
La teoría diría que en fase de recuperación económica los valores ligados al ciclo tienden a comportarse mejor y dejar mejores retornos para los inversores. El contratiempo llega cuando el mercado duda de la recuperación de la actividad y baraja como más probable un escenario de reflación prolongado (periodo de estímulos y políticas monetarias para evitar una recesión) o directamente una estanflación.
El Reloj de la Inversión que elabora Royal London AM aún tiene la manecilla en la fase de recuperación aunque cada vez se retrasa más la zona donde la renta fija sigue siendo la mejor opción. Esto implicaría que aún sería el momento de incluir en cartera a valores cíclicos que expandirían su actividad de la mano de la recuperación. Sin embargo, la cotización de las cíclicas refleja otra realidad.
Las compañías europeas de este grupo dentro del Stoxx 600 se dejan de media un 4,7% desde que comenzó el verano y China empezó a publicar datos macroeconómicos que apuntan a un débil crecimiento de su economía y a la caída de la demanda y consumo del gigante asiático. Las automovilísticas entran en esta ecuación como el sector cíclico que más se deja en el mercado desde el primero de julio: un 6,7% dentro del índice europeo. Las escuderías cotizadas acusan la presión de sus márgenes y el recorte del beneficio esperado para este año ante la caída de las ventas aunque los resultados del primer semestre fueron mejores de lo esperado, según el consenso de mercado recogido por Bloomberg.
En la misma jornada de este viernes UBS recortó su recomendación de neutral a cerrar posiciones en Volkswagen y Renault. Volvo es la automovilística que más se deja en el parqué desde que comenzó 2023 (un 14,5%) mientras que el conjunto aún avanza un 14% desde el primero de enero gracias a la contribución de Ferrari (sube un 44%) y Stellantis (avanza un 28,5%).
Pero son las conocidas como cíclicas tardías las que se enfocan en la producción y transformación de materias primas, las que más se resienten por la debilidad de los datos chinos. Desde que comenzó el año, el sector dentro del Stoxx 600 retrocede un 14,7%, lo que sitúa al colectivo como el más bajista del índice en el año aunque la incertidumbre sobre China y sobre el escenario de estanflación que barajan los bancos centrales dejaron su marca en la renta variable en general.
"A medida que avanzamos, reconocemos que puede ser necesario un posicionamiento más defensivo más adelante en el año, en caso de que la inflación se mantenga obstinadamente alta y requiera una política más estricta hasta que dañe el panorama de crecimiento. Esto podría hacer que nuestro Reloj de Inversión se desvíe hacia el cuadrante de reflación, donde los bonos del gobierno generalmente tienen un rendimiento superior", explicó el analista de Royal London AM, Jake Winterton.
Los principales indicadores de la eurozona publicados desde junio apuntan a un debilitamiento del mercado europeo durante el segundo semestre del 2023, según el economista de JSS AM, Karsten Junius, lo que implicaría una caída de las manufacturas y pedidos industriales. Eso iría ligado a una menor demanda de materias primas y, por tanto, los precios de metales como el cobre o el acero tenderían a la baja, lo que recortaría aún más las previsiones de beneficios de compañías acereras, metaleras o mineras.
"BHP Billiton, Rio Tinto y Fortescue podrían experimentar importantes caídas en el beneficio bruto de explotación de sus negocios en los próximos dos años fiscales. Fortescue será el más afectado, ya que se dedica exclusivamente al mineral de hierro de calidad inferior y sufre de márgenes más bajos que sus pares más grandes", estimó el analista de Bloomberg, Mohsen Crofts.
En el caso de Glencore, minera de origen británico, se espera un ebitda para el ejercicio en curso por debajo de los 16.500 millones de dólares, un 27% menos de lo que barajaba la media de expertos que recoge FactSet y casi la mitad de lo anotado el 2022. En el caso de las acereras españolas las previsiones mejoran respecto a lo proyectado por los analistas a primeros de año pero aún así supondría cerrar, tanto en el caso de Acerinox como en el caso de ArcelorMittal, el peor beneficio bruto de explotación desde 2019.
Atendiendo al Reloj de la Inversión de Royal London AM, y a dónde apuntan las agujas ahora y en el futuro posible escenario, la mejor estrategia sería combinar renta variable repartida entre valores de crecimiento y defensivos, bonos soberanos y materias primas agrícolas.