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El Tesoro trastoca la curva de tipos: dispara la rentabilidad de la deuda a corto plazo

  • EEUU aumenta las emisiones de corto plazo tres veces más que las de 10 años
  • Los títulos con vencimiento a 2 y 3 años aumentan su rentabilidad…
  • …mientras el resto de la curva recibe compras y reduce sus retornos
Jerome Powell, pres. de la Fed, y Janet Yellen, Sec. del Tesoro | Reuters
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La reacción del mercado en la primera jornada después de conocerse el nuevo plan de emisiones de deuda del Tesoro estadounidense, y la penúltima reunión del año de la Reserva Federal (Fed), ha sido acudir a comprar títulos de deuda americana a partir de 5 años de vencimiento, en adelante, al tiempo que venden los bonos de más corto plazo: los de 2 y 3 años. Estos últimos han incremento su rentabilidad hasta 5 puntos básicos, en el caso de los bonos a 2 años, y de 3 puntos básicos en los de 3 años, lo que ha roto la tendencia que venía experimentando la curva de tipos, desinvirtiéndose en los últimos meses, y ha aumentado el jueves su inversión.

Esta reacción confirma que los inversores se están centrando en el plan de emisiones del Tesoro a la hora de comprar títulos de corto plazo, mientras acuden a comprar los bonos de más largo plazo, siguiendo el mensaje que dejó la Fed, que ha borrado la expectativa de ver una última subida de tipos de interés este año en Estados Unidos, algo que llevaban meses descontando los mercados.

Con esta reacción, la curva de intereses invertida en Estados Unidos se ha vuelto a pronunciar, con el diferencial entre los tipos de 2 años y los 10 años alcanzando de nuevo los 30 puntos a favor del bono a 2 años, la mayor diferencia que se ha visto desde mediados de octubre. El martes, un día antes de la publicación del plan del Tesoro y de la reunión de la Fed, la curva invertida alcanzaba los niveles más bajos que se han visto desde septiembre de 2022, en los 16 puntos básicos a favor del bono a 2 años.

El Tesoro se centra en las emisiones de corto plazo

La primera conclusión que deja la publicación de la nueva hoja de ruta del Tesoro es una reducción de las emisiones, en general, para este trimestre. Frente a las previsiones de los mercados, que apuntaban a emisiones por 114.000 millones de dólares en los próximos tres meses, finalmente la cifra será de 112.000 millones, lo que ha relajado el miedo de los inversores a que se genere una sobreoferta importante en el mercado de deuda americana.

Sin embargo, la distribución de estas emisiones es clave para entender la reacción que han tenido los mercados: la mayor parte del incremento que se ha producido se centra en las de más corto plazo, dando lugar a una oferta mayor de este tipo de bonos, y los mercados lo están teniendo en cuenta.

El aumento de las emisiones de bonos de 3 años ha sido del 14,3%, pasando de 42.000 millones en el trimestre anterior, hasta los 48.000 de ahora. En los bonos de 10 años el incremento ha sido del 5,3%, desde los 38.000 millones hasta los 40.000 millones, y en los bonos de 30 años se queda en el 4,3%, desde ellos 23.000 millones anunciados en julio, hasta los 24.000 millones actuales. Así, el Tesoro confirma que aumenta el ritmo de emisión de la deuda de corto plazo 3 veces más de lo que lo hace en los títulos a 10 años.

El incremento de la sobreoferta de renta fija es el principal motivo que ha llevado a algunos expertos, como el célebre inversor Ray Dalio, a anticipar que los mercados de deuda americana podrían seguir tensionándose. "Hay una situación anormal de oferta-demanda en el mercado, debido a la gran cantidad de deuda que tiene que colocar el gobierno estadounidense", recordando el experto que la oferta de bonos americanos va a seguir siendo "enorme". De este modo, la decisión del Tesoro de centrarse especialmente en emisiones de corto plazo, frente a los bonos a 10 años, ha contribuido a generar las ventas de los primeros frente a estos últimos.

"Lo que ha sido más interesante esta semana ha sido la composición en la oferta del Tesoro", explica George Curtis, gestor de carteras de TwentyFour Asset Management. "En el plan que se presentó en agosto se apuntaba a un aumento en la oferta de duración [vencimientos más largos, frente a la oferta de los de más corto plazo], mientras que esta semana se ha presentado una caída significativa en el crecimiento de la oferta de bonos de más largo plazo, mucho menos de lo que el mercado estaba descontando", confirma Curtis.

Los tipos ya han tocado techo y se bajarán en mayo

La otra consecuencia que ha tenido el Tesoro y la Fed esta semana ha sido borrar las expectativas de ver una última subida de tipos de interés en este ciclo. Los mercados ya llevaban semanas comprando el mensaje que lanzó Powell en septiembre, que confirmaba las expectativas de una última subida de tipos de interés en diciembre, que los dejaría en el 5,75% antes de que empezase el proceso de recortarlos.

Los inversores recibieron las conclusiones de ambos eventos con compras de deuda, que han contribuido a borrar la expectativa de una última subida en el precio del dinero en este ciclo. Ahora, la probabilidad de que se produzca un nuevo incremento, ya sea en la reunión de diciembre, o en la de enero, ha caído hasta el 28%, y el siguiente movimiento de tipos que están descontando los mercados es un recorte en el mes de mayo, con una probabilidad de casi el 60%.

Con este escenario de bajadas de tipos en el horizonte de medio plazo, la renta fija aumenta su atractivo frente a otros activos, ya que el recorte del precio del dinero contribuirá a generar subidas de precio, y caídas de rentabilidad a vencimiento, en los títulos de deuda del país. Hay que recordar que la rentabilidad real que ofrece el bono americano (la rentabilidad nominal descontando las expectativas de inflación a futuro) se encuentra ahora en el 2,36%, un nivel relativamente alto frente a lo que se ha visto en los últimos años.

Desde que el bono rompió la barrera del 2% de rentabilidad real a mediados de septiembre, son muchos los analistas que han destacado el atractivo que ofrece este activo para volver a incorporarlo a las carteras. Al fin y al cabo, el mercado considera que el bono americano es el activo libre de riesgo por excelencia, y un 2% "sin riesgo" es un retorno que, en los últimos años, sonaba a ciencia ficción.

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