
Antes de la reunión de este jueves, los inversores esperaban un cambio (pivot) en el mensaje del Banco Central Europeo (BCE). Los alentadores datos de inflación en EEUU y Europa, junto a la reciente caída del petróleo y el gas, habían generado muchas expectativas en torno a las últimas reuniones de política monetaria del año. Sin embargo, tanto la Reserva Federal de EEUU como el BCE se han encargado de romper esas ilusiones de un plumazo. La banca central necesita generar unas condiciones financieras duras para combatir la inflación, algo que no es compatible con las subidas de precios que se estaban produciendo en los activos de riesgo y el crecimiento del crédito que sigue presente en la zona euro. Los bancos centrales avisaron de que iban a retirar el ponche y no iban de farol. Ahora los mercados se enfrentan a la resaca.
Pese a las constantes y fuertes subidas de tipos en la Eurozona, el crédito sigue presentando tasas de crecimiento positivas, la vivienda no muestra todavía signos evidentes de enfriamiento (en la Eurozona) y los activos de riesgos habían retomado las subidas en las últimas semanas. Este escenario no parecía coherente con una política monetaria que busca ser contractiva para aplacar la demanda agregada y rebajar la inflación. El BCE quiere poner fin a esta 'fiesta' y para ello ha reconocido que terminará llevando los tipos de interés por encima de la temida zona neutral. Es decir, el BCE cruzará la frontera de la política monetaria contractiva, algo que no estaba del todo claro cuando comenzó el ciclo de subidas de tipos.
Los mercados han comenzado a coger el mensaje. Tras la reunión del BCE, las bolsas, los bonos, las criptomonedas o el petróleo registraron correcciones importantes. Este viernes continúa la caída de los activos de riesgo, con las criptomonedas perdiendo más de un 3% y las bolsas dejándose cerca de un 1%. Los bonos caen también con fuerza y el alemán alcanza una rentabilidad del 2,17% (el interés es inverso al precio). Todo hace indicar que el BCE y la Fed podrían haber acabado con las esperanzas de que se produjese un rally de Navidad en las bolsas.
El equipo de Renta Fija Pública de M&G explica en una nota que "el cambio de actitud de la reunión de diciembre es un fuerte mensaje para los mercados de que los riesgos de inflación siguen siendo muy reales en toda la zona del euro, a pesar de la menor inflación de los precios de la energía. El crecimiento no es la principal preocupación y la reciente recuperación de los activos de riesgo fue demasiado prematura. Aún nos queda camino por recorrer".
Los analistas de XTB coinciden y recalcan que el rally de Navidad está bajo seria amenaza, sobre todo por las declaraciones de los banqueros centrales, que están buscando reforzar el mensaje duro contra la inflación: "No estamos pivotando (levantando el pie del acelerador), esto es una carrera de fondo".
Naomi Rovnick y Dhara Ranasinghe, analistas de Reuters, coinciden y aseguran en una columna publicada este viernes lo siguiente: "Olvídense de un repunte de fin de año en los mercados financieros. El mensaje de los principales bancos centrales es alto y claro: la batalla para controlar la inflación está lejos de terminar. Los bancos centrales de EEUU, la zona euro, Reino Unido y Suiza han rebajado el ritmo de subidas, pero las señales que han enviado no eran lo que los mercados esperaban y por las que los mercados se han recuperado con fuerza en las últimas semanas". Los tipos de interés van a seguir subiendo con intensidad, por más tiempo del que se esperaba y se van a mantener en esos niveles por un tiempo prolongado de tiempo.
Una política monetaria más estricta es sinónimo de mayores costes de financiación, rentabilidades más bajas para los proyectos empresariales, un menor crecimiento (o incluso caída) del crédito y, por ende, una demanda más débil. Todos los activos que están fuertemente ligados al crecimiento de la economía y, sobre todo, a las expectativas de beneficios futuros sufren en un entorno de subidas de tipos. Aunque el BCE incrementó el precio del dinero en 50 puntos básicos (25 menos que en la reunión anterior), subrayó que los 50 puntos básicos serán la nueva normalidad, de modo que los tipos de interés van a llegar mucho más lejos de lo que se pensaba hace tan solo tres días. Un jarro de agua helada para los mercados.

Contra todo pronóstico, esta vez el banco central más claro fue el propio BCE. Christine Lagarde, la presidenta, sorprendió con unas declaraciones concisas y agresivas: "Con base en la información que tenemos disponible hoy, eso predice otro aumento de la tasa de 50 puntos básicos en nuestra próxima reunión, y posiblemente en la siguiente, y posiblemente después, pero todo también estará determinado por la revisión de los datos. Así que no asumas que es un 50 único; es más que eso, no sé cuántas veces más. Por lo tanto, no debe considerarse como la nueva normalidad, pero en las circunstancias actuales, creemos que este es el enfoque correcto a un ritmo constante", sostuvo la banquera francesa.
¿Hasta dónde llegarán los tipos de interés?
Aunque la subida de tipos fue inferior a la de las dos reuniones anteriores, un tercio de los miembros del Consejo de Gobierno del BCE habría preferido una subida de 75 puntos básicos (según fuentes de Bloomberg), lo que revela la división interna del propio banco central. Ahora, los mercados vaticinan que la tasa de depósito superará el 3% en la primera parte de 2023, cuando hace solo unos días se preveía que este tipo de interés se quedase en el 2,5%. El nivel del 3% rebasa la zona neutral de los tipos de interés por lo que el BCE se adentrará en territorio restrictivo, en un intento por aplastar la demanda y enfriar los precios.
"Estamos en una carrera de fondo", comentó Lagarde. Sin embargo, el mensaje clave es que el BCE está comprometido con alcanzar un tipo de interés terminal más alto de lo que el mercado está fijando para controlar la inflación, según los economistas de TS Lombard. Esto es una mala noticia para los mercados.
"Como señalamos en nuestra previsión, la desaceleración el ritmo de las subidas no equivale al final de la línea dura del BCE, especialmente en la orientación de los tipos... Para nosotros, las palabras de Lagarde significan que el BCE aumentará la tasa de depósito al 3% en marzo, mientras orienta a los mercados hacia una tasa terminal en la región del 3,5 o 4% para finales del primer semestre de 2023", sentencian los expertos de TS Lombard.
No obstante, otros bancos como Commerbank o UBS establecen el tipo terminal entre el 3 y el 3,5%. El mensaje de Lagarde fue claro y contundente, lo que no quiere decir que con la llegada de una recesión se puede ir recalibrando y terminar siendo mucho más moderado a medida que se vayan sucediendo las reuniones de política monetaria en 2023. Por ahora, lo único que parece seguro es que la primera reunión del próximo año vendrá con una subida de tipos de 50 puntos básicos, lo que dejará la tasa de depósito en el 2,5%.
Desde Caixabank Research destacan las tres palabras que se convertirán en los tres pilares de la política monetaria del BCE en 2023: "Hay tres términos clave que orientan este giro del BCE: subir los tipos 'significativamente', a un ritmo 'sostenido', y 'manteniéndolos' en niveles restrictivos durante un periodo de tiempo. Es decir, y según lo apuntado por Lagarde, cabe esperar que el BCE suba tipos a un ritmo de 50 pb por un período de tiempo y que, cuando llegue al nivel deseado, lo mantenga en dicho terreno restrictivo por un tiempo".