Bolsa, mercados y cotizaciones

Lagarde admite por primera vez que la bajada de tipos del BCE podría llegar este mismo verano

Giro inesperado de los acontecimientos en el seno del Banco Central Europeo (BCE). Después de semanas luchando y remando (a través del forward guidance) contra las expectativas de los mercados, que preveían un descenso de los tipos de interés en marzo o abril, Christine Lagarde ha puesto fecha al primer recorte de tipos en la Eurozona: verano de 2024. Los tipos de interés en la Eurozona se encuentran en estos momentos en niveles relativamente altos, con la tasa de depósito (el tipo más relevante) en el 4%. La debilidad de la economía en Europa y los malos datos que vienen de China podrían estar llevando al BCE a adoptar una posición más clara sobre la llegada de los recortes de tipos para intentar encontrar el equilibrio entre crecimiento e inflación, aunque en el mandato oficial del BCE solo se establece el control de la inflación como objetivo del banco central.

Hablando en la Casa Bloomberg en Davos en una entrevista con Francine Lacqua de Bloomberg Television, ha asegurado esta mañana que los bancos centrales y sus políticas están "en el camino correcto" en su lucha para controlar los precios al consumidor, y que es su papel decir lo que es probable que suceda. Según la presidenta Christine Lagarde, el Banco Central Europeo podría alcanzar un consenso del Consejo de Gobierno (el órgano rector del banco central junto con el Comité Ejecutivo) para un recorte de los tipos de interés en verano. Estos se ha interpretado de dos formas distintas: por un lado, parece que descarta cualquier recorte de tipos en marzo o abril, como esperaba el mercado. Pero por otro, admite por primera vez que los recortes llegarán este 2024 y, además, pone una fecha a la primera bajada.

A la pregunta de la periodista de Bloomberg sobre un posible recorte de tipos en verano, la presidenta del BCE ha señalado lo siguiente: "Yo diría que también es probable... Pero tengo que ser reservada, porque también estamos diciendo que dependemos de los datos y que todavía hay un nivel de incertidumbre y algunos indicadores que no están anclados en el nivel en el que nos gustaría verlos". El euro ha reaccionado con modestos descensos a estas declaraciones de la francesa.

El cambio es notable. La última comparecencia en la que Lagarde habló sobre bajadas de tipos fue hace seis días y la francesa aseguro que el primer recorte no se produciría hasta que la inflación se situase de forma estable en el 2%, según recoge la agencia Reuters. No se espera que la inflación caiga al 2% de forma sostenida en el corto plazo (algunos analistas hablan de 2025), por lo que las palabras que ha pronunciado este miércoles cambian completamente la hoja de ruta del BCE.

La lucha en el BCE por los tipos

Respecto al resto de banqueros centrales de los países de la zona euro, Lagarde asegura que se mantienen en contacto para analizar cómo evoluciona la inflación y qué medidas son más adecuadas para obtener el resultado más eficiente con sus políticas: "He hablado con algunos de ellos, han hablado recientemente de forma pública, y cada uno tiene su punto de vista, que respeto completamente", asegura Lagarde. "Generalmente, llegamos a un punto de acuerdo sobre las decisiones que tomamos en base a los datos. Algunos de ellos tienen sus datos internos o nacionales, tienen sus respectivas de tipos y de inflación, que son diferentes de un país a otro".

Aunque la presidenta ha querido recalcar que se está generando cierto consenso, también ha querido advertir sobre las ilusiones que generan los inversores con sus movimientos: las apuestas del mercado que hablan de unos recortes de tipos inminentes y agresivos son una distracción "No ayuda a nuestra lucha contra la inflación si la anticipación es tal que son demasiado altas en comparación con lo que es probable que suceda", explica Lagarde.

La lucha contra los mercados

Desde diciembre, los mercados han valorado una agresiva senda de recortes de tipos a lo largo de 2024 más por los ecos del mensaje que transmitió el presidente de la Reserva Federal de EEUU, Jerome Powell, que por cualquier pista telegrafiada desde el BCE. Al contrario, los funcionarios del eurobanco se han esmerado en poner coto a estas generosas expectativas desde entonces. La secuencia se ha reproducido a la perfección en los últimos días con un mercado descontando un primer recorte de tipos en abril y 150 puntos básicos de bajadas a lo largo de este año.

El economista jefe del BCE, Philip Lane, inició esta nueva oleada de reacciones desde el BCE el pasado fin de semana, cuando advirtió contra las apuestas que recogen una recalibración de la política monetaria demasiado pronto. Lane hizo hincapié en la evolución de los salarios, señalando que el Consejo de Gobierno no dispondrá de los datos más completos hasta finales de abril, es decir, a tiempo para la reunión política de junio.

