
Monica Defend dirige el Amundi Institute, la línea de negocio donde esta gestora francesa –que es la tercera más grande de Europa por volumen de activos– reúne sus actividades de análisis y estrategia. Atendió las preguntas de elEconomista.es en una entrevista que tuvo lugar antes de la reunión de la Fed de la semana pasada (en la que el organismo confirmó una pausa en las subidas de tipos).
Jamie Dimon (el presidente y CEO de JP Morgan) afirmó el mes pasado que los bancos "deben prepararse para tipos del 6%". ¿Usted dónde los ve?
En los próximos 12 meses, podríamos ver el Treasury a 10 años irse hasta el 3%, aunque dependerá de lo profundo y persistente que sea el recorte de tipos.
¿Espera una recesión en Estados Unidos? ¿Cómo de profunda?
Esperamos una recesión superficial, con un crecimiento nulo en el segundo trimestre, del -0,4% en el tercero y del -0,6% en el cuarto. Ese será el punto más bajo, y desde ahí el crecimiento empezará a recuperarse.
Hemos visto a varios bancos regionales de EEUU derrumbarse y aquí, en Europa, al sector inmobiliario desplomarse en el parqué. ¿Cuál es la diferencia entre la situación que atraviesan estos dos sectores hoy y la que se vivió en 2008, cuando todo colapsó?
La gran diferencia está en el sector bancario europeo, que ha estado trabajando muy duro para mejorar, tanto en el frente regulatorio como en sus balances. Si comparamos la situación actual con la de hace 15 o 16 años, el estado de salud del sector financiero, en particular en Europa, es mucho, mucho mejor ahora que entonces. Y también lo es la supervisión del regulador. Por esto, desde nuestro punto de vista, evitaremos la posibilidad de un riesgo sistémico o un contagio de Estados Unidos a Europa. Esto supone una gran diferencia [respecto a 2008]. También los niveles de inflación son distintos. Por estas y otras razones hablamos de una recesión superficial. Al mismo tiempo, en relación con 2007, a día de hoy afrontamos un mayor riesgo geopolítico; en aquel momento no se estaba librando una guerra en Europa y, probablemente, la situación entre Estados Unidos y China era menos crítica. Estos factores también juegan su papel. Le puede interesar: "El apalancamiento de SBB es una excepción en Europa".
Volviendo al sector inmobiliario, ¿ve un riesgo importante en él en Europa?
No realmente. Nos hemos centrado más en Estados Unidos, porque allí veíamos desequilibrios que necesitaban ser corregidos o que eran preocupantes. No hemos mirado a Europa como una región preocupante.
¿Es un buen momento para ir hacia activos refugio?
El oro es un paraíso seguro. Queremos verlo por encima de los 2.000 dólares. Tenerlo como cobertura es una buena idea. En lo que respecta a las divisas, hemos estado posicionados en el franco suizo y en el yen. Uno de los cambios más importantes que hemos observado este año es en el dólar estadounidense. A menos que la situación económica realmente se vuelva preocupante, pensamos que debería debilitarse.
No sé hasta qué punto conoce el mercado español. Me gustaría preguntarle por una compañía, Ferrovial, que ha trasladado su sede a Países Bajos con el objetivo de facilitar su salto a la bolsa de EEUU. ¿Qué le parece que las empresas realicen esa 'internacionalización' y que sufran presiones gubernamentales, como le ha sucedido a Ferrovial, por hacerlo?
En primer lugar, no conozco este caso en particular. Desde un ángulo más amplio, lo que sí hemos presenciado es una evolución del friend-shoring [tendencia a reubicarse o construir puentes con países amistosos]. En Europa, el Covid ha puesto de relieve que la globalización podría llegar a ser un riesgo para la seguridad nacional.
Amundi es una gestora con un marcado sesgo sostenible. A medida que el reloj avanza, ¿cree que veremos a muchas compañías admitir que no alcanzarán sus objetivos de descarbonización para 2030 y 2050?
Es posible que se renegocien los plazos, pero el camino es muy claro. Es la única dirección en la que podemos ir y veo un compromiso serio. En Europa estamos bastante avanzados, pero la Ley de Reducción de la Inflación de EEUU también ha supuesto un fuerte empujón hacia la transición. Y la guerra en Ucrania la ha acelerado. En Europa, hemos manejado la escasez de gas procedente de Rusia y hemos sido bastante rápidos diversificando los proveedores, pero todavía existe la necesidad de seguir adelante.