
Lo que ocurría en el sector financiero hace no tantos años nada tiene que ver con el contexto actual. Situaciones tan inesperadas como la irrupción de una pandemia sanitaria cambiaron completamente las fichas de un tablero que, hoy, cuenta con reglas diferentes. Por ejemplo, los tipos de interés cero (o negativos) que reinaron en Europa durante una década ahora son historia, como también lo son los precios en los que entonces un inversor podía meter en cartera alguno de los bancos del Ibex 35.
La era de la reconstrucción en la que están sumergidas las entidades financieras desde el año 2020, y por ende, las potentes revalorizaciones que experimentan sus títulos desde entonces, se podría plantear como un momento atractivo para recoger beneficios. Sin embargo, el rédito que ofrecen estos valores a través de sus retribuciones hace que el accionista tenga aún donde exprimir, ya que los inversores que comprasen banca española en los últimos cuatro años están obteniendo de media un 12% en dividendos.
Para calcular este porcentaje, a los dividendos que los bancos repartirán en 2024, según las estimaciones que recoge el consenso de FactSet, se les aplica el precio medio anual de las acciones de estas entidades españolas desde el año 2020 (ejercicio en el que los bancos tocaban sus mínimos de cotización por la crisis sanitaria), hasta el precio medio de 2023, que es el último ejercicio completo.

Entre otras lecturas, esta foto muestra que el inversor que comprara títulos bancarios en la mayor corrección de 2020 -la más grande de los últimos años- goza actualmente de una rentabilidad por dividendo media del 22%. Si en lugar de entrar en el momento más bajo se comprase al precio medio de 2020, un accionista se haría actualmente con un rendimiento del 16,4%.
A través de estas cifras (ver gráfico) se observa que, a medida que el mercado se reconstruía y lograba dejar atrás las zarpas del Covid, y que los precios de las entidades bancarias comenzaban a recuperarse de la mano de unas mayores tasas de interés, los rendimientos por dividendo son inferiores frente a quien compró en el peor momento bursátil, pero en todos los casos estas rentabilidades continúan siendo atractivas. En otras palabras, lejos de huir de estos valores tras las últimas alzas en bolsa, el inversor todavía puede sacar gran provecho de ellos por la vía de la retribución.
A tenor del aumento de los tipos, los beneficios de las entidades bancarias han ido ampliándose, y a la par de estos mayores márgenes en sus cuentas de resultados, y su mayor valor en bolsa, se han incrementado también los dividendos repartidos entre las mismas. Aunque al inicio de 2024 tan solo igualar las ganancias cosechadas durante el conjunto del año pasado se planteaba como un objetivo demasiado ambicioso, los analistas no tardaron en rectificar esta hoja de ruta, y ya se espera que todas las entidades superen en 2024 los beneficios reportados en 2023, que ya fueron récords.
Los dividendos repartidos por los bancos, por lo tanto, alcanzan también cotas históricas en 2024, según estas previsiones. En todos los casos, excepto en Banco Santander, repartirán el efectivo más elevado de su historia. Bankinter y Unicaja serán los que apliquen un mayor incremento (con un payout, que es el beneficio que se reparte entre los accionistas, del 50% para ambas), al pasar, en el caso de la primera, de los 0,33 euros de retribución de 2023 a los 0,51 euros por acción para este año, y de 0,05 euros por acción a los 0,11 euros de 2024 para la entidad malagueña, según pronostica el consenso.
En este sentido, CaixaBank es la que está a la cabeza por rentabilidad por dividendo entre la gran banca, con un rendimiento del 10%, y es también la que repartirá una mayor parte del pastel entre sus inversores, con un payout del 61% en 2024. Así, Unicaja alcanza también las dos cifras de rentabilidad para 2024 según el precio medio de la malagueña en lo que va de 2024 (un 10%).
Más oportunidades
"Si bien es factible que el crecimiento del beneficio de los bancos se ralentice a partir de ahora, las valoraciones, dadas las rentabilidades que están alcanzando las entidades, siguen siendo atractivas. Además, las políticas de remuneración al accionista, muy atractivas, creo que son sostenibles a medio plazo", explica en este sentido Juan José Fernádez-Figares, de Link Securities. El experto opina que, por todo ello, es momento de mantener alguna exposición al sector en cartera.
Ignacio Cantos, de ATL Capital, también considera que, pese a las potentes subidas, sigue habiendo oportunidades en la gran banca. "Durante muchos años, los bancos cotizaron con primas sobre el valor en libros, pero cuando llegó el momento de los tipos negativos, este sector empezó a cotizar por debajo, especialmente el español. Una vez que tenemos los tipos positivos de nuevo, la banca debería vivir un cierto rerating y cotizar por encima del valor en libros al menos. Sigo pensando que les queda margen de subida". Así, Cantos cree que los próximos años podrían ser favorables para los bancos, en los que "quizás no vuelvan a los picos más altos que tocaron, pero sí van a tener fuertes rebotes".
Y es que, tras las potentes revalorizaciones de este año (el Ibex Banks sube casi un 30% en 2024), BBVA logra cotizar por encima de su valor contable, algo que no sucedía desde el año 2017, y es la única junto con Bankinter, entre la banca española, en hacerlo. Por recomendación, actualmente el consenso aconseja tomar posiciones en Sabadell, Santander y CaixaBank y cree que es momento de mantener los títulos en cartera de BBVA, Unicaja y Bankinter.