Bolsa, mercados y cotizaciones

El inversor con perfil agresivo recupera ya la mitad de lo perdido en 2022

  • El rally en estas primeras semanas del año ha permitido que gane un 6,34%
  • Los más conservadores suman un 2,4%, frente a la caída del 8,7% de 2022
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El inversor con un perfil más agresivo, que dedica la mayor parte de su cartera a invertir en bolsa y que representa al 17% de los españoles, según el último Observatorio de Inverco, recupera ya la mitad de todo lo que perdió en 2022.

Las abultadas subidas de este inicio de curso han permitido, incluso, que muchos índices recobren ya los niveles previos a los que cotizaban antes de que Rusia invadiera Ucrania hace un año. En concreto, este tipo de carteras obtiene una rentabilidad del 6,34% en el año, que es lo que suben de media los fondos mixtos más dinámicos, según Morningstar, frente al 12,8% que perdieron el año pasado.

Como ya ha ocurrido en otras ocasiones, el mercado ha preferido ver el vaso medio lleno y se ha agarrado a la posibilidad de que la inflación empiece a remitir, lo que llevaría a los bancos centrales a pisar el freno, y de que la economía esquive la temida recesión, ahora que China ha dejado a un lado su política de Covid cero. El resultado ha sido un rally con avances de doble dígito en muchos índices en este inicio de año, que contrasta con la postura adoptada por los gestores a nivel global. Según la última encuesta de Bank of America, publicada hace unos días, el activo que más infraponderan en este momento es la bolsa.

Pero mientras todo sube, el último dato de inflación en Estados Unidos, publicado el pasado martes, da pistas de que ese optimismo que se respira entre los inversores es frágil. La tasa interanual tan solo cayó una décima y fue motivo suficiente para desencadenar ventas en Wall Street. "Seguimos viendo unos mercados especialmente complacientes respecto a la posibilidad de un inmediato inicio de bajadas de tipos en la segunda mitad del año en el caso de Estados Unidos", advierten en Renta 4. En su opinión, las inflaciones siguen en niveles muy altos y alejados del objetivo del 2%, especialmente en sus tasas subyacentes. "En el caso de Estados Unidos el principal foco de riesgo sigue residiendo en un mercado laboral aún muy sólido, mientras que en Europa el tema energético sigue siendo causa de preocupación a medio plazo", comentan.

Con independencia de que el camino se pueda volver a llenar de baches, en forma de volatilidad para las bolsas, el buen tono que mantiene el mercado hasta ahora ha favorecido también la recuperación del resto de carteras con una menor exposición a renta variable.

A distintas velocidades

En el caso de los perfiles de inversor más moderados, que invierten entre un 35% y un 65% en bolsa y el resto lo destinan a renta fija, consiguen ganancias medias cercanas al 5% este ejercicio, después de que el año pasado perdieran un 11,2%.

Más lenta está siendo la recuperación de las carteras de los inversores más cautos. El año pasado perdieron un 8,7%, solo cuatro puntos menos que los más agresivos, a pesar de que, por definición, no están dispuestos a asumir nada de riesgo. Fueron las mayores pérdidas en al menos 30 años, y el ritmo al que se están librando de ellas es más lento que en renta variable, a pesar de que el precio de la mayoría de bonos sube este año. Recuperan un 2,4% en 2023.

La dificultad añadida que presentó 2022 es que tanto la bolsa como la renta fija cayeron a la vez, después de que los elevados niveles de inflación obligasen a los bancos centrales a realizar una de las subidas de tipos de interés más rápida de las últimas décadas. La consecuencia fue un ajuste en el precio de todos los activos, y el que se produjo en el de los bonos no tuvo precedentes.

El precio de una cesta representativa de deuda a nivel mundial retrocedió un 16,25%, según los índices de Bloomberg y Barclays. Se trata de la mayor caída desde al menos 1990, que es desde cuando hay datos. Pero las perspectivas para este activo han mejorado sustancialmente y sus rentabilidades compiten, incluso, con la de algunos dividendos.

Como ya pasó en 2022, el dinero que entra en los fondos sigue canalizándose hacia la renta fija, especialmente hacia los vehículos de largo plazo, al mismo tiempo que las gestoras no dejan de lanzar nuevos fondos que buscan beneficiarse de los mayores rendimientos de los bonos. En enero volvieron a atraer más de 2.700 millones de euros, después de que el año pasado lograsen suscripciones netas por valor de 16.100 millones de euros. La rentabilidad obtenida por este tipo de fondos en el primer mes del año alcanza el 1,09%.

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