
La Reserva Federal está cargándose de argumentos para aminorar la marcha con sus recortes de tipos. Con una inflación que no termina de caer hasta el objetivo, un mercado laboral potente y una economía más resiliente de lo esperado, el mercado cada vez asume más la posibilidad de que reduzca el ritmo y los tiempos de los recortes de tipos. Esta nueva perspectiva ha creado un 'destiempo' con el BCE que ya está telegrafiando un primer recorte este mes de junio y, con la industria deprimida y una desaceleración de su actividad, se ve abocada a una agenda más ambiciosa con el 'precio del dinero'.
Esta divergencia está agitando los temores de un escenario que parecía enterrado y que cada vez más analistas creen que puede volver: un dólar poderoso que alcance la paridad con el euro. Sin embargo, la mayoría cree, a pesar de que producirá un empujón a la baja, que el viejo continente cuenta con nueva armas que están pasando bajo el radar de los mercados. Este nuevo paradigma otorgará al euro la fortaleza suficiente para evitar que se produzca la paridad, incluso con un calendario de los bancos centrales que ahora se vuelve en su contra.
Los mercados, que daban por hecho a principios de año seis recortes de tipos de la Reserva Federal ahora dan tres, con serias dudas de poder reducirse a dos. El primer ajuste podría darse en septiembre, seguido de otro en noviembre. Por su parte el primer recorte del BCE se da por seguro para junio, seguido de otros ajustes en septiembre y octubre. Este calendario que estiman los mercados, fraguado dato a dato, ha derivado en un euro cayendo un 2,2% y cambiándose por 1,08 dólares.
De hecho este mismo miércoles los datos de inflación han vuelto a arrastrar al euro. El IPC de EEUU ha vuelto a encenderse hasta el 3,5% desde el 3,2% de febrero, el segundo incremento consecutivo que confirma que el tramo final para devolverla al 2% será más difícil de lograr, dando pie a unos menores recortes de tipos por parte de la Fed. Los datos de empleo de EEUU publicados el pasado viernes también dieron otro importante argumento a los defensores de unas menores bajadas, con una creación de 300.000 puestos de trabajo en marzo y, en consecuencia, la tranquilidad de poder dejar los tipos elevados sin miedo a un gran daño en el mercado laboral.
Además, distintos miembros de la Reserva Federal, como los presidentes de la Fed de Minneapolis y la de Dallas, defendían abiertamente que había, como mínimo, que posponer los tipos. En el caso del primero, Neel Kashkari, este dudaba abiertamente de la necesidad de recortar tipos en todo el año 2024 debido a que "si cada vez hay más empleo, la inflación va en la línea correcta y las empresas van bien, ¿por qué tocar tipos?
La paridad tiene opciones
Desde la consultora Quant tienen claro que el resultado de este 'desajuste' es que hay bastante posibilidad de un retorno a la igualdad. "El euro dólar tiene grandes posibilidades incluso de caer por debajo de la paridad". De hecho, los analistas se muestran sorprendidos porque "el euro haya aguantado sin caídas durante tanto tiempo". Respecto a los motivos, el equipo de Quant especifica que "el dólar está ganando fuerza y la economía de EEUU va muy fuerte en relación a la Europa, lo que pensamos que puede llevar a EEUU a bajar tipos por debajo de lo esperado".
Mabrouk Chetouane, jefe de estrategia de Natixis IM Solutions, defiende que el euro se ha estabilizado en una rango de entre 1,05 y 1,11 dólares desde finales de 2023, pero cree que este equilibrio se romperá pronto. "Creemos que tanto las razones cíclicas como estructurales llevarán al euro por debajo de los 1,05" entre los próximos tres y seis meses. En definitiva, no solo es posible esta equiparación sino que el euro puede llegar a ser más barato que su par durante un periodo de tiempo, tal y como pasó con la subida inicial de tipos de la Fed, que se anticipó a la del BCE, y provocó que el euro tocase un suelo de 0,97 dólares en octubre de 2022.
Sin embargo, más allá de los tipos, Chetouane defiende que este cambio hacia divisas prácticamente igualadas vendrá de la fortaleza económica de cada uno. "el diferencial de crecimiento entre Estados Unidos y la zona euro es un factor que debería favorecer al dólar a medio plazo". De hecho, el experto señala que "el crecimiento del PIB previsto para 2024 es del 2,1% para EEUU frente y el 0,7% de la eurozona". En ese sentido "lo mismo cabe decir del diferencial de crecimiento de los beneficios empresariales de las principales empresas que componen los principales índices regionales de renta variable". Ambos factores, para el estratega "deberían apoyar al dólar".
