
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, ha lanzado un jarro de agua fría a unos mercados que esperaban con ansia un mensaje algo más moderado del BCE. Nada más lejos de la realidad, Lagarde ha querido dejar claro que, pese a la reducción del ritmo en las subidas de tipos (el ritmo ha pasado de 75 a 50 puntos básicos), el precio del dinero tendrá que seguir subiendo "significativamente" durante las próximas reuniones y "a un paso estable". "La inflación continúa muy elevada y va a permanecer alta demasiado tiempo". Las bolsas están ampliando sus caídas como reacción a la agresiva postura del BCE y su presidenta.
Lagarde ha querido destacar que el precio de los alimentos está subiendo con fuerza y lo seguirán haciendo en los próximos meses. Esto va a provocar que la inflación triplique el objetivo del BCE, de media, durante el año 2023. El IPC va a mantenerse elevado por un tiempo mucho más prolongado del que se había previsto, lo que fuerza al instituto monetario a mantener una política monetaria restrictiva durante un tiempo.
Bolsas y bonos caen
Los mercados están reaccionando con fuertes pérdidas al comunicado y las palabras de la banquera francesa. El interés de los bonos se está disparando (el precio cae) y las bolsas se tiñen de un rojo intenso. La propia Lagarde ha advertido de que el endurecimiento monetario, junto con la desaceleración de la economía, podría incrementar la volatilidad en los mercados de forma importante. Inversores, abróchense los cinturones.
El aviso no solo es para los mercados financieros. Lagarde también ha puesto sobre aviso a otros agentes que tienen intereses en otras parcelas como el inmobiliario. "A medida que endurecemos la política monetaria, los préstamos se vuelven más caros para las empresas y los hogares... Los hogares se endeudan menos, debido a estándares crediticios más estrictos, unos tipos de interés en aumento, con lo que se generan unas perspectivas de empeoramiento para el mercado de la vivienda y una menor confianza de los consumidores".
Más subidas y más grandes
Lagarde ha dejado claro que "el BCE no está pivotando, no está desacelerando su endurecimiento monetario, porque esta es una carrera de fondo, tenemos que cubrir un terreno muy amplio". Con estas declaraciones, la francesa ha dejado la puerta abierta a que las próximas subidas de tipos sean de un tamaño considerable. Es más, la propia banquera ha asegurado que las próximas reuniones la nueva 'normalidad' serán los 50 puntos, lo que llevaría el tipo de interés de la tasa de depósito al 3% en solo dos reuniones. El mercado ni siquiera descontaba, antes de la reunión, que los tipos alcanzasen esa cota durante el año 2023.
Las expectativas de tipos, por encima del 3%
Las decisiones del BCE y las palabras de Lagarde han sacudido al mercado por todos frentes. Sobre todo, a la renta fija. La rentabilidad del bund después de un mes ha vuelto a superar el 2%. Pero donde ha habido mayor incidencia ha sido en las expectativas a futuro de los tipos de intereses. A través de los swaps que utilizan los inversores para cubrir sus posiciones ante las tasas de interés, el mercado descuenta que las subidas continuaran hasta niveles del 3%. En concreto, pronostican una nueva subida de 50 puntos básicos para febrero y que el 3% se alcance en mayo.
Antes de la reunión de hoy, el Overnight Index Swaps de la zona euro anticipaba que el actual rally de tipos iba a llegar solo al 2,75%. De hecho, en una reciente encuesta a economistas que siguen al BCE apuntaban a que el techo de las tasas iba a estar en el 2,5%.
Previsiones negativas
No obstante, la francesa ha querido dotar de algo de optimismo a su discurso señalando que la recesión en la zona euro será corta y poco profunda, lo que, sin embargo, no ha sido suficiente para revertir las pérdidas en los mercados.
El BCE ha revisado sus proyecciones económicas de la zona euro para los dos próximos años y con un empeoramiento del escenario. Estima que la inflación se sitúe de promedio al 6,3% frente al 5,5% de la anterior previsión. Además, indica que en 2024 tampoco estará cerca del objetivo del 2% al calcular que la inflación se situará en el 3,4%.
El BCE se pone en lo peor para el próximo año con un claro deterioro de las perspectivas económicas. En el comunicado de tipos, la institución ha incluido las previsiones de inflación y crecimiento para 2022, 2023 y 2024, tras elevar las tasa en 50 puntos básicos. Los expertos del Eurosistema han revisado sus proyecciones de inflación significativamente al alza, en un contexto de gran incertidumbre.
Los expertos de la institución estiman que la inflación se situará en promedio en el 8,4% en 2022 y que disminuirá hasta el 6,3% en 2023, y se espera que la inflación descienda de forma acusada a lo largo del año. Posteriormente, se prevé que la inflación será, en promedio, del 3,4% en 2024 y del 2,3% en 2025.
Se prevé que la subyacente se sitúe en promedio en el 3,9% en 2022, que aumente hasta el 4,2% en 2023 y que descienda hasta el 2,8% en 2024 y el 2,4% en 2025.
La presidenta Lagarde ha dicho, posteriormente, en rueda de prensa, que "la inflación sigue siendo demasiado alta y permanecerá por encima de nuestro objetivo durante mucho tiempo".
Durante su intervención, la presidenta ha explicado las razones para elevar las perspectivas de inflación. "Los estrangulamientos de la oferta se están suavizando gradualmente, aunque sus efectos siguen contribuyendo a la inflación, impulsando en particular los precios de los bienes", ha subrayado. Y también, ha apuntado un escenario parecido para el levantamiento de las restricciones relacionadas con la pandemia. "El efecto de la demanda acumulada sigue elevando los precios, especialmente en el sector de los servicios", ha añadido.
También ha mencionado la depreciación del euro como otro de los catalizadores para impulsar los precios. "Los riesgos para las perspectivas de inflación son principalmente alcistas, a corto plazo, por las presiones existentes sobre los oleoductos podrían dar lugar a aumentos más fuertes de lo esperado en los precios minoristas de la energía y los alimentos".
La banquera ha advertido de que "las medidas fiscales para compensar a los hogares por los altos precios de la energía y la inflación reducirán la inflación durante el próximo año, pero la elevarán una vez que se retiren". La presidenta teme que las expectativas de inflación se desanclen "por encima de nuestra meta".
La otra preocupación para que los precios sigan su escalada está en los salarios. "El crecimiento de los salarios se está fortaleciendo y los expertos del Eurosistema prevén un crecimiento de los salarios a tasas muy por encima de los promedios históricos", lo que aumenta el riesgo de un aumento de la inflación.
Asume la recesión técnica
"La economía de la zona del euro podría experimentar una contracción en este trimestre, así como en el siguiente", explica el BCE y culpa a la crisis de la energía, a la elevada incertidumbre, al debilitamiento de la actividad económica mundial y al endurecimiento de las condiciones de financiación. Admite que habrá recesión, pero será "relativamente corta y poco profunda".
El BCE espera que el crecimiento sea moderado el próximo año y se ha revisado considerablemente a la baja en comparación con las proyecciones anteriores. A más largo plazo, se calcula que el crecimiento se recupere a medida que los actuales factores adversos vayan desapareciendo. En conjunto, las proyecciones de los expertos del Eurosistema prevén ahora un crecimiento de la economía del 3,4% en 2022, del 0,5% en 2023, del 1,9% en 2024 y del 1,8% en 2025.