
Las expectativas de los expertos en el ejercicio próximo ya recogen una inflación todavía alta con un crecimiento escaso o incluso la recesión técnica antes de que los bancos centrales comiencen a recortar sus tipos de interés. Este entorno restringe el rendimiento esperado para el 2024 hasta el 6,8%, según la inversa del PER (veces que el beneficio neto queda recogido en el precio de la acción) que baraja el consenso de mercado de Bloomberg para la bolsa europea y para el principal indicador bursátil de Wall Street: el S&P 500.
Este índice neoyorquino cerrará este año con un PER por encima de las 20 veces que logrará recortar por debajo de las 19 al cierre del siguiente, lo que dejaría la inversa del multiplicador de beneficios en el 5,3%. Por contra, el Stoxx 600 que históricamente ha cotizado con descuento frente a Wall Street ofrecerá un retorno del 8%.
Esa media entre ambos índices que aglutina más de 1.000 compañías apenas conseguiría levantar el rendimiento visto hasta la fecha en el 2023. Según la evolución de los principales fondos, que reúne Morningstar y que clasifica elEconomista.es por categorías según el perfil de riesgo del inversor (véase al pie de la información), aquellos expuestos exclusivamente en renta variable obtienen en el año un 7,3%. Es decir, la escasa diferencia invita a pensar en replicar el mismo resultado en los próximos doce meses. Si se cumple esta expectativa de rentabilidad, la bolsa global ofrecería al inversor un retorno ligeramente superior al del 2023, pero inferior al del 2022 que fue el mejor ejercicio de la recuperación de la pandemia desde el 2018.
La mayoría de expertos condiciona el crecimiento global en 2024 al aterrizaje suave de la economía tras los ajustes de las políticas monetarias. Y estas últimas a cómo se devuelvan la pelota los sucesivos datos de inflación y los datos trimestrales del PIB de la eurozona y Estados Unidos.
Gran parte de expertos asume que la economía estadounidense entrará en recesión técnica al acumular dos trimestres consecutivos con contracción, aunque finalmente cerrará el 2024 con un crecimiento superior al esperado en la eurozona, del 0,7% según Bloomberg. No obstante, no todos los expertos son igual de optimistas.
El responsable en renta variable de DWS Group, Marcus Poppe, estima que el crecimiento de la bolsa global se quedará en el 6% el año que viene. "El crecimiento será moderado con mayor impulso de los mercados emergentes que de parte de los desarrollados", según el experto. Desde DWS encuadran el primer recorte de tipos de la Reserva Federal de Estados Unidos en junio, mientras que el consenso de mercado que recoge Bloomberg baraja que pueda darse en mayo. Mientras, el Banco Central Europeo se adelantaría su primera bajada a la reunión de abril (siempre asumiendo que los bancos centrales seguirán realizando movimientos de 25 puntos básicos o sus múltiplos como los vistos durante los últimos dos años).
Tampoco se llegará más allá del 6% de rentabilidad total en el S&P 500 en el año que viene, según estiman desde Goldman Sachs, aunque en las estimaciones del banco de inversión también incluyen dividendos. "Nuestras previsiones macroeconómicas implican un resultado benigno para las acciones, pero el actual punto de partida limitará la apreciación del índice estadounidense de referencia", explicó el analista de la firma, David Kostin.
Una suerte similar corre el Nasdaq 100 con la inversa de su multiplicador de beneficios por debajo del 4% de cara al año que viene, según Bloomberg. Y el principal índice nipón, el Nikkei 225, ofrecerá un retorno del 4,2% que conseguirá doblar el índice de la bolsa china Csi 300.
De nuevo, habría que irse a los índices europeos para ver relaciones entre beneficio neto y precio por acción más baratos. El Dax alemán dejarán un rendimiento del 8,5%, pero será el Ibex 35, con un PER estimado de 10 veces para el 2024, el que arrojaría el mejor retorno para el accionista al rozar el 10% (harían falta menos de diez años para cubrir la inversión de comprar en el selectivo español. Por otra parte, el Ibex 35 cotiza con un descuento del 15% frente al Stoxx 600 gracias a que las expectativas de beneficio dentro del índice europeo para el 2024 son superiores, en la actualidad, a las previstas por el consenso de mercado para el Ibex 35.
Un 7% por ser 'agresivo' frente al 4% de un conservador
'A mayor riesgo mayor beneficio' ha sido un mantra repetido hasta la saciedad que incita al inversor a ser más osado. Sin embargo, el atractivo por ser temerario se diluye si se compara la rentabilidad esperada por un inversor expuesto únicamente en renta variable frente a uno que construye su cartera con deuda soberana y corporativa. Frente al 7,3% de media que se espera de rentabilidad entre la bolsa europea y Wall Street el mercado global de renta fija promete para el 2024 un 3,6%, según el índice 'Bloomberg Barclays Global Aggregate' que recoge de manera ponderada bonos gubernamentales y crédito privado tanto de países emergentes como desarrollados. Es decir, la diferencia entre un perfil agresivo frente a uno más defensivo sería un retorno de poco más de 200 puntos básicos. Dicho de otra forma, un inversor con una cartera equilibrada (60% renta variable y 40% en renta fija) obtiene lo mismo por su exposición a bolsa que si solo estuviera enfocado al mercado de deuda.