El euro resistirá pese a todo
Peter Kinsella, Global Head of Forex Strategy (UBP), no está de acuerdo con el resto de los analistas pues piensa que las caídas del euro frente a su par norteamericano deberían ser limitadas debido a datos macro positivos que están pasando bajo el radar. "Observamos una enorme mejora del superávit por cuenta corriente de la zona euro y una tímida mejora de los datos de actividad económica", explica Kinsella. Dos factores que, según el experto, hacen que "no esperamos movimiento significativos por debajo de los 1,05 dólares". A pesar de ello, si que reconocen un fortalecimiento del billete verde hasta esos niveles.
Desde mayo de 2023, la UE abandonó una era de volatilidad en su balanza comercial, No en vano, las agresivas compras de energía para llenar sus tanques frente tras independizarse del gas barato ruso, llevaron a un enorme déficit de 484.000 millones. Poco a poco, los países del viejo continente están volviendo a la normalidad en lo que para UBP explicaría la posición más sólida del euro. En 2023 la eurozona fue remontando poco a poco hasta un superávit de 65.900 millones de euros. Por su parte, los últimos datos disponibles (enero), muestran un potente avance respecto al año pasado con 11.400 euros de diferencia entre sus exportaciones e importaciones.
Coincide en estas dudas Claudio Wewel, estratega de divisas de J. Safra Sarasin Sustainable AM, que defiende que la situación actual es muy diferente a la que se dio en 2022. "En aquel entonces la caída del euro reflejó una combinación de importantes vientos en contra, con la crisis energética derivada de la guerra de Ucrania sacudiendo las relaciones comerciales y el tono del BCE. Creemos que algo así no sucederá fácilmente".
En ese sentido Wewel sentencia "no creemos en que el euro llegará a la paridad en los próximos meses". El motivo es que, aunque la curva de tipos de la Fed "se ha aplanado" y su economía se mantiene fuerte, "la moneda europea debería beneficiarse de un repunte mundial del sector manufacturero, y se encuentra en una posición cómoda" tras "datos muy moderados el último año". En resumen, la cotización de la moneda ya está débil descontando esa diferencia macroeconómica con EEUU y el cambio de perspectiva con los tipos de la Fed, más que llevar al euro a la baja lo que hace es "limitar la subida del euro". Es por este motivo que los expertos de J. Safra Sarasin ven a la moneda europea en unos 1,1 dólares para finales del año y no bajando de los 1,07 a lo largo del mismo por norma.
Una sensación que también prevalece en otros analistas, como Stephen Li Jen, CEO de Eurizon SLJ Capital, que explica que, a pesar de que esperan que el cambio de enfoque a la Fed desate caídas en el euro, la sangre no llegará al río. "Europa parece haber sentado las bases y el cuarto trimestre de 2023 probablemente haya marcado su punto más bajo a nivel económico". En ese sentido, "aunque Europa recorte tipos, con una inflación a la baja y una economía en crecimiento no deberían ser tan negativos para el euro".
"El dólar se ha reforzado en parte con grandes posiciones largas especulativas que lo hacen vulnerable"
Además, el experto considera que el euro actualmente esta 'infravalorado' frente al dólar un 10%, un hecho que explica que "a pesar de los cambios no se han producido grandes movimientos". Es por ello por lo que "no vemos paridad en este ciclo". Miguel Ángel Rico, director de Inversiones de Creand Asset Management en España, coincide con este 'euro infravalorado' y explica que "la divisa europea aún está en niveles atractivos" lo que lleva a que "a medio plazo, la tendencia debería ser favorable para el euro".
Thomas Hempell, responsable de macroeconomía y análisis de mercado de Generali AM, parte del ecosistema de Generali Investments, cree, aunque es probable que "el BCE puede estar pivotando por delante de la Fed", la resistencia del euro "podría prolongarse". El motivo es que, según Hempell, además no unos recortes que no diferirá mucho, el dólar se ha reforzado en parte con "grandes posiciones largas especulativas". Un fenómeno que puede dejar a la divisa norteamericana "vulnerable a un retroceso."
El factor Trump
En cualquier caso el mayor riesgo para muchos analistas no son las decisiones que tome Powell, sino la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump. Este factor, para BCA Research, sí que podría desembocar en una potente revalorización del dólar ante sus políticas arancelarias, que culmine en el 'sorpasso' sobre el euro. Para la firma, los conflictos comerciales que puede desatar Trump, con aranceles incluidos, aumentarían la demanda de dólares y productos estadounidenses, algo que debilitaría al euro.
Al margen de este factor, los analistas de BCA señalan que la llegada de Trump traería un repunte de la inflación dado que "la agenda económica de Trump es estructuralmente inflacionaria (aranceles, bajadas de impuestos… etc). En consecuencia, "Trump y la Reserva Federal acabarán chocando y tiene poder para destituir a Powell, una opción que ya ha manifestado públicamente como preferencia. Desde Generali se sumaban a este 'factor Trump' y explican que "junto con un resurgimiento de la inflación en EEUU a medio plazo, el principal riesgo viene también de una victoria electoral de Trump que impulse de forma clara la demanda del billete verde".