Los mercados y los inversores parecen haberse olvidado de las recientes turbulencias bancarias que se han vivido en EEUU y en Europa. Pese a la quiebra de varios bancos, los índices bursátiles han repuntado con fuerza en las últimas semanas (incluso los bancos han retomado el pulso), mientras que el optimismo parece repuntar en el ambiente. El 'aterrizaje suave' ha vuelto a los informes de los analistas como una opción más, mientras que una recesión larga y profunda parece casi descartada. Todo ello, edulcorado con las posibles bajadas de tipos de los bancos centrales. Un bonito escenario para las bolsas... o eso parece. Los economistas de JP Morgan creen que esta visión es errónea y ha lanzado un mensaje pesimista a sus clientes: "Adopten una postura más defensiva".
Un espejismo en el mercado
La esperanza entre los inversores de una rápida resolución del techo de la deuda parecía haber reforzado un poco la confianza del mercado. Los activos de riesgo han subido con intensidad, pero no han logrado salir de los rangos de este año (romper resistencias), mientras que el crédito (bonos y deuda) y las materias primas cotizan en la parte baja del rango de este 2023.
Con todo, los estrategas de JP Morgan creen que la energía (petróleo, gas...) tiene aún margen para seguir cayendo, las acciones pronto corregirán, mientras que el oro y la liquidez son una opción a día de hoy más atractiva. JP Morgan pone su cartera en modo defensivo ante lo que puede estar por venir.
Con las acciones cotizando cerca de máximos anuales, "recomendamos a los inversores que se olviden del optimismo sobre el techo de la deuda y adopten una postura más defensiva, elevando la asignación al efectivo y al oro a expensas de la energía, las acciones y la deuda".
En particular, "incrementamos en dos puntos porcentuales a nuestra asignación de efectivo al reducir nuestra ponderación en acciones y bonos corporativos en un punto porcentual cada uno", comenta la nota semanal publicada por el gran banco americano.
Dentro de las materias primas, los estrategas de JP Morgan han reducido la asignación a la energía en dos puntos porcentuales para añadirlos al oro (los bancos centrales llevan varios trimestres aumentando sus compras de oro). Hay varias razones que justifican esta postura más defensiva.
Seis razones para el miedo
1. La resolución sobre el techo de deuda en EEUU aún no se ha producido. Aunque en los últimos días haya reinado el optimismo, desde JP Morgan muestra sus reservas y creen que esta vez las probabilidades de que no se alcance un acuerdo que amplíe este techo y permita al Tesoro emitir más deuda. La cantidad de liquidez que esto drenará del sistema bancario puede generar importantes tensiones en el mercado monetario y agravar cualquier tipo de miedo.
2. El riesgo de recesión sigue siendo elevado, según JP Morgan. Sin embargo, "este riesgo se ha comenzado a infravalorar por los mercados a medida que los activos de riesgo se han ido recuperando... En otras palabras, el escenario más probable integrado en los mercados es el de 'no recesión' o el llamado 'aterrizaje suave'. En nuestra opinión, es probable que la crisis bancaria de EEUU amplifique el impacto del endurecimiento anterior y actual de la Reserva Federal", señalan estos expertos.
La política monetaria funciona con cierto retraso y la crisis bancaria de EEUU revela que hemos llegado a un punto en el que el impacto del endurecimiento acumulado (todas las subidas de tipos y la reducción del balance) de la Fed se siente con más fuerza.
3. "La temporada de resultados del primer trimestre ha hecho muy poco para cambiar nuestra opinión de que el crecimiento se está desacelerando... La aparente gran sorpresa positiva de los beneficios por acción en la temporada de resultados del primer trimestre para el índice S&P 500 se produce después de que los analistas redujeran el listón considerablemente justo antes de que comenzara dicha temporada", añade el informe de JP Morgan.
Los expertos del banco más grande de EEUU creen que, salvo alguna sorpresa que tiene difícil explicación, los resultados muestran una clara tendencia: tanto los ingresos como los beneficios por acción van a seguir a la baja. Esto, antes o después, supondrá un recorte de la inversión de las empresas que ser traducirá en un menor crecimiento del empleo y de la economía.
4. Las valoraciones son demasiado elevadas. "La estimación de beneficios por acción para el índice S&P 500 para el año calendario completo 2023 ha disminuido hasta los 220 dólares frente a los 230 dólares de principios de año. Esto, junto con el fuerte repunte de las acciones de EEUU hasta la fecha, ha llevado el múltiplo price to earning ratio del año por encima de 19, significativamente por encima del promedio de los últimos 10 años, que se encuentra alrededor de 17.
Además, las tasas de incumplimiento de préstamos y bonos de alto rendimiento están aumentando con intensidad en los últimos meses. Tipos al alza, valoraciones históricamente elevadas e impagos son un cóctel fatal para los mercados. Las bolsas y otros activos se encuentran inmersos en una especie de 'sueño' o 'espejismo' del que tendrán que despertar antes o después porque la realidad es otra bien distinta.
5. Los bancos centrales han girado hacia una dirección más agresiva en las últimas semanas. Ahora el mercado descuenta nuevas subidas de tipos para la Reserva Federal, mientras que prevé que el tipo de interés en la Eurozona se mantendrá en niveles históricamente altos por más tipos. "La probabilidad de una subida de la Fed en la reunión de junio se ha elevado por encima 50%, desde cerca de cero hace un par de semanas", sentencian los expertos de JP Morgan.
6. El impulso de crecimiento de China se está desvaneciendo y los datos de abril están muy por debajo de las expectativas. Una recuperación por debajo de lo previsto en China supone que la economía mundial perderá su principal motor para este año. Además, hay datos en la inflación y los precios de producción en China que preocupan a los expertos. Los precios se comportan como si el mundo ya estuviera en recesión.
Todas estas razones/riesgos deben ser tenidas en cuenta por los inversores. Algunas de ellas aún no se han materializado (los bancos centrales dicen más de lo que luego hacen), pero otras son evidentes, como es el caso de las elevadas valoraciones de las acciones y la recuperación 'suflé' de la economía de China. Hay mucho que perder y poco que ganar en este mercado. El oro y el efectivo pasan a ser una buena opción en este entorno.