
Hay pocas bolsas (y activos en general) que ofrezcan más rentabilidad que la bolsa americana este año, gracias a las importantes subidas que se apuntan las compañías tecnológicas. Aunque a principios de año se señalaba que el entorno macro era más benévolo para Europa, todo apunta a que Wall Street volverá a imponerse al parqué del Viejo Continente, engordando la estadística que ilustra que, desde que comenzó este siglo, hace 23 años, en el 70% de las veces el S&P ha cerrado el año con más ganancias o menores pérdidas que el Stoxx600.
Y los inversores ya están posicionados para este posible escenario. Según un informe de Bank of America, que recopila datos de EPFR Global, el flujo de dinero que se ha canalizado hacia la bolsa estadounidende este año supera los 62.000 millones de dólares, frente a los más de 56.600 millones que se han marchado de la europea.
Las salidas de dinero en los parqués del Viejo Continente contrastan con las ganancias que consiguen. Sólo en algunos mercados emergentes se producen también flujos negativos, como puede ser en Brasil o en Rusia, en conflicto con Ucrania desde febrero del año pasado (ver gráfico).
Pero más dinero incluso que la bolsa americana atrae la de China, que consigue flujos superiores a los 64.000 millones de dólares en 2023, a pesar de que este mercado acumula tres años consecutivos a la baja, si se incluye el actual, tanto en divisa local como en dólares. Sin embargo, pese a las sombras que restan visibilidad al gigante asiático (como la incertidumbre sobre su sector inmobiliario, el yuan o la última crisis crediticia), los expertos aún ven mayor crecimiento de su economía en comparación a la de otros países desarrollados.
¿Y en el resto de activos?
Fuera de la renta variable, el efectivo es el verdadero protagonista de este año. A este han ido a parar 1,2 billones de dólares, frente a los 143.000 millones que capta la renta variable en general. Al cash le siguen los bonos del Tesoro, que atraen 186.000 millones de dólares, y los bonos con grado de inversión, con 145.000 millones de dólares.
En el lado de las salidas, las mayores, de 32.000 millones de dólares, se han producido en los bonos emergentes; seguidas de las que se han producido en los bonos ligados a la inflación de EEUUy en los bonos de mayor riesgo, también conocidos como high yield.
