
Pese a ser un equipo de gestión de perfil conservador, ya que su primer objetivo es preservar el patrimonio de sus clientes, y pese al optimismo de las firmas de inversión con los fondos de deuda gracias a la normalización de tipos de interés, en Dunas Capital se salen del consenso y advierten de que "2024 no va a ser el año de la renta fija", en palabras de José María Lecube, responsable de esta clase de activo en la gestora.
Su visión de mercado no es tan optimista como la de la mayoría de firmas, que descuentan el mejor de los mundos, como fuertes bajadas de tipos de interés en Estados Unidos en un entorno de déficit fiscal, al tiempo que se incrementan los beneficios de las empresas gracias al aumento de márgenes y ventas, mientras que en Europa se bajarían aún más los tipos por un menor dinamismo de la economía.
En la gestora consideran que ocurra todo esto altamente improbable. Alfonso Benito, director de inversión de Dunas Capital, subrayó durante la presentación semestral de la firma, que con un menor nivel de globalización y con mayores tipos de interés reales "hace falta mucha inversión en descarbonización e inteligencia artificial en un entorno en el que nadie habla de reducir los déficits públicos y en el que habrá un incremento del gasto en defensa", con un crecimiento menor de la economía.
Y es que para la gestora, el mercado está ignorando los riesgos geopolíticos que actualmente acechan, como los conflictos bélicos, o el de las elecciones presidenciales de países como Estados Unidos.
"No creemos que sea el año de la renta fija porque los bonos están caros, sobre todo los europeos", señaló José María Lecube, responsable de deuda en Dunas Capital, para quien no obstante "la buena noticia es que los tipos de interés están en el 4,5-5% y eso deja un refugio para la inversión en bonos a corto plazo, en deuda pública, crédito bancario y algo de crédito de alta calidad".
A su juicio, hay oportunidades en plazos entre 6 y 36 meses de vencimiento que pagan entre el 4% y el 4,5%, lo que permite "recuperar el dinero justo a tiempo para reinvertirlo" en otras oportunidades de inversión.
Lecube explicó que los próximos trimestres se pueden enturbiar. "Hay una exigencia de mayores rentabilidades para el bono alemán, porque el Estado va a tener que afrontar un mayor gasto en defensa y un incremento del déficit público. De ahí que no veamos que sea el año de la renta fija, porque los gobiernos deberán pagar rentabilidades más altas", explicó.
En la parte de renta variable de las carteras de los fondos, han incrementado el peso de las 25 compañías en las que habitualmente están invertidos, después de haber reducido el peso de las más cíclicas. Entre sus apuestas se mantienen compañías como la gestora italiana Anima AM, Logista o Total Energies, aparte de Iberdrola, Santander o BNP Paribas.
"Estamos defensivos porque los activos están caros", apuntó Carlos Gutiérrez, responsable de la cartera de renta variable de la gestora, quién subrayó que pese al escenario demasiado optimista que descuenta la bolsa "hay empresas con valoraciones razonables. Y si cae el mercado, tienen margen".
"La capacidad de fijación de precios ya es menor porque no está justificada por la inflación del coste de energía. Creemos que las estimaciones de beneficios y márgenes de ebitda son muy positivas. Y va a ser muy difícil mantenerlo en un entorno de mayor incertidumbre económica", advirtió.
De ahí que no estén invertidos en las firmas tecnológicas, aunque tuvieron una posición en Alphabet. "Nos declaramos incapaces de saber si van a poder seguir creciendo a este ritmo", remarcó.