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El petróleo que brota del mar inaugura una era dorada para el negocio de las plataformas y esta empresa es la 'gran elegida'

  • El 'hedge fund' Granular Capital lanza su apuesta sobre esta empresa de plataformas
  • No hay suficientes plataformas petroleras para tanta demanda del mercado
  • El 30% de las plataformas elevables tiene ya más de 35 años de antigüedad

Detrás de las vistosas imágenes de gigantescas plataformas metálicas sobre el mar con las que se ilustran los artículos de prensa acerca del petróleo y el gas hay un ingente trabajo de infraestructura que no todas las empresas pueden llevar a cabo. Una de ellas es Borr Drilling, fundada en Noruega en 2016 y cotizada de Wall Street. El potencial de entre el 300% y el 400% de revalorización en su acción que recientemente ha arrojado sobre la compañía el hedge fund británico Granular Capital, su mayor accionista, da una idea de la oportunidad que supone este gran 'desconocido' negocio de las plataformas perforadoras en un mundo que sigue necesitando desesperadamente energía. Las operaciones petroleras en el mar están viviendo un auténtico boom y no hay suficientes plataformas para tanta demanda (demanda para renovar y para nuevas operaciones). Este cuello de botella puede ser una suerte de bendición para esta compañía.

Como se define en su propia página web, Borr Drilling Limited es un contratista de perforación en aguas poco profundas dedicado a prestar servicios de perforación excepcionales a la industria mundial del petróleo y el gas. Su experiencia radica en la operativa de modernas plataformas jack-up (autoelevables), diseñadas específicamente para funcionar de manera eficiente en aguas poco profundas (hasta 400 pies o unos 121 metros). Su amplia gama de servicios abarca exploración, producción, reacondicionamiento, taponamiento y abandono, y captura y almacenamiento de carbono.

Para realizar perforaciones cerca de la costa en aguas de menos de 120 metros de profundidad se necesita una plataforma especial que extienda sus patas hasta la orilla del mar y mantenga la plataforma de perforación por encima del agua. Y el 30% del mercado de estas plataformas autoelevables tiene más de 35 años, explica Patrick Schorn, director ejecutivo de Borr, en una entrevista recogida por Bloomberg. De los aproximadamente 102 millones de barriles diarios de producción mundial de petróleo, aproximadamente el 20% proviene de la perforación en aguas poco profundas, precisa Schorn. No solo eso, buena parte de los nuevos descubrimientos de petróleo se están realizando en el mar y estas plataformas son necesarias.

Así son este tipo de plataformas

Antes de seguir dando rienda suelta a esta historia, conviene explicar de forma somera cómo funcionan estas 'islas metálicas' que sirven para extraer el petróleo. Las plataformas jack-up rigs son estructuras móviles diseñadas para perforar pozos de petróleo o gas en aguas poco profundas, generalmente hasta 120 metros de profundidad. Su diseño versátil y eficiente las convierte en una opción clave para operaciones temporales en el mar.

Estas plataformas están compuestas por una base flotante que contiene los equipos necesarios para perforación, almacenamiento de suministros y alojamiento del personal. Lo que las distingue es la presencia de entre tres y seis patas extensibles, generalmente de acero, que pueden anclarse al lecho marino. Estas patas permiten que la plataforma se eleve por encima del nivel del mar, eliminando el impacto de las olas y proporcionando estabilidad incluso en condiciones climáticas adversas. Además, cuentan con una torre de perforación que alberga la maquinaria necesaria para perforar el lecho marino y alcanzar los depósitos de hidrocarburos.

