
El precio del petróleo se precipita después de la reunión del cártel de países exportadores de crudo. El barril Brent cayó por debajo de los 80 dólares este lunes al ceder más de un 3% y ante la certeza del fin de los recortes voluntarios de producción a finales del 2024. De hecho, los contratos de futuros de petróleo reflejan un descenso de los precios a medida que aumentan los vencimientos, mientras que el consenso de expertos vaticina una caída superior al 10% de aquí al 2027.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados, entre los que se incluye Rusia (OPEP+), decidieron mantener sus recortes de producción hasta 2025. Sin embargo, las rebajas voluntarias que aplican algunos de sus miembros podrán concluir a partir de octubre de este año. Esto provocó una caída del precio del petróleo a mínimos no vistos desde febrero de este año y desinfla la expectativa de ver un nuevo repunte de los precios: el temor inflacionista para Occidente y el objetivo que buscaban los grandes productores del oro negro.
"Después de perseguir incansablemente un petróleo a 100 dólares por barril, el cártel de la OPEP+ prácticamente tiró la toalla", explicó el experto en materias primas de Bloomberg, Javier Blas. Y es que apenas hay expertos que consideren que pueden verse precios más altos de los actuales si no se produce una nueva disrupción del suministro, como los vistos recientemente en el Mar Rojo o los que provocaron el inicio de la guerra de Ucrania.
El consenso de mercado que recoge Bloomberg considera que el 2024 cerrará con un precio medio por barril de 81,8 dólares. Es decir, la media ya estaría por encima de los precios actuales y lejos de los más de 91 dólares vistos en abril, hasta la fecha los máximos del año. El acuerdo de la OPEP de eliminar el recorte progresivo de producción a partir de año que viene implica una inyección de crudo en un mercado que incrementa su demanda sin el apoyo de países como China.
Los expertos coinciden en que los precios del petróleo solo tenderán a la baja a partir de ahora, con proyecciones que sitúan al barril Brent un 10% por debajo de los niveles actuales en dos años, dado que el precio medio para 2027 se situaría en los 72,3 dólares, según Bloomberg. Es decir, en cinco años el precio medio del petróleo caerá un 25% después de los precios récords vistos en 2022.
Esto también se aprecia en los contratos de futuros del crudo y sus vencimientos. Aunque a mayor plazo los precios ya reflejaban un paulatino descenso, tras la reunión del fin de semana de la OPEP la diferencia ha ido en aumento. Los contratos que vencen en julio se sitúan en los 81,5 dólares mientras que los que vencen en diciembre del año que viene están ya por debajo de los 75 dólares (un 8% por debajo).
El cartel de petróleo recalcó que su hoja de ruta puede verse modificada por las condiciones del mercado, por lo que todo lo anunciado podría quedarse en una mera declaración de intenciones. No obstante, que haya constancia de que varios miembros están disconforme con los recortes (y con la reversión paulatina de los mismos) revela el interés por exportar más petróleo en lugar de mantener las restricciones. "La presión a la baja sobre los precios podría ir en aumento a medida que la oferta de la OPEP aumente y la demanda se desacelere en 2025", consideraron desde JP Morgan.
El mercado de deuda refleja su alivio
En este contexto, el petróleo ya sube menos de un 3% en lo que va de ejercicio. La volatilidad del mercado y la incertidumbre sobre la demanda futura son otros de los factores que explican la caída del precio del Brent. Lo que está claro es que un precio del combustible a la baja es una buena noticia para los responsables de las principales políticas monetarias como el Banco Central Europeo. A las puertas de la reunión de la que se espera el primer recorte de tipos de interés en la eurozona, unos precios del petróleo a la baja son sinónimo de menor presión inflacionaria (la mayor parte del incremento de los precios en Europa durante los dos últimos años estuvo ligada a los precios de la energía).
Esto tiene su reflejo en el mercado de deuda, donde las compras se imponen entre los principales bonos soberanos en el mercado secundario. El bono estadounidense a diez años se sitúa de nuevo en el 4,41% de rentabilidad, casi 20 puntos básicos por debajo del techo alcanzado la semana pasada. En el caso del bono alemán con el mismo vencimiento, la referencia del mercado europeo de deuda, el rendimiento cayó hasta el 2,57%.