
El primer día de mercado de octubre y, también, el primero del cuarto trimestre del año, no ha sentado bien a las principales bolsas europeas, que están teniendo dificultades para esquivar las ventas en las últimas semanas. El EuroStoxx cerraba con una caída del 0,89%, que lo dejaba a un 2,5% de los mínimos anuales que alcanzó en marzo. El Ibex, por su parte, corregía un 1,16%, y fue el segundo más bajista tras el Mib italiano.
Pese a que el jueves y el viernes de la semana pasada los índices del Viejo Continente tuvieron una tregua –aunque ayer volvían a borrar estas ganancias–, no les valió para salvar el tercer trimestre del curso, que cerraron en negativo, lo que significa el primero en rojo de 2023, también para Wall Street.
En el cómputo del año, las ganancias siguen predominando en ambos lados del Atlántico, con un saldo de 9,1% para la bolsa europea y un 13,2% para el Ibex, que es la segunda más alcista después de la italiana, con ganancias de 17,5%. El S&P 500, por su parte, gana un 11% en 2023, y ayer también pinchaba un tibio 0,4%, a cierre europeo.
"Los inversores han mostrado pocos signos de pánico durante una caída del mercado bursátil que ha llevado al índice S&P 500 a su primer trimestre con pérdidas en un año. Pero bajo la superficie están apareciendo señales de tensión que van mucho más allá del cierre del Gobierno estadounidense que acaba de evitarse. No es la intensidad de la caída lo que está pesando en el ánimo, sino el hecho de que las grandes jornadas bajistas son cada vez más frecuentes y escasean los grandes repuntes", indican desde Bloomberg.
Por valores, y en clave nacional, las compañías energéticas fueron las que lastraron con más dureza al Ibex, con pérdidas de más del 2% en firmas como Naturgy, Endesa y Solaria Energía.