
Los mercados emergentes tienen un doble atractivo: un enorme potencial de crecimiento a largo plazo, y su capacidad para diversificar parte de una cartera. Ambos motivos justifican que cualquier inversor que aspire a tener una cartera consistente los tenga en cuenta. Pero además de esos atractivos que se dan por supuestos, 2024 está siendo un año extraordinario para estos mercados emergentes.
Hemos alcanzado altas tasas de inflación tanto en los mercados desarrollados como en los emergentes, y se ha dado la circunstancia de que, por primera vez en 20 años, la inflación en estos últimos ha sido inferior, gracias a una combinación de circunstancias que actuaron como viento a favor: hubo bancos centrales que se adelantaron a la Fed, o simplemente subieron los tipos de forma más agresiva de lo que el mercado esperaba, y a la vez las expectativas de impago eran bastante altas el año pasado y luego no se materializaron.
Si te preparas para lo peor y luego no sucede, te encuentras con una situación más desahogada pero, además, en el caso de los impagos, su ausencia demostró que muchas de estas empresas tienen sólidos fundamentos, lo que les permitió acceder a los mercados internacionales a pesar de las dificultades para reabrir la economía en 2022, como fue el caso de China.
Allí la situación se complicó por las dificultades añadidas de un mercado inmobiliario con problemas que el Gobierno no supo atajar a tiempo y hubo que esperar a la segunda mitad del año pasado para empezar a relajar las políticas fiscales y monetarias. El resultado es que en 2024 todo va con algo de retraso, aunque es más que probable que China alcance un crecimiento del 5%: hay que ser selectivos, pero allí hay oportunidades para la renta fija.
India, el otro gigante que despierta
Si hace 40 o 50 años todavía se hablaba de China como el "gigante dormido" que cuando despertó cambió completamente las reglas del juego (como Napoleón Bonaparte predijo en 1816, por cierto), no perdamos de vista otro despertar interesante: el de India. Es una economía que se espera que vuelva a crecer cerca del 6% o 7% este año, y teniendo en cuenta que en lospaíses emergentes la situación política es algo a considerar con mucha atención, la situación parece estable tras los comicios celebrados entre el 19 de abril y el 1 de junio.
No sólo los inversores extranjeros ven India con buenos ojos, sino que también estamos viendo que los ahorros de los nacionales están empezando a trasladarse a los mercados financieros. Esto es una buenísima noticia porque esto les facilita ser más profundos, más líquidos e incluso permite que las empresas ahora pueden emitir licitaciones más largas que antes. Para nosotros, India sigue siendo uno de los puntos brillantes de los mercados emergentes a medio y largo plazo.
Debemos seguir sin perder de vista a los mercados emergentes, cuyas dinámicas ya obedecen menos a factores intrínsecos y más -como en los mercados desarrollados- a factores externos. Los recortes de tipos de la FED, las expectativas de inflación en EEUU, el año electoral estadounidense (y los riesgos de que gane el inflacionista Trump) afectarán también a los emergentes, pero son lugares de oportunidad y gran potencial de crecimiento. Hemos visto proyectos que se están desarrollando mucho mejor de lo que pensaban los inversores y no sólo en India, que también, sino en países como Egipto, Vietnam, Indonesia, Chile, Brasil. Así que atentos, que en estos mercados hay muchas oportunidades para los inversores. Mientras seas selectivo, hay valor ahí fuera.