La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha vuelto ser clara, contundente y precisa en su último boletín mensual. El organismo cree que el recorte masivo en la producción de petróleo de la OPEP provocará un alza en los precios del crudo justo cuando la economía se encontraba ya al borde del precipicio. "Esto puede ser un punto de inflexión para la economía global", sostiene el documento. La OPEP ha dado el último empujoncito que necesitaba la economía para caer al precipicio de la recesión económica.
"Las fuerzas disruptivas del mercado se multiplican a medida que el mundo se esfuerza por superar la peor crisis energética mundial de la historia", advierte la AIE. El plan de la OPEP+ (la OPEP más Rusia) para reducir drásticamente el suministro de petróleo ha hecho descarrilar la recuperación que se esperaba en la oferta para el resto de este año y el próximo, lo que resultará en unos precios más altos, mayor volatilidad del mercado y crecientes preocupaciones sobre la seguridad energética, apunta el organismo internacional.
Los precios de referencia del petróleo crudo se han disparado alrededor de 14 dólares el barril desde los mínimos de septiembre (el petróleo cotiza por encima de los 90 dólares el barril), llevando al Brent una vez más coquetear con los tres dígitos. "Con las implacables presiones inflacionarias y los aumentos de los tipos de interés cobrando su precio, los precios más altos del petróleo pueden ser el punto de inflexión para una economía global que ya está al borde de la recesión".
Esto sombrío escenario ha llevado a la AIE a rebajar con contundencia el crecimiento de la demanda de petróleo: "Los vientos en contra económicos más fuertes nos han llevado a reducir nuestro pronóstico de crecimiento de la demanda mundial de petróleo para 2023 en 470.000 barriles diarios, desde el Informe del mes pasado, hasta los 1,7 millones de barriles diarios (mb/d)".
"Nuestras revisiones están respaldadas por nuevas rebajas a las expectativas de crecimiento del PIB global de las principales instituciones, con una recesión ahora esperada en varios países europeos y riesgos crecientes para las economías emergentes y en desarrollo. Para este año, el crecimiento de la demanda mundial de petróleo se ha reducido aún más, a 1,9 mb/d desde los 3,2 mb/d esperados antes de la invasión rusa de Ucrania", sentencia el informe de la Agencia Internacional de la Energía.
La caída de la demanda es ya una realidad
La cifra general, aún relativamente sólida, enmascara una fuerte desaceleración que ya está curso, y ahora se prevé que la demanda se contraiga en 340 kb/d interanual en el cuarto trimestre de 2022, a pesar del aumento del cambio de gas a petróleo en la generación de energía y la industria.
La disminución en el suministro de OPEP+ será menor que la reducción anunciada de 2 mb/d en los objetivos de producción, puesto que la mayoría de los miembros de la alianza ya producen muy por debajo de sus techos debido a limitaciones de capacidad. "Nuestra estimación actual es de una disminución de alrededor de 1 mb/d en la producción de petróleo crudo de la OPEP+ a partir de noviembre, con la mayor parte de los recortes soportados por Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos".
Por otro lado, las pérdidas de producción también podrían provenir de Rusia en diciembre, cuando el embargo de la UE sobre las importaciones de petróleo crudo y la prohibición de los servicios marítimos entren en pleno efecto.
Algunos miembros del gobierno ruso han amenazado en los últimos días con reducir la producción de petróleo para compensar el impacto negativo de los límites de precios que pretende imponer EEUU y buena parte de los países occidentes. Fuentes de la Casa Blanca consultadas por Bloomberg reconocen su preocupación y temen que el tope a los precios del crudo ruso termine siendo un tiro por la culata para Occidente. Si Rusia retira su crudo del mercado, la escasez de petróleo puede ser más que preocupante.
No esperen al fracking
Aunque anteriores subidas de los precios del petróleo han estimulado una fuerte respuesta de inversión que ha generado una mayor oferta de productores que no pertenecen a la OPEP (sobre todo el fracking en EEUU o la industria de Canadá), esta vez puede ser diferente, alerta la Agencia Internacional de la Energía.
"Los productores de shale oil (petróleo de esquisto) de EEUU, tradicionalmente los más sensibles a las condiciones cambiantes del mercado, están luchando con las restