Algo no cuadra en la estrategia de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). El cártel lleva recortando su producción desde 2022 en un intento por mantener a flote los precios del petróleo. Sin embargo, al mismo tiempo que se producen los recortes, varios países clave del grupo están invirtiendo para incrementar su capacidad de producción. Esto quiere decir que, aunque este momento el bombeo de petróleo está limitado, en algún momento tienen pensado producir una cantidad de crudo que supera que la que bombeaban antes de los recortes. Estas inversiones para producir más crudo son caras, sobre todo si no producen un retorno. Este rendimiento no llegará mientras que se mantengan los recortes. El nerviosismo dentro del cártel parece cada vez mayor, con algunos países produciendo por encima de lo acordado y otros que tienen que hacer sacrificios mayores. Las grietas están apareciendo en la OPEP y cuanto más duren los recortes, mayor será la posibilidad de que estas grietas terminen rompiendo el dique de contención del petróleo (los recortes) y se inicie una guerra de precios que inunde el mercado de crudo.
Frente a los recortes, países como Irak o Emiratos Árabes Unidos están trabajando para aumentar su producción de petróleo. No hace falta ser muy listo para deducir que unas inversiones de ese tipo deben producir un retorno en algún momento. Es decir, si los recortes de producción se fueran a extender sine die, no tendría sentido que los grandes productores estuvieran gastando millones para producir más petróleo. La intensa dependencia de los ingresos del petróleo de buena parte de los miembros de la OPEP complica la adherencia a los recortes pactados. La tensión se masca en el ambiente, como se puede ver en los últimos datos de producción del cártel.
El peligro al que se enfrentan los grandes productores de petróleo es que se repita la guerra de precios que se produjo en 2020, el último momento en el que hubo un desencuentro tan grave entre los principales miembros de la OPEP+ (Arabia Saudí y Rusia). Los dos países se enfrascaron entonces en una competición por ver quién podía aumentar más la oferta, pero, sobre todo, por aguantar mejor que el otro el hundimiento de los precios del crudo, que llegaron a caer por debajo de los 20 dólares, en el caso de la referencia europea, el Brent. El mercado por ahora muestra su nerviosismo con caídas del crudo que superaron el 6% la semana pasada y que siguen su tendencia en los últimos días.
Los miembros producen más de lo pactado
La OPEP también produjo en abril más petróleo de lo que se había acordado. Según una encuesta de Bloomberg, la producción de petróleo en los nueve países sujetos a los objetivos de la OPEP+ (OPEP-9) superó el nivel acordado en casi medio millón de barriles por día. Para colmo, "más de la mitad de la desviación se debió a Irak (uno de los países que tiene previsto aumentar más su capacidad de producción), que bombeó en abril algo más que el mes anterior, lo que elevó su desviación hasta los 220.000 barriles por día", aseguran desde Commerzbank.
Los datos de que dispone Bloomberg sobre las exportaciones de petróleo iraquí confirman este panorama. Según los datos, las exportaciones de petróleo aumentaron a 3,41 millones de barriles por día en abril, 250.000 barriles más que en marzo. Ahora en la OPEP están pendientes de que Bagdad muestre su compromiso y ejecute mayores recortes de producción a los prometidos para compensar el exceso de producción en el primer trimestre. Sin embargo, Irak podría negarse a realizar tal recorte ante la extrema dependencia de su economía del petróleo. Si esto sucede, solo será cuestión de tiempo que el resto de los países comiencen a seguir el mismo camino, deshaciendo los recortes y poniendo bajo presión el precio del crudo. Si la grieta de Irak se ensancha, el dique de contención del petróleo terminará estallando.
Para colmo, este mismo miércoles, Javad Owji, ministro de petróleo iraní, ha asegurado que su país incrementará la producción de crudo en 400.000 barriles diarios, lo que supone un auténtico golpe para la OPEP. Aunque Teherán no se encuentra dentro del pacto de los recortes, un incremento de tal tamaño de su producción presionará aún más a la baja los precios, forzando a los miembros que sí recortar a asumir un coste mayor.
La salida de Angola de la OPEP a finales del año pasado demuestra los conflictos que siempre han existido en el seno de la Organización sobre los pactos de recorte de oferta. El país africano no llegó a un acuerdo con sus aliados sobre las cuotas de producción que asumirían, y decidió que lo mejor para el país era continuar el camino por su cuenta. "En defensa de nuestros intereses, hemos decidido marcharnos. Angola ya no gana nada manteniéndose en la Organización", explicó entonces Diamantino Azevedo, ministro de recursos básicos del país. Igual que ocurrió con Angola, no se puede descartar que esto vuelva a repetirse con algún otro miembro del cártel, y más teniendo en cuenta los esfuerzos para incrementar la capacidad total de producción que han llevado a cabo algunos países.
