
Las ventas de bonos en el mercado secundario se intensifican. Llevamos ya 2 semanas viendo cómo los inversores deshacen posiciones en renta fija, después de una primera mitad del mes que había sido muy positiva para este activo. En cualquier caso, pese a los descensos que vemos desde el 16 de mayo, el inversor en deuda mundial recupera, por precio, un 0,73% en mayo, si nos fijamos en el índice Bloomberg Global Aggregate; quien está invertido en deuda corporativa mundial se anota un 1%. Hablamos de recuperar porque en el cómputo anual 2024 sigue siendo un mal ejercicio. Esos dos inversores pierden un 3,9% (con la deuda global) y un 2% (con la corporativa) en un año que se pronosticaba fabuloso para la renta fija. El comienzo de las bajadas de tipos -que marca un momento histórico para tener bonos en cartera- se ha ido retrasando, de ahí que este activo no lo haya hecho como se esperaba.
Como decíamos, la escalada de los precios de los bonos se ha desinflado en las últimas dos semanas. Hasta mitad de mes, las compras de deuda se impusieron en el mercado de forma radical. Los inversores se posicionaban en renta fija (después de meses vendiéndola) a pocas semanas de la primera bajada de tipos en Europa, que el mercado sigue dando por segura en su reunión del próximo jueves, 6 de junio. Pero lo que ocurra después está en el aire. En los últimos días, el dato de subida de los salarios en Alemania ha hecho pensar en mayor inflación, lo que complica las bajadas más allá de junio. Y sin esos recortes, la renta fija sufre. Este viernes se ha conocido el dato de IPC de la eurozona, que escala al 2,6% y envía la peor señal posible al BCE.
El dato sobre salarios se sumaba a otra noticia previa que ensombrecía la posibilidad de bajadas en Estados Unidos: después de que las actas de la última reunión de la Reserva Federal reflejasen preocupación por el aumento del IPC, varios miembros de la Fed se mostraron dispuestos a subir más los tipos.
¿Es momento de alargar las duraciones? "En condiciones normales de mercado, los inversores en renta fija podrían optar por aumentar la duración de sus carteras en previsión de una contracción económica. Y es que, a pesar del dinamismo que está demostrando la economía estadounidense, ya están apareciendo las primeras grietas: ahora se esperan muchos menos recortes de tipos para 2024", explica Chris Bowie, gestor de carteras en TwentyFour, una boutique de Vontobel. "Los inversores podrían inclinarse por pasarse al extremo largo de la curva, anticipando recortes de tipos ahora que los anteriores ciclos de subidas están surtiendo efecto en las economías. No obstante, con las curvas todavía invertidas, la jugada habitual de aumentar la duración en esta etapa del ciclo nos parece que debería ser diferente en esta ocasión". La rentabilidad ofrecida por los bonos a más corto plazo todavía superan las de los de mayor duración, explica Bowie, "lo lo que significa que a menudo no hay yield adicional en oferta para asumir más riesgo de capital en el crédito a mucho más largo plazo". "Pablo Duarte (Flossbach Von Storch):Lagarde dijo que los salarios eran lo más importante, pero siguen subiendo".

En el contexto de las recientes ventas de bonos que hemos vuelto a presenciar, la rentabilidad que ofrece el T-Note (el bono estadounidense a 10 años) ha escalado de nuevo hasta el filo del 4,6% (caídas del precio se traducen en subidas del rendimiento). No llega al 4,7% que tocó a finales de abril, su máximo anual. El inversor norteamericano empieza a migrar su dinero de liquidez a productos de riesgo.
Si nos fijamos en las principales categorías que recoge Bloomberg, la más alcista en mayo es la deuda emergente en dólares, que se anota un 1,3% por precio. También es una de los pocos segmentos dentro de la renta fija que logran estar en positivo en el año: repunta un 1,13% en lo que llevamos de 2024. Volviendo al mes de mayo, la segunda categoría que mejor resiste es el high yield global, que lleva todo el ejercicio haciéndolo bien: se anota un 1,17% en mayo y un 2,46% en el conjunto de 2024. Algo similar sucede con la deuda basura (forma en la que también se denomina al high yield, que es deuda con más alto riesgo de impago) paneuropea. También se coloca entre los mejores del mes el índice de cédulas hipotecarias de EEUU (US MBS), que sin embargo en el año sufre pérdidas superiores al 2,9%. Suben un 1% en mayo, además, el crédito global y la deuda corporativa, que en el conjunto del ejercicio arrojan en ambos casos pérdidas del 2%.
En una nota reciente, Patrick Liedtke, economista Jefe de Infranity, parte de Generali Investments, y Noham Iqbbal, director de relaciones con inversores en dicha firma, defendían las buenas perspectivas para el crédito privado high yield. "Existe un punto óptimo en el segmento con calificación BB, en el que las tasas de impago o pérdida son sólo ligeramente superiores a las de los préstamos con grado de inversión, pero los inversores pueden obtener un atractivo aumento de la rentabilidad", explicaban, apuntando de forma especial al sector de las infraestructuras.