Marzo ha marcado un antes y un después en el devenir de la renta variable en 2023 y las compañías más expuestas al ciclo (que fueron los que mejor se comportaron en 2022 y en los dos primeros meses del año) están siendo las más penalizadas por el terremoto bancario y los últimos mensajes de los bancos centrales.
Las quiebras de SVB y Signature Bank y la caída de Credit Suisse ha truncado y, probablemente retrase, la recuperación del momento ciclo que se aceleró a comienzos del ejercicio cuando el mercado descartó la probabilidad de ver una recesión. Y en este contexto y con el precio del petróleo en zona de mínimos anuales, el dinero ha huido, esencialmente, de compañías financieras y energéticas para refugiarse en valores con un perfil más seguro como la tecnología y el consumo.
A falta de una semana para cerrar el primer trimestre del ejercicio, la bolsa europea se anota alzas del 3,6%, si bien va camino de cerrar el mes con pérdidas del 4,5%y tres sectores acumulando pérdidas de doble dígito. Los acontecimientos de las dos últimas semanas han provocado una estampida del sector bancario, que corrige un 18% en marzo y ya cotiza en rojo en el año, acompañado del real estate con un 16%, la energía con un 11% y recursos básicos y seguros con un 9%.
Al otro lado, consumo y servicios y tecnología (que acaba de recibir un balón de oxígeno después de que la Fed indicase este miércoles que el fin de la etapa de subidas de tipos de interés está más cerca) se sitúan como las más alcistas en marzo, con un avance del 1%, seguida de alimentación con un 0,9%, consumo básico y salud. Por nombres propios, las mayores subidas son para la cervecera Royal Unibrew y el grupo de nutrición irlandés Glanbia, con alzas del 18% en el caso de la primera y del 14% en el de la segunda y la española Viscofan se cuela entre las cinco que más suben del Stoxx 600.
Un ajuste de mercado que no se ciñe exclusivamente al que se está produciendo en el parqué europeo. Si bien las pérdidas en el mes del S&P 500 son sustancialmente menores (un 1%, con datos a media sesión del viernes), las cotizadas que más rebotan de este indicador también están vinculadas a la tecnología y la alimentación, con alzas del 17% y del 13%, respectivamente. Asimismo, las mayores pérdidas las está sufriendo la banca regional, con un 39%, donde destaca el desplome cercano al 90% que firma First Republic. Pero la mayor prueba de este cambio de tendencia es el Nasdaq 100, que tras un catastrófico 2022, va camino de cerrar marzo con un subida del 5%.
Así las cosas, ¿qué cabe esperar de la banca las próximas semanas? A ojos de Mark Haefele, director de inversiones de UBS Wealth Management, "la confianza es frágil, es probable que la volatilidad del mercado se mantenga alta y los formuladores de políticas pueden tener que ir más allá para asegurarse de que la fe en el sistema financiero mundial se mantenga sólida", señala este experto en declaraciones recogidas por Bloomberg. "También es probable que las condiciones financieras se endurezcan, lo que aumenta el riesgo de un aterrizaje forzoso para la economía, incluso si los bancos centrales alivian los aumentos de las tasas de interés", añade.

La cuestión clave es si el colapso bancario ha llegado a su fin o si este puede derivar en una crisis de crédito. Para Wolf von Rotberg, estratega de renta variable en J. Safra Sarasin Sustainable AM, aunque las bolsas ya han sufrido fuertes caídas a lo largo del año, las pérdidas en los mercados no públicos aún no se han contabilizado en su totalidad: "En este sentido, SVB ha sido la entidad más expuesta, ya que se encontraba entre la tecnología privada y el capital riesgo y, una cartera de renta fija a largo plazo mal gestionada".
"Ambas cuestiones tienen un factor común: el aumento de los rendimientos. Añadiríamos el sector inmobiliario y en particular las carteras de inmuebles comerciales, a la lista de industrias de mercado que aún no han digerido del todo el pasado aumento de los tipos de interés y, por tanto, advertiríamos contra una exposición excesiva al sector. El proceso de ajuste de precios ha sido lento en el sector inmobiliario y es probable que se prolongue un año más", explica.
No en vano, no sorprende que al margen de Credit Suisse, que se desploma más de un 70%, Bawag Group (-29,6%) y Deutsche Bank (-27,6%), las inmobiliarias Aroundtown y Vonovia con descensos del 40% y del 30%, respectivamente, y la firma de servicios financieros Allfunds, que se deja un 27,6%, sean los peor parados de la bolsa europea en el mes.
Cambios por el colapso bancario
Las gestoras nacionales consultadas por elEconomista.es reconocen que no se han visto forzadas a revisar sus portfolios por las turbulencias bancarias de las últimas semanas. "En términos generales ya veníamos con un sesgo más de calidad y defensivo frente al ciclo y financiero desde hace un par de meses", reconoce Javier Miralles, gestor de renta variable de Mapfre AM.