"Es probable que aumente la presión sobre Irak por parte de otros países de la OPEP+ para que reduzca el suministro de petróleo, como prometieron. Irak y Kazajistán, el otro rezagado, tuvieron que presentar planes a la OPEP+ antes del 30 de abril en los que explicaban cómo compensar el exceso de producción acumulado a lo largo del año (llevan saltándose los límites muchos meses). Se dice que este plan se entregó, pero eso es la parte fácil. Los próximos meses deben mostrar si estos planes se implementarán. De lo contrario, la voluntad de otros países para implementar los recortes de producción acordados podría disminuir. Como resultado, el mercado del petróleo tendría un exceso de oferta y el precio del petróleo podría verse bajo presión", advierte Carsten Fritsch, analista de materias primas de Commerzbank.
Los analistas de la cadena Al Jazeera destacaban en abril que la posición de Irak podría generar ciertas tensiones en el cártel: "Podría surgir tensiones futuras si Irak se topa con obstáculos económicos imprevistos y vuelve a caer en la sobreproducción". Más del 90% de los ingresos del Gobierno de Irak viene de las exportaciones de petróleo, esto quiere decir que las promesas de los políticos se cumplen si lograr exportar suficientes barriles de crudo para costearlas. Hay que admitir que tiene que ser duro prometer algo, saber que se puede financiar esa promesa y no hacerlo porque tus colegas de cártel y tú habéis pactado una reducción de la producción.
"Toda la economía política está impulsada por el petróleo", aseguraba a Al Jazeera un analista que pidió no revelar su nombre debido a la sensibilidad de su trabajo. "El presupuesto lo fija el precio del petróleo. Si el precio baja, producen más", aseguraba este experto.
El petróleo de Irak y Emiratos Árabes Unidos
La cuestión es que el Gobierno de Irak ha reiterado esta semana sus planes para incrementar su capacidad de producción de crudo hasta los 5 millones de barriles de petróleo. Ahora mismo, según el Departamento de Energía de EEUU, Irak tiene capacidad para bombear unos 4,4 millones de barriles de crudo diarios, aunque está produciendo alrededor de 4 millones por los recortes.
Por su parte, Emiratos Árabes Unidos produce en la actualidad algo menos de 3 millones de barriles de crudo, incluyendo los recortes. Pese a esta política de contención en la producción, coordinada por Arabia Saudí a través de la OPEP, EAU tiene grandes planes de cara al futuro con el crudo. Tal y como señala el Departamento de Energía de EEUU, "Emiratos Árabes Unidos ha invertido mucho en aumentar la capacidad de producción de hidrocarburos y desarrollar infraestructura midstream y downstream para dar cabida al crecimiento futuro de la producción de hidrocarburos".
En total, según las estimaciones de JP Morgan, entre Emiratos Árabes Unidos, Irak y Kazajistán, la capacidad de producción se va a incrementar en 300.000 barriles diarios en la reunión del próximo mes de junio. Incluso, estas cifras podrían quedarse cortas, ya que los propios Emiratos han reconocido que plantean un aumento mayor de lo que espera el banco estadounidense, y apuntan a un aumento de la capacidad de 200.000 barriles diarios por sí mismos este mes de junio. Esto puede aumentar las tensiones entre los miembros de la OPEP+ en una de las reuniones más importantes del cártel en los últimos meses.
Abu Dhabi National Oil Company (ADNOC) ha fijado el objetivo de aumentar la capacidad de producción de petróleo crudo a 5 millones de barriles diarios para 2027, adelantando tres años su objetivo anterior para 2030. Esta es una operación que ya ha comenzado con la creciente inversión en sus islas petroleras (EAU ha construido islas artificiales en medio del mar para extraer petróleo).
Para lograr su objetivo de 2027, ADNOC ha aumentado la exploración y el desarrollo upstream. ADNOC aumentó el gasto planificado en gastos de capital hasta los 150.000 millones de dólares para el periodo comprendido entre 2023 a 2027 y ha publicado en varias ocasiones planes de expansión para aumentar la producción. Todo ello no resulta coherente con una política de recortes de producción. Es más, solo el aumento planificado de EAU se 'comería' casi todos los recortes efectivos de la OPEP en este momento.
Un mercado equilibrado artificialmente
El peligro de caer en un exceso de oferta, como explica Fritsch, es evidente. El mercado del crudo se mantiene ahora en un delicado equilibrio entre la oferta y la demanda mundial, pero se trata de un balance edulcorado por los recortes de producción artificiales de la OPEP+. Como es lógico, un nuevo aumento de la oferta hundiría los precios, y más teniendo en cuenta que el consumo del petróleo está dando algunas señales de debilidad. "La demanda mundial de petróleo ha perdido momentum en el primer trimestre de 2024, con un aumento de 1,6 millones de barriles diarios, 120.000 por debajo de lo que esperábamos, por la debilidad excepcional en la OCDE", señala la Agencia Internacional de la Energía (IEA) en su último informe mensual, del pasado mes de abril.
Los últimos movimientos en los precios del barril confirman que el mercado del petróleo está bien abastecido, y que los fundamentales de oferta y de demanda ni mucho menos apuntan a una posible escasez de crudo en el futuro. La primera semana de mayo terminó con la mayor caída semanal en los precios del crudo desde febrero, de casi el 7%, y desde los máximos del año hasta ahora, el Brent ha perdido un 8,3% en apenas un mes, pasando de los 92 dólares, hasta los 83,5 dólares actuales.
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