
La bolsa de Milán ha recibido dos golpes en lo que va de agosto. Por un lado, el recorte de calificación de Moody's a varias entidades norteamericanas afectó al principal índice italiano, el Ftse Mib, igual que al resto de referencias europeas: con un recorte. Por otra parte, el impuesto a los beneficios de la banca anunciado por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, (y matizado más tarde) provocó el éxodo de los inversores que llevó al Mib a caer más de un 6% desde los 29.644 puntos (máximos no repetidos desde 2008) y a borrar casi 9.500 millones de euros en la bolsa italiana.
Y aunque el selectivo italiano mitigue la caída al cierre semanal la lectura real es que solo siete compañías del Mib cotizan por encima del techo del año marcado hace nueve sesiones.
Si el septeto ha conseguido mantenerse a flote ha sido gracias al optimismo tras unos resultados trimestrales que se impusieron a la corriente bajista. Leonardo registró una mejora de su negocio aeroespacial que en palabras del analista de Bloomberg especializado en defensa, George Ferguson, "permite a la compañía recuperar su negocio y eficiencia". El consenso de mercado recogido por FactSet ya estima una mejora de los ingresos y de su resultado operativo hasta el punto de cerrar el 2023 como el mejor ejercicio desde 2013. Pero Leonardo cotiza con escaso potencial al situarse cerca de su precio objetivo en los 13,85 euros.
Es la constructora de plataformas petrolíferas Saipem (subsidiaria de Eni pero que cotiza por separado) la que ofrece el mayor recorrido por delante según los expertos, con un potencial del 42%. Sin embargo cotiza cara con un PER (veces que el beneficio queda recogido en el precio de la acción) de 29 veces frente a la media del sector en las 20. Por su parte Eni, que sube un 6% en el año tendría un margen de mejora del 15%, según los expertos, aunque en su caso sí cotiza más barata que las integradas europeas.
Buzzi, cementera italiana, se centró en el mercado estadounidense en los últimos trimestres, lo que ha permitido mejorar su posición y ganancias, según apuntaron desde JP Morgan. Y es que la cementera estuvo más expuesta a mercados europeos del este en ejercicios pasados, lo que provocó que su negocio se viera afectado por el conflicto en Ucrania.
Tenaris, productora de acero, cuenta con un potencial del 20% y cotiza más barata que las españolas y cotiza con un PER inferior al de las españolas Acerniox o ArcelorMittal. Otra que tiene un margen de mejora cercano al 20% es Iveco, según el consenso de FactSet, que se sumaría al 65% que sube en el año, la segunda más alcista del Mib. Y cerraría el grupo la torrera Telecom Italia con un potencial inferior al 10%. Sin embargo, entre las supervivientes del desplome italiano solo hay cinco recomendaciones de compra, según el consenso de mercado recogido por FactSet. Leonardo, Buzzi, Unipol, Eni y Tenaris están entre ellas mientras que el consejo para las acciones de Iveco y Telecom Italia es el de mantener.
Potencial aún con el impuesto
Donde tampoco hay recomendaciones de venta es entre las más damnificadas por el efecto Meloni: las entidades cotizadas italianos. En otros países ya se han implementado medidas para gravar los beneficios extraordinarios de la banca, como son los casos del Reino Unido, Polonia o España. Pero en este caso el impuesto que viene de la mano del ejecutivo de extrema derecha ascendería al 40% en todas las ganancias que excedan en un 5% los ingresos netos por intereses entre 2022 y 2021 (o a los que superen al 10% de la diferencia entre el ejercicio en curso y el 2021). Si bien estaría limitado a su vez a un máximo del 0,1% del activo total de la entidad.
El caso es que el primer anuncio de la primera ministra bastó para forzar el desplome de varios bancos por encima del 8% el pasado martes, como fue el caso de Intesa Sanpaolo. No es para menos, dado que según las previsiones de beneficios que se esperan para este año, este banco sería el que tendría que compartir el mayor importe de sus ganancias con el Estado italiano: 952 millones de euros, según Bloomberg. Unicredit sería la que pagaría más por este impuesto (le corresponderían más de 830 millones de euros) hasta superar los 2.300 millones en 2023 solo entre las seis grandes entidades italianas o más del 12% del total de sus ganancias, según Citi. "Consideramos que este impuesto es sustancialmente negativo para los bancos dado el impacto en el capital y las ganancias, así como en el costo del capital de las acciones bancarias", mencionó la analista de la firma, Azzurra Guelfi.
Pero más allá del shock del mercado, las valoraciones de los expertos no han provocado la revisión a la baja de sus respectivos precios objetivos. El potencial alcista que ve el consenso de mercado recogido por FactSet para los bancos italianos supera el 30% de media. BPER Banca tiene un recorrido por delante superior al 60% para los expertos que extenderían el 36% que sube en lo que va de año. Banco BPM, Intesa Sanpaolo y UniCredit (que ostenta el mejor consejo de compra entre sus pares) tienen un margen de mejora cercano al 40%. Solo los dos bancos con una recomendación de mantener -Mediobanca y Banga Generali- tienen un potencial inferior al 10%, según los expertos.
No obstante, y aunque la bolsa italiana se haya llevado la peor parte durante las últimas sesiones, el Ftse Mib sigue subiendo un 20% en lo que va de año, por encima de sus pares europeos, y solo es superado por índices americanos como el Nasdaq 100 y su avance del 35% este 2023. Por otra parte, y gracias al recorrido que ven los expertos en valores como los bancos italianos, el potencial del Ftse Mib supera el 20%, según el consenso de Bloomberg, hasta el precio objetivo de los 34.942 puntos que la bolsa de Milán no ha visto en más de 16 años.