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Las rentabilidades del 4% se alejan en renta fija al afianzarse la bajada de tipos

Imagen: iStock.

El mercado de renta fija ha empezado a poner en precio que el Banco Central Europeo (BCE) volverá a recortar el precio oficial del dinero este año, y que incluso la Reserva Federal (Fed) encontrará el camino despejado para seguir sus pasos también este ejercicio. Algo que hasta hace unos meses no estaba nada claro. Tras ello, la expectativa de rentabilidad de una cartera de renta fija global ha empezado a alejarse otra vez del 4%, según los índices de Bloomberg y Barclays, y se sitúa ya en el 3,77% frente al 4,06% que llegó a alcanzar en abril.

Sobre el papel, los mercados de renta fija tienen una relación directa con la evolución de los tipos de interés, "ya que los movimientos de éstos influyen en los rendimientos que ofrezcan los bonos", explica Mutuactivos en su blog. "Así, si el BCE decide abaratar el precio del dinero, al bajar el tipo con que se trae a valor presente los pagos del bono, dichos pagos futuros valen más y, por lo tanto, sube el precio de los bonos", explica, y baja por tanto su rentabilidad. Y esto es justo lo que se espera que ocurra en los próximos meses.

El mercado contabiliza dos bajadas de tipos más este año en Europa, una en septiembre y otra en diciembre, según recoge Bloomberg. "El próximo recorte tendrá lugar probablemente en septiembre, cuando se publiquen las nuevas previsiones macroeconómicas para la Eurozona y estén disponibles los datos salariales (que, de todos modos, se considera que van en la buena dirección)", apoya Mauro Valle, responsable de renta fija en Generali AM, parte del ecosistema de Generali Investments. Y también se prevén dos recortes en Estados Unidos; el primero se da por hecho el próximo septiembre y el siguiente se pronostica ya para noviembre, antes de que se celebren las elecciones presidenciales, aunque no es descartable que se demore hasta diciembre.

En este escenario conseguir rentabilidades del 4% en renta fija resulta cada vez más complicado. Lejos queda ya el 3,86% que llegó a pagar una simple Letra del Tesoro a un año, en octubre del año pasado, cuando la curva estaba claramente invertida y la deuda a corto plazo ofrecía una rentabilidad superior a la de largo plazo, algo contrario a toda lógica financiera -normalmente, cuando mayor riesgo que se asume mayor debe ser la recompensa-. Pero la curva se está normalizando poco a poco, y una cartera de renta fija global ya paga casi medio punto más que una Letra. "Esperamos que la curva de rendimientos de la Eurozona, que a lo largo del primer semestre de 2024 ha mostrado un nivel de inversión de unos -40 puntos básicos de media, pueda desinvertirse debido a la postura menos restrictiva de los bancos centrales" indica el experto de Generali AM.

Por eso algunos expertos están empezando a coger duración en renta fija. "Modificamos nuestras preferencias hacia los plazos largos de la curva de tipos, donde consideramos que aumenta el atractivo", señala el equipo de análisis de Bankinter en su informe de estrategia para el tercer trimestre de este año. "Las primas de riesgo por plazo se han ajustado y, a los tipos actuales, vemos valor en los tramos largos. Así, recomendamos aumentar duración para anticiparse a los recortes de tipos que se avecinan en 2025", explican. En definitiva, la duración beneficia a las carteras cuando la economía se desacelera y los tipos de interés descienden.

En el caso de la deuda pública española, por ejemplo, las rentabilidades más altas se encuentran ya en la deuda de mayor plazo (ver gráfico). Actualmente un bono a dos años ofrece una rentabilidad del 2,99% en el mercado secundario (el lugar en el que cotizan una vez que son emitidos), mientras que uno con vencimiento a 30 años renta un 3,86%. Ni siquiera en este plazo se puede obtener ya un 4%.

El inversor debe tener en cuenta, también, que "las yields de los bonos de deuda pública suelen caer -y los precios subir- antes de que los bancos centrales actúen", recuerda Scott DiMaggio, responsable de renta fija de AllianceBernstein. "Tradicionalmente, en los tres meses anteriores a la primera rebaja de tipos de la Fed, la yield del bono del Tesoro estadounidense a 10 años ha caído una media de 90 puntos básicos. De hecho, en épocas pasadas, los inversores obtenían las mejores rentabilidades cuando invertían varios meses antes del comienzo del ciclo expansivo", explica.

Más estímulos para los bonos

Desde esta firma explican también que la renta fija se verá beneficiada también de la gran cantidad de dinero que hay aparcado en efectivo: "Tradicionalmente, cuando los bancos centrales relajan sus políticas monetarias se produce una salida en masa de efectivo de los mercados monetarios para regresar a la deuda a largo plazo. El repunte de la demanda de bonos como consecuencia de esos flujos ayuda a acentuar la caída de las yields que acompaña a los recortes de tipos de los bancos centrales. Dado el extraordinario nivel de efectivo que se mantiene actualmente al margen, la demanda de bonos podría dispararse. Prevemos que entre 2,5 y 3 billones de dólares regresarán al mercado de bonos en los próximos años", apuntan.

Aunque los tipos de interés del mercado monetario son atractivos, "actualmente muchas carteras de renta fija están generando rendimientos superiores a los del efectivo", señalan en Wellington Management. "Además, conservar el efectivo entraña riesgos, como el riesgo de reinversión y el de duración", concluyen. En el año, los fondos monetarios disponibles a la venta en España han subido un 1,7%.

Avalancha de dinero hacia fondos de deuda

Animados por el mensaje de que este será el año de la renta fija, por el inicio de la bajada de tipos, los inversores españoles han invertido 11.000 millones de euros en fondos de renta fija este año. De esta cantidad el grueso se canaliza hacia fondos de renta fija a corto plazo -atraen más de 7.800 millones de euros-. Los monetarios también captan otros 7.700 millones.

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