El proceso operativo de las jack-up rigs comienza con su transporte al sitio de perforación, donde son remolcadas flotando con las piernas retraídas. Una vez en posición, las piernas extensibles se despliegan hacia el lecho marino hasta alcanzar un sustrato firme que garantice la estabilidad de la estructura. Posteriormente, la plataforma se eleva utilizando sistemas hidráulicos o eléctricos que extienden las patas (son patas largas y finas como las de las garzas o las cigüeñuelas, que aprovechan sus largas extremidades para pescar en el agua manteniendo el equilibro), ajustando la altura según las condiciones del lugar y la profundidad del agua. Una vez asegurada, la torre de perforación inicia el proceso para alcanzar los depósitos de petróleo o gas. Durante esta etapa, se utilizan ciertos líquidos o fluidos para mantener la estabilidad del pozo, lubricar la maquinaria y extraer los trozos de roca hacia la superficie. Si se encuentra hidrocarburos en cantidades viables, se instalan tuberías temporales para evaluar la calidad y el flujo antes de decidir la instalación de una plataforma de producción permanente.

Las jack-up rigs destacan por su movilidad, ya que pueden ser reutilizadas en diferentes ubicaciones, lo que las hace más económicas para exploración y perforación temporal. Su diseño asegura estabilidad al operar por encima de las olas, y su durabilidad permite resistir las condiciones del entorno marino. Además de perforar pozos exploratorios, pueden emplearse para producción temporal o mantenimiento de pozos existentes. No obstante, tienen limitaciones, como su incapacidad para operar en aguas profundas y ciertas restricciones en condiciones meteorológicas extremas. A pesar de estos desafíos, las jack-up rigs representan una solución altamente eficiente para la industria petrolera en entornos marinos. Borr Drilling está ahí para aprovecharla.

La flota de Borr Drilling

Pues bien, la flota de Borr Drilling se compone de 24 modernas plataformas, construidas todas ellas después de 2010 y con una medida de antigüedad de siete años. Actualmente, se ubican siete en América del Norte, siete en el sudeste asiático, cinco en África, tres en Oriente Medio, una en Europa (en el Mar del Norte) y otra en Sudamérica. Según el fundador y Director de Inversiones de Granular, Thiago Mordehachvili, es en el tamaño y las características de esta flota donde reside el potencial de la compañía, ya que ambos parámetros casan a la perfección con lo que se podrían llamar los fundamentales de este mercado.

Lo cierto es que no ha habido ninguna nueva construcción de plataformas jack-up en más de una década, ya que las preocupaciones ambientales, sociales y de gobernanza (criterios ESG) han hecho que los bancos se retiren del sector de la perforación, según Mordehachvili. Además, alrededor de un tercio de la flota mundial de plataformas se acerca o ha superado la edad de jubilación, lo que sugiere una probable disminución de los equipos disponibles en el futuro. "La oferta está prácticamente agotada", subraya Mordehachvili. "No ha habido nuevos pedidos en la última década". Granular también cree que es poco probable que se construyan nuevas plataformas en el entorno económico actual debido a los bajos rendimientos de un solo dígito, lo que hace que la flota existente sea más valiosa y puedan alquilar más caro sus plataformas.

Desde Granular también descartan que la transición hacia fuentes de energía más ecológicas tenga un impacto negativo en Borr a corto y medio plazo. "Nos gustan las aguas poco profundas porque son básicamente yacimientos ya explotados, e hidrocarburos mucho más limpios que en otros lugares, también más baratos de extraer", destaca Mordehachvili en unas declaraciones al la CNBC. "Serán los últimos yacimientos que se perforen. Así que hablamos de estar en la parte baja de la curva de costes".

La dinámica del mercado se ha complicado para los competidores, ya que los astilleros dispuestos a construir este tipo de buques también se han reducido, pone de relieve también el hombre de Granular. Singapur, donde antes se construía el 50% de las plataformas jack-up del mundo, ha reconvertido en gran medida su capacidad de fabricación a otros usos. Los pocos astilleros que quedan capaces de construir estos buques especializados se están centrando en proyectos de energías renovables.

La realidad es que todo este potencial todavía no se refleja sobre el parqué, Borr Drilling cotiza actualmente en la Bolsa de Nueva York en torno a los 4 dólares por acción, con una caída de alrededor del 45% en lo que va de año. Sebastian Grindheim, analista de Arctic Securities, mantiene un precio objetivo de 7,50 dólares para el título, lo que representa un 85% de revalorización desde los niveles actuales, a pesar de reconocer los comentarios más cautos que se están haciendo sobre las perspectivas de la empresa en el último trimestre debido a la cautela de los clientes ante el exceso de oferta de petróleo.

