
Los halcones de la Reserva Federal (Fed) han convencido al mercado: la subida de tipos no ha terminado, y habrá un nuevo incremento en el precio del dinero de 25 puntos básicos antes del mes de agosto. Si se cumplen las expectativas de los inversores, la Fed hará una pausa en junio, pero retomará las subidas el mes siguiente, llevando los tipos hasta la horquilla del 5,25% - 5,5%, con la intención de dar la estocada definitiva y conseguir que la inflación regrese al objetivo del 2%.
La Fed anticipó en su última reunión, el pasado 3 de mayo, que habría "una pausa" en la subida de tipos de interés en próximas reuniones. Sin embargo, evitó pillarse los dedos y quiso dejar la puerta abierta a nuevos movimientos al alza en el futuro, ya que, al fin y al cabo, la inflación sigue corriendo a niveles muy superiores al objetivo de la institución (en abril el IPC creció a un ritmo del 4,9% interanual en Estados Unidos).
Ahora los inversores han vuelto a poner en precio una subida de tipos adicional en este ciclo, en una semana en la que varios miembros prominentes de la Fed han insistido en la necesidad de continuar con el proceso de endurecimiento de la política monetaria. Primero fue James Bullard, presidente de la Fed de San Louis, quien hizo pública el lunes su apuesta por llevar a cabo otros dos incrementos de tipos en este ciclo. "Estoy pensando en dos subidas más este año, pero no sé exactamente en qué momento se llevarían a cabo. Para mí, es mejor antes que después", señaló Bullard.
Su compañero de la Fed de Minneapolis, Neel Kashkari, le apoyó el martes, matizando que la pausa que había anticipado la Fed en la última reunión no tenía porqué ser el final de la subida de tipos. "Que no subamos los tipos en junio no quiere decir que hayamos terminado con nuestro ciclo de endurecimiento; para mí, significa que estamos recopilando más información", declaró Kashkari.
El mercado ha necesitado un par de días para digerir estas declaraciones, y finalmente ha terminado por comprar que en julio volverá a haber un aumento de tipos de la Fed, incremento que hará que el organismo haya subido los tipos 525 puntos básicos en un periodo de 15 meses, la subida más rápida que se ha visto en más de 4 décadas en Estados Unidos.
Las perspectivas de más subidas de tipos son un mensaje negativo para las bolsas, y también para la renta fija, ya que, para la renta variable supone un incremento en los costes de financiación de las empresas. Los bonos, por su parte, reaccionan con ventas a las subidas de tipos, para adaptar su rentabilidad a vencimiento al nivel de tipos de interés.
Un cambio rápido de expectativas
Hace apenas dos meses, el debate entre los inversores giraba en torno al momento en el que llegaría la bajada de tipos en EEUU, y prácticamente nadie contemplaba la posibilidad de más subidas. La crisis que se desató en los bancos regionales del país, derivada directamente del aumento en el precio del dinero (descuadró los balances de algunas entidades que no valoraron bien los riesgos de su cartera, hasta hacerlas quebrar) hizo que muchos inversores y analistas se convenciesen de que el ciclo de subidas de tipos había terminado.
Sin embargo, ni el crecimiento económico se ha hundido en Estados Unidos después de la crisis bancaria, ni el avance de la inflación se ha ralentizado como para que la Fed se sienta cómoda y deje de mover ficha. El organismo ha dejado claro que queda trabajo por hacer y el compromiso de tomar decisiones "reunión a reunión" que señaló Powell en el último encuentro se confirmará si se retoma la senda de las subidas de tipos en julio.
Además de las expectativas que descuentan los futuros, la renta fija soberana estadounidense también ha reaccionado al mensaje de los halcones de la Fed. Ayer, el bono estadounidense con vencimiento a 30 años volvió a alcanzar el 4% de rentabilidad a vencimiento durante la sesión. Este miércoles, sin embargo, los inversores volvieron a comprar deuda de forma generalizada, y la rentabilidad el título volvió al entorno del 3,9%.