Comenzada la semana, dos de los miembros más agresivos del BCE, Robert Holzmann y Joachim Nagel, salieron a la palestra. Holzmann destacó que los primeros datos salariales apuntaban a aumentos relativamente altos. El banquero central austriaco también advirtió que no se debería apostar por recortes de tipos este año, dadas las posibles implicaciones en los precios de las perturbaciones en la cadena de suministro y en el suministro de energía derivadas de los acontecimientos en Oriente Medio. El jefe del Bundesbank, por su parte, coincidió en que es demasiado pronto para hablar de recortes de tipos, siendo los salarios la"gran incógnita". El jefe del Bundesbank, por su parte, coincidió en que es demasiado pronto para hablar de recortes de tipos, siendo los salarios la "gran incógnita", si bien se abrió a la posibilidad de cambiar el rumbo en verano.


Este marte, Gediminas Simkus, miembro del Consejo de Gobierno y gobernador del banco central de Lituania, afirmó que los inversores son demasiado optimistas en cuanto a la perspectiva de una bajada inminente de los tipos de interés. Aunque la probabilidad de una reducción de los costes de endeudamiento aumenta a medida que avanza el año, es posible que no se produzca hasta el verano, adelantó el funcionario en una entrevista. "Si no hay sorpresas que cambien los datos y las previsiones, soy optimista respecto a una bajada de tipos este año", declaró Simkus el martes en Viena. "Pero soy mucho menos optimista que los mercados sobre recortes de tipos en marzo o abril".

El gobernador francés, François de Villeroy, comentó ayer que el próximo movimiento del BCE debería ser un recorte de tipos este año, pero no quiso hacer comentarios sobre el momento concreto en que esto podría ocurrir. El portugués Mario Centeno es el único responsable de la fijación de tipos que hasta ahora ha planteado la idea de adelantar los recortes, afirmando que no le preocupan los acuerdos salariales que se están negociando.

"Hasta cierto punto, existe cierta justificación para la dinámica del mercado que anticipa un ciclo de inflexión. Después de todo, las declaraciones de Lane y (la mayoría de) del resto, incluido Nagel, parecen indicar que hay un consenso en el Consejo de que el verano podría ser un posible punto de inflexión. Y una vez que el BCE comience a actuar, Lane dejó claro que no esperaría que esto fuera algo aislado, sino que señaló una secuencia de recortes", vaticinaban ayer, de forma anticipatoria, Benjamin Schroeder y Padhraic Garvey, estrategas de renta fija de ING.

La inflación está en retroceso

Una encuesta publicada el martes por el BCE corroboró la idea de que la inflación está en retroceso, ya que las expectativas de los consumidores sobre el aumento de los precios se desplomaron en noviembre. Las expectativas de inflación a tres años vista han bajado al 2,2% interanual desde el 2,5% previo. Aunque la inflación general repuntó el mes siguiente (del 2,4% al 2,9% interanual), se espera que se reanude la ralentización anterior, sobre todo porque la economía coquetea con la recesión.

"Nuestra opinión es que la inflación será inferior en 2024 a lo que esperan tanto el mercado como el BCE. La continuación del proceso de desinflación en 2024 forma parte integrante de nuestras perspectivas macroeconómicas, ya que algunos elementos clave de nuestras previsiones se derivan directamente de él, como la recuperación de los ingresos reales de los consumidores o el inicio de un ciclo sostenido de recortes de los tipos de interés. Varios factores sustentan nuestra previsión de inflación", apunta Ángel Talavera, de Oxford Economics.

Del mismo modo, prosigue Talavera, "tras la fuerte desinflación de los precios de la energía en 2023, esperamos que los precios sean sólo ligeramente superiores el próximo año. Esto se debe a nuestra previsión actual de los precios mayoristas del gas natural y del petróleo para el próximo año, pero también es un reflejo del retraso en la repercusión de los menores precios del gas y la electricidad a los consumidores, lo que significa que incluso si los precios mayoristas suben, muchos consumidores seguirán beneficiándose de precios más bajos en 2024".

"Nuestra visión de la inflación subyacente también es ligeramente más dovish que la del BCE. Los indicios de desinflación en la inflación subyacente se están reforzando y, si se considera secuencialmente, la inflación subyacente se acerca ya al 2%. Los precios de los bienes industriales se han estabilizado y ahora empiezan a caer moderadamente a medida que desaparecen las restricciones de la oferta, se debilita la demanda y se absorbe el impacto de la subida de los precios de la energía".

Para el experto, este enfriamiento también es evidente en la inflación de los servicios: "Los últimos datos muestran que el crecimiento salarial también está empezando a moderarse y esperamos que continúe así el próximo año. La rigidez de los mercados laborales y la rigidez de las expectativas de inflación harán que el crecimiento salarial sea persistentemente superior al del ciclo anterior, pero seguimos pensando que los salarios están reaccionando principalmente con retraso al aumento de la inflación y a la pérdida de poder adquisitivo, lo que debería traducirse en subidas más moderadas en 2024".

"Nuestra previsión de inflación pesimista significa que esperamos que el BCE recorte los tipos de forma más agresiva de lo que espera el mercado. A pesar de la retórica de línea dura del banco central para evitar una relajación prematura de las condiciones financieras, prevemos que el BCE se embarcará en un ciclo de recortes de tipos a partir de abril de 2024 que situará el tipo de depósito en el 2,5% a finales del próximo año", remata.

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