
El rebote que desarrollan las bolsas europeas desde que el lunes de la semana pasada marcaron mínimos se mantiene vivo pese a que pueda encontrarse con alguna piedra en el camino como la que el petróleo está poniendo hoy a los alcistas.
Más aún, después de que la semana pasada mandara un mensaje de fortaleza al lograr índices como el EuroStoxx 50 superar resistencias que presentaba en los 4.210 y 4.250 puntos.
La superación de estas cotas plantea un contexto más consolidativo lateral que uno correctivo en profundidad de cara a las próximas semanas, pero hay que tener presente que este lateral tendría como techo la zona de los 4.415/4.320 puntos y como base los 3.900/3.980 puntos, "que es donde sugiero esperar para realizar nuevas compras en bolsa europea, ya que en la zona actual ya da cierto vértigo, sin perjuicio de que aún hay margen de subida hacia esos 4.415/4.320 puntos", asegura Joan Cabrero, analista técnico y estratega de Ecotrader.
De hecho, el analistas explica en su comentario estratégico semanal que en este entorno de resistencia la ecuación rentabilidad/riesgo no es atractiva: "No olviden que queda todavía mucho año y vaivenes en las bolsas; esperen a que el EuroStoxx 50 vuelva a la zona de los 3.900/3.980 puntos antes de poner un segundo pie en bolsa".

En el caso del Ibex 35, que ya ha recuperado algo más de dos terceras partes de toda la caída que lo llevó a los 8.500 puntos, las ganancias de las últimas horas solamente han venido algo enturbiadas por el comportamiento de la banca que, de momento, se resiste a rebotar con fuerza.
"Esto último es preciso que suceda para poder confiar en ver al selectivo español superar resistencias análogas a los 4.250 puntos del índice europeo, que encuentran en los 9.300 puntos", destaca Cabrero.
El crudo rebota hasta un 8%
Eso sí, las miradas hoy apuntan al mercado de materias primas, con el petróleo como principal protagonista al llegar a revalorizarse el barril de esta commoditie un 8% en el parqué ante la decisión de la OPEP+ (cártel de países exportadores de crudo) de reducir la producción de crudo en más de un millón de barriles por día.
Una medida que podría elevar el riesgo de que la presión inflacionaria sea más persistente de lo que se pensaba en un principio y alterar, incluso, la hoja de ruta de los bancos centrales con los tipos de interés.