Cabe recordar que desde mediados de octubre hasta los máximos de 2018 que se alcanzaron el pasado 6 de marzo, el Stoxx Banks ofrecía una revalorización del 40%. Y en el caso del índice Ibex Banks, el rendimiento fue incluso superior al 50% en estos cinco meses. "Eso nos hizo ser prudentes ya que consideramos que se estaba descontando un best case scenario en el que el mercado asumía que ni los bancos centrales iban a ser tan agresivos como decían que iban a ser, ni que la inflación iba a ser tan duradera, ni que ninguna magnitud macro se deterioraría lo suficiente a consecuencia de lo anterior. En definitiva, el mercado entró en modo risk on [percepción generalizada de riesgo bajo en los mercados financieros] en el que no nos sentíamos cómodos, principalmente porque nuestro tipo de partícipe es mucho más conservador", explica Miralles.
En esta línea, Salvador Díaz, director de inversiones de Altair Finance, admite que a principios de año vendieron la totalidad de posiciones en acciones de bancos, y mantienen recursos básicos y energía, "donde pensamos se ha producido una toma de beneficios después de un año muy bueno pero son sectores estratégicos y con una gran potencial todavía". Sin embargo, en lo que se refiere a tecnología, "a pesar del movimiento táctico, vemos presión en las valoraciones por el lado de tipos altos y menor crecimiento a nivel estructural para la próximos años", agrega.
Por su parte, Borja Traseira, gestor de fondos en Welzia Management, admite que la rotación de su cartera es trimestral, por lo que no se han visto influidos por los últimos acontecimientos a la hora de realizar cambios en el fondo. "En general, si algo ha demostrado el mercado en los últimos años es que las rotaciones son cada vez más rápidas, y te suelen coger a contrapié; con lo que creemos que en situaciones como esta lo importante es mantener la hoja de ruta y no desviarse de la estrategia a largo plazo a pesar de estos shocks de mercado que inevitablemente aparecen de cuando en cuando", afirma.
¿Ajuste de carteras en el trimestre?
Obviando el corto plazo, la pregunta que cabe hacerse ahora, a las puertas del segundo trimestre, es si toda la incertidumbre que está generando el sector bancario –este viernes se sumó Deutsche Bank con un descenso del 13%– puede desembocar en un trasvase aún mayor del ciclo a valores considerados más seguros. La respuesta más extendida entre los gestores es que sí, aunque esgrimen distintas razones.
"Los últimos acontecimientos han introducido miedo en el mercado, y siempre que esto ocurre se buscan los valores más defensivos. Además, se da la circunstancia de que determinados sectores más cíclicos, como el industrial, no estaban especialmente baratos", señala Mikel Navarro, responsable de renta variable europea en BBVA Asset Management.
Una opinión que también comparte Francisco Simón, jefe de asignación táctica de activos discrecional de Santander Asset Management, aunque esgrime argumentos diferentes. "A lo largo del año creemos que se van a empezar a hacer cada vez más patentes los efectos de una política monetaria restrictiva. Uno de los efectos principales de política monetaria es el tensionamiento de las condiciones crediticias que tienen un impacto muy importante en la actividad económica ya que se encarece el acceso al crédito", advierte. Para este experto hay claros riesgos de crecimiento a la baja en los próximos meses, lo cual debería pesar en los valores cíclicos frente a los defensivos. "Creemos que la política monetaria actual y el escenario de crecimiento favorecerá la rotación de ciclo a más defensivo", defiende.
El gestor de Mapfre AM también apoya esta opinión. "Es probable que el momentum de la banca continúe, posiblemente los resultados de las entidades financieras sigan siendo buenos ya que las dinámicas macro acompañan (por ahora…), pero el coste de capital de invertir en este tipo de activos creo que aumenta, por lo que los inversores serán más prudentes a la hora de tomar posiciones en determinados activos. En cuanto a otros sectores cíclicos (retail, turismo, construcción…) que también llevaban un espectacular performance en los últimos meses, es probable que también se vean afectados por este susto que nos han dado los mercados", apunta Miralles.
En este sentido, señala que sería más exigente en sus valoraciones en sectores como bancos, turismo o construcción. "Ante la incertidumbre que nos rodea, la volatilidad, los riesgos, me siento más cómodo dando mayor peso a valores de un perfil más seguro (consumo no cíclico, gestores de infraestructuras sin riesgo de volumen, algunas farmacéuticas) que en compañías que necesitan escenarios macros muy favorables para potenciar sus valoraciones", concluye.
Distinta es la visión de Traseira, que considera que esta rotación ya se ha producido a tenor de las subidas que se han visto tanto en Europa como en EEUU. "A nuestro juicio la valoración de este tipo de compañías es elevada, sobre todo comparada con la rentabilidad del bono gubernamental americano; con lo que cualquier tentación de sumarse a la tendencia puede ser contraproducente para el inversor", explica. "Desde Welzia, más que por la eterna discusión entre sectores defensivos y cíclicos preferimos centrarnos en encontrar negocios sólidos a valoraciones razonables y con poca deuda. Este tipo de empresas son refugios sólidos en tiempos de incertidumbre, e incluso suelen salir incluso reforzadas de las crisis, que arrastran a competidores suyos más desprotegidos, dándoles una mayor cuota en sus mercados", apostilla.