Es verdad que Saudi Aramco, uno de los principales actores del sector, ha pospuesto sus planes de crecimiento de la producción durante al menos 12 meses, lo que ha provocado algunas suspensiones de contratos. Sin embargo, Borr también ha conseguido tres prórrogas de contratos, incluidos acuerdos con Exxon Mobil en Malasia, Valeura Energy en Tailandia y Fieldwood Energy en México, lo que proporciona cierto horizonte de ingresos hasta 2026.

El nuevo petróleo brota del mar

Esta compañía y las dedicadas en general a las plataformas tienen recorrido porque el petróleo que se extrae del mar es el petróleo del presente y del futuro. Los proyectos convencionales offshore aportarán entre 700.000 y un millón de barriles diarios al aumento de la producción no perteneciente a la OPEP+ esperado en 2025, según ha revelado el último informe de la Agencia Internacional de la Energía. El crudo que viene del mar, extraído con plataformas flotantes y grandes buques de extracción, está ganando peso en la producción global, pero sobre todo está empezando a dominar la 'nueva producción'. De cada dos barriles de nuevo petróleo en el mundo (de aumento de la oferta), uno viene del mar.

Dentro del crudo marino, Brasil será la mayor fuente de capacidad adicional offshore el próximo año. Se espera que ponga en funcionamiento cuatro nuevas FPSO (unidades flotantes de producción, almacenamiento y descarga) a lo largo de 2025 que sumarán varios cientos de miles de barriles por día de capacidad adicional (que no efectiva), aclara el informe de la AIE. En Guyana, la gran estrella del mercado de crudo en los últimos años, el consorcio liderado por ExxonMobil ha operado las tres FPSO en el bloque Stabroek con una eficiencia del 95% hasta ahora. El próximo año se pondrá en servicio una cuarta unidad en el bloque, añadiendo 250.000 barriles diarios de capacidad.

En el Golfo de México de Estados Unidos, se prevé que la capacidad se expanda en 170.000 barriles diarios este año con el inicio de los proyectos Anchor de Chevron (70.000 barriles diarios) y Winterfell de Beacon Offshore Energy (20.000 barriles diarios) en el tercer trimestre de 2024, y con el proyecto Whale de Shell (80.000 barriles diarios) programado para comenzar en diciembre. El próximo año, se pronostica un crecimiento adicional de 200.000 barriles diarios con la puesta en marcha de los proyectos Ballymore de Chevron (80.000 barriles diarios), Shenandoah de Beacon (60.000 barriles diarios) y Leon/Castile de LLOG (60.000 barriles diarios). Estos seis activos añadirán una capacidad combinada de 370.000 barriles diarios a la región hasta finales de 2025.

Al otro lado del Atlántico, el crecimiento en Noruega está liderado por el proyecto Johan Castberg, que añadirá 220.000 barriles diarios de capacidad en el Mar de Barents. La Corporación Nacional de Petróleo Offshore de China (CNOOC) está en proceso de poner en marcha una serie de nuevos proyectos que añadirán 130.000 barriles diarios de capacidad divididos entre la Bahía de Bohai y el Mar de China Meridional, tras recientes éxitos en exploración doméstica que han impulsado sus objetivos de producción.

Además, Senegal se convirtió en productor en junio con el primer petróleo de la FPSO Sangomar, de 100.000 barriles diarios. Se espera una producción offshore adicional de 80.000 barriles diarios en África Occidental tras el inicio en 2025 de los proyectos CLOV Fase 3 en Angola y Baleine Fase 2 en Costa de Marfil.

Este incremento de la capacidad offshore sumará entre 700.000 y un millón de barriles diarios en 2025, contribuyendo significativamente al crecimiento de la producción no OPEP+ ese año. Sin embargo, esto es la capacidad máxima teórica instalada. La producción real quedará probablemente más cerca de los 500.000 y 700.000 barriles diarios de nuevo petróleo que vendrá del mar.

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