
El sector de la construcción fue la segunda carta que cayó en el efecto dominó que se inició con la crisis de Lehman Brothers en 2008. Por eso es especialmente importante vigilarlo en un momento clave como este. En lo que va de año es uno de los sectoriales más bajistas de toda Europa, con una caída de más del 25%. Sin embargo, las empresas españolas de esta industria están aguantando mucho mejor el tirón.
Empezando por ACS, los títulos de la compañía presidida por Florentino Pérez cotizan planos desde el primero de enero. ACS pasa por un momento de transición después de la venta de Cobra por la que ingresó más de 5.000 millones de euros y a la espera de terminar de utilizar este dinero para, además de las operaciones ya hechas con Hochtief y Cimic, seguir creciendo en concesiones, que es su principal fuente de valor. "El grado de complejidad de la estructura actual sigue siendo elevado, penalizando la valoración del grupo, pese a que el carácter descentralizado le otorgue un alto grado de flexibilidad para seguir creciendo en autopistas", apuntan desde Renta 4.
En el caso de Sacyr, obtiene más de un 1,5% en lo que va de curso. La que es una de las mejores recomendaciones del Ibex y de la bolsa española presentó hace un par de semanas su modificación en el plan estratégico, consistente en acelerar la reducción de deuda a través de la venta de participaciones minoritarias en Servicios y Agua con el objetivo de ayudar a que se valore realmente la calidad de sus activos.
"La operación tiene muy buen encaje estratégico porque permitirá poner el foco en su negocio concesional donde ha demostrado mayor capacidad para generar valor y anticipar la consecución de una estructura de capital óptima", señalan en Sabadell.
Acciona cede menos de un 2%, ahora ya cotizando por separado de su filial de renovables (que entró al Ibex este mismo año). "Con una cartera de pedidos en máximos, el principal motor de crecimiento de la compañía viene de Acciona Renovables mientras que el segmento inmobiliario presenta una positiva evolución de la actividad comercial", explican en Bankinter.
En Ferrovial, que cae casi un 14%, también hay un claro componente corporativo tras vender Amey, su filial de servicios en Reino Unido, Heathrow (en proceso de buscar un comprador) y comprar el 49% del aeropuerto JFK de Nueva York. Mantiene, eso sí, su foco de negocio en Norteamérica, especialmente gracias a la autopista ETR 407 de Toronto. "La calidad de sus activos, la recuperación de la actividad tras la pandemia y el crecimiento inorgánico en infraestructuras nos hacen ser positivos a medio/largo plazo; son negocios defensivos con la deuda sin recurso a tipo fijo, pero con holgados márgenes y tarifas vinculadas a la inflación, por lo que otorga buena protección contra la subida de tipos", concluyen desde Renta 4 Banco.