
Todas las firmas de inversión se encuentran revisando estos días sus planes estratégicos de cara al segundo semestre y hay una cosa que empieza a ser un denominador común: ven más potencial en la bolsa europea de cara a los próximos doce meses. La última gestora en señalarlo ha sido DWS, quien ha reducido el peso del S&P 500 en las carteras y, por el contrario, sobrepondera el Stoxx 600, según ha detallado en un encuentro con medios Mariano Arenillas, responsable de la gestora en España. En el resto de mercados se mantienen neutrales.
Pese a la volatilidad de los mercados tras las elecciones europeas y la convocatoria de comicios en Francia, en DWS se muestran más optimistas con Europa, sobre todo como una forma de diversificar las carteras en un momento en que "es muy difícil que las grandes tecnológicas norteamericanas mantengan a largo plazo sus tasas de crecimiento", señaló Arenillas, quien no obstante subrayó que no es posible estar fuera de este sector, en auge con la inteligencia artificial.
En concreto, para el Stoxx 600 esperan que alcance los 530 puntos en junio del próximo año, lo que significaría una revalorización del 6% desde sus niveles actuales, algo menos del 7,3% que esperan para el Dax alemán en este período. Por sectores, sus principales apuestas se centran en consumo discrecional y servicios de comunicación.
La gestora ha mejorado una décima sus previsiones de crecimiento para la economía global, hasta el 3,1%, gracias a la fortaleza de Estados Unidos, sobre todo por la resiliencia del sector servicios. Arenillas explicó que se ha producido un cambio en el patrón de los consumidores tras la pandemia que ha provocado más gasto en consumo y ocio, aunque el ahorro generado ya está mostrando síntomas de agotamiento como reflejan las primeras señales de impago en las tarjetas de crédito.
Esta visión optimista sobre la renta variable está siendo compartida por el inversor institucional pero de manera indexada, como demuestran los flujos en esta clase de activo que está recogiendo Xtrackers, la firma especializada de DWS. En cambio, el inversor minorista mantiene la cautela tras la mala experiencia del año pasado, que solo se salvó por el rally de los bonos en los últimos meses. La entrada masiva en fondos monetarios demuestra esta precaución, a la espera de que la Reserva Federal mueva ficha y marque un cambio de tendencia.
En este sentido, desde la gestora alemana pronostican que el primer recorte por parte de la Fed será en septiembre, aunque no descartan que lo pospongan para después de las elecciones, en el último mes del año. En cualquier caso, de aquí a los próximos doce meses prevén tres recortes de los principales bancos centrales, que lleven los tipos de interés al 3,75% en la zona del euro y al 4,75% en Estados Unidos.
Este cambio de tendencia alentaría el apetito por la renta variable por el menor coste financiero que supondría para las empresas, aunque los riesgos geopolíticos, como los conflictos en Ucrania y Oriente Medio y la guerra fría comercial con China, seguirán marcando la agenda de los inversores, teniendo en cuenta las consecuencias del acercamiento de las cadenas de suministro a los países consumidores. Una subida del precio del petróleo que avivara de nuevo la inflación es una de las principales variables a vigilar, en opinión de los estrategas de DWS.
Respecto a la renta fija, ese cambio de tendencia de los bancos centrales facilitaría el regreso de los inversores conservadores a los bonos, tras las malas experiencias de los pasados ejercicios, aunque Arenillas advirtió del riesgo del incremento de la deuda de los gobiernos si no corrigen sus políticas fiscales. Con todo, para junio del próximo año estiman una rentabilidad del 4,56% en crédito corporativo europeo con grado de inversión y del 5,03% en el norteamericano.