
Con las primeras informaciones del ataque israelí sobre suelo iraní los inversores acudieron en tropel a buscar refugio en la deuda estadounidense. La compra de deuda soberana destensó la rentabilidad del bono de Estados Unidos a diez años, hasta situarse en el 4,5%. Sin embargo, a medida que el mercado rebajaba el alcance del ataque y ante la falta de un nuevo anuncio de represalias por parte de Irán, los rendimientos volvieron a llevar a la deuda estadounidense a diez años a la zona del 4,6%.
El mercado de renta fija estuvo dominado, una vez más, por las declaraciones que llegan desde el seno de los banqueros centrales con independencia de la escalada de la tensión geopolítica. La Reserva Federal de Estados Unidos ha recrudecido su tono en torno a sus tipos de interés y tras las últimas lecturas de la inflación en el país las expectativas de recortes de tipos en 2024 se evaporan. Ahora, se baraja que solo haya dos bajadas este año, según recoge Bloomberg, cuando a comienzos del año se esperaban hasta seis. Hay incluso voces que no descartan una subida más de tipos antes de comenzar a bajarlos después de las palabras de Jerome Powell de esta semana insistiendo en que esperarán a ver una mejora sustancial de los datos antes de comenzar a flexibilizar su política monetaria.
Así, el bono de EEUU a diez años cierra la semana prácticamente en los mismos niveles en los que comenzó (rendimientos por debajo del 4,6%). En el año, la rentabilidad escala más de 70 puntos básicos también en los vencimientos a dos años (roza el 5%) y a 30.
En el caso de los bonos soberanos europeos la tensión es menor en 2024, con saltos de rentabilidad que van desde los 25 puntos básicos en los títulos italianos de los 45 de los alemanes. El Bund alemán a diez años se sitúa por debajo del 2,5% y el español en el 3,29%. En el caso de la eurozona, la política monetaria sí que tiende a la flexibilización. El Banco Central Europeo mantiene su intención de comenzar con los recortes en junio, aunque exista debate entre los gobernadores de los bancos nacionales sobre el inicio del pivote de su política monetaria.
Además, la deuda nipona también se tensa antes de la reunión del Banco de Japón de la semana que viene. La última decisión sorprendió al mercado con una subida de tipos superior a la que se esperaba y con la desaparición de los tipos en negativo en el país podría llegar otro ajuste restrictivo para el viernes próximo. Con todo, el bono japonés a diez años alcanzó un nuevo máximo al acercarse al 0,9% de retorno, lo que puede obligar a la institución a intervenir de nuevo con más compra de deuda para limitar el rendimiento de los bonos soberanos.