Tras meses de muy baja producción de diésel y otros derivados del petróleo, las refinerías chinas parecen haber vuelto al trabajo, de forma sorprendente, en el mes de noviembre. Además, Pekín también ha recuperado el apetito por el petróleo crudo, y además de producir más derivados (diésel, gasolina, etc.) ha comenzado a acumular una parte notable de 'oro negro' en forma de inventarios. Al menos así lo revelan los datos publicados por la Oficina Nacional de Estadística de China (China's National Bureau of Statistics o NBS).
Este dato supone un cambio de tendencia importante a nivel global, puesto que la entrada en vigor del embargo Occidental al petróleo ruso promete dejar en una situación muy tensa a los mercados de diésel y otros derivados del petróleo. China puede jugar un papel importante para sustituir una parte de la producción rusa de diésel que todavía importa Europa del país gobernado por Vladimir Putin. El embargo a los productos refinados no entra en vigor hasta febrero.
Los datos publicados por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su informe mensual esta semana ya dejaban entrever este cambio de tendencia, aunque pedía cautela a la hora de interpretar los datos. Este año, China ha estado produciendo combustibles muy por debajo de su capacidad, pese a la escasez global de diésel. Desde Pekín han justificado esta postura alegando su compromiso con el medioambiente y operaciones de mantenimiento en sus refinerías. En noviembre, de forma repentina, la producción y las exportaciones de combustibles se han disparado en el gigante asiático.
China podría estar buscando aprovechar los elevados márgenes de producción de diésel (hoy es más rentable que nunca refinar y vender un barril de diésel) para intentar dar un impulso a su maltrecha economía. No obstante, los expertos reconocen que es muy difícil saber con exactitud qué hay detrás de este cambio de tendencia.
"El incremento en la producción de diésel publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas de China ha impulsado la demanda de petróleo del país. Pese a la ausencia de información fiable sobre los niveles de existencias de derivados y la incertidumbre sobre los posibles cambios en la metodología nos advierten de que estos datos deben tratarse con cautela, es posible que algunos cambios en el uso de gas a petróleo (particularmente dentro de la flota de transporte por carretera) estén respaldando el consumo de crudo", advierten desde la AIE.
China acumula petróleo
Por un lado ha sorprendido el aumento de la producción diaria de petróleo crudo de China, que ha tocado máximos del año en noviembre, según mostraron los datos oficiales este jueves. Aunque China no se incluye nunca entre los grandes productores de petróleo (porque importa mucho más de lo que produce), lo cierto es que el 'gigante asiático' produce más de 4 millones de barriles por día (mbd), unos niveles muy similares a los de Irak. Sin embargo, China se 'come' todo ese petróleo más varios millones de importación diario para satisfacer sus propias necesidades.
El volumen total de importaciones de crudo y producción nacional en noviembre fue de 15,46 millones de barriles, compuesto por importaciones de 11,37 millones de barriles y producción local de 4,08 millones de producción. Mientras que la producción de productos derivados ha sido de 14,505, de modo que China se ha 'guardado' alrededor de 900.000 barriles de petróleo por día.
Las refinerías producen más
Uno de los motivos que explicaría la mayor producción e importación de crudo es que las refinerías chinas parecen haberse puesto a trabajar con una mayor intensidad, después de un año en el que han producido muy por debajo de los niveles habituales, sobre todo en lo que diésel se refiere.
La producción de refinería llegó a 59,61 millones de toneladas el mes pasado, según la Oficina Nacional de Estadísticas (NBS), equivalente a 14,505 millones de barriles por día (bpd), unos niveles que casi igualan a la producción de 2021. Para poner los datos en contexto hay que recordar el récord de producción de productos refinados en China es de 14,8 millones de barriles diarios (logrado en junio de 2021) y que China había venido produciendo 'solo' entre 12,9 y 13,7 millones de barriles diarios de productos refinados este año, según los datos de la AIE.
Las refinerías estatales son las que controlan la mayor parte de las cuotas de exportación de combustible y parece que están comenzando a aumentar la producción, en particular de combustible diésel, para aprovechar los elevados precios de este combustible que ahora escasea en medio mundo. El margen de la producción de diésel se encuentra en máximos casi históricos ante la escasez global de este derivado.
Desde Reuters explican que parte de este movimiento se debe al incremento de las exportaciones de productos refinados y a la apertura de nuevas plantas de refino o del incremento de capacidad en algunas de ellas que ya estaban activas.
Las exportaciones totales de combustible refinado de noviembre, incluidos diésel, gasolina, combustible de aviación y fueloil, alcanzaron el nivel mensual más alto desde junio de 2021. Algo realmente sorprendente dada la tendencia de este 2022. La baja producción de refinados en China y las sanciones a Rusia estaban poniendo a Occidente contra las cuerdas, generando una escasez de diésel muy grave.
Desde la AIE explican que en noviembre se ha puesto en marcha la refinería de Shenghong que produce 320.000 barriles de derivados por día, junto con las primeras pruebas de la refinería de Jieyang de Petrochina, que puede producir unos 400.000 barriles diarios. "El resultado ha sido un aumento de la producción", sentencian los expertos de la AIE.