben determinar qué cuestiones de sostenibilidad conllevan riesgos, oportunidades e impactos relevantes mediante la conocida como "doble materialidad" y sobre las cuestiones que figuren como relevantes la compañía deberá informar en términos de la gobernanza, la estrategia, el desempeño y la gestión de riesgos y oportunidades. De esta forma, si las empresas tienen que informar que no existe una estrategia subyacente que muestre que gestiona adecuadamente esta materia, esto genera presión para que se diseñe la estrategia y se implanten medidas y acciones.

"Cumplir con los nuevos requisitos será difícil, pero tendrá beneficios tangibles"

El impacto esperado de la directiva implica cambios relevantes a nivel de estrategia, de gobernanza, de gestión de riesgos y de debida diligencia. Quien no aproveche la oportunidad de reenfocar y transformar su negocio no va a conseguir el efecto esperado en inversores y otros grupos de interés, y que el regulador trata de provocar con la directiva. De hecho, la encuesta de PwC a más de 500 directivos, la Global CSRD Survey 2024, destaca la cantidad de encuestados que prevén ventajas tangibles derivadas de la aplicación de la directiva. Más de la mitad de los encuestados (51%) cree que mejorará, en gran medida, el desempeño medioambiental de las compañías, el 49% que estrechará los vínculos con sus grupos de interés, y el 48% que ayudará a una mejor gestión de los riesgos. Además, el 28% espera que le ayude a impulsar los ingresos y el 26% a ahorrar costes. Las compañías que más expectativas tienen puestas en que la CSRD tenga efectos económicos son aquellas que tienen sus obligaciones de información más próximas. Esto indica que algunos directivos están dejando atrás una mentalidad de simple cumplimiento, para centrarse en la creación de valor. Financiar la sostenibilidad medioambiental: un gran reto de compromiso y transparencia.

A este respecto, y de cara a generar oportunidades de creación de valor en las compañías, conviene trabajar en una etapa incipiente en la fiabilidad del dato y de la información. Es fundamental contar con un repositorio de información fiable, apalancado en la tecnología y en sistemas de control de información de sostenibilidad robustos, para facilitar la toma de decisiones. Lograrlo puede implicar una inversión significativa inicial en tecnología (ERPs) y soluciones de IA, pero se trata de inversiones iniciales que luego facilitarán la transición. Tras esto es necesario, por un lado, el empuje desde los Consejos de Administración y la alta dirección y, por otro, la coordinación de todas las áreas de la organización, trabajando bajo un mismo objetivo, y evitando los silos. Los equipos de sostenibilidad no pueden identificar las oportunidades de creación de valor sin contar con el apoyo de otros departamentos corporativos (financiero, comunicación, compras…) ni de las unidades de negocio, que es donde realmente se encuentran dichas oportunidades de transformación. Bajo esta premisa será mucho más sencillo evaluar la situación de partida de la compañía con relación a los requerimientos de la CSRD, el establecimiento de objetivos y planes de acción y la integración de los mismos en la estrategia empresarial.

En definitiva, cumplir con los nuevos requisitos de información en sostenibilidad de la UE será difícil. Sin embargo, hacerlo correctamente traerá beneficios tangibles para las empresas. Es, por tanto, mejor centrarse en las oportunidades derivadas de la directiva CSRD que en los riesgos y tratar la misma como una directiva de gestión y transformación, que una directiva de mero compliance. El primer año de aplicación es posible que nos centremos en el cumplimiento de mínimos, pero tras este primer ejercicio las compañías deben evaluar cómo pueden mejorar y transicionar sus compañías hacia modelos productivos más sostenibles. Los estándares ESRS (European Sustainability Reporting Standards) dan muchas pistas sobre cómo reflexionar en materia de sostenibilidad y, bien aplicados, ayudarán en ese proceso de transformación. En definitiva, no basta con cumplir, es el momento de transformar los modelos de negocio.

Pablo Bascones Ilundáin es miembro del Comité de Sostenibilidad de CFA Society Spain, además de socio de PwC, líder de sostenibilidad y cambio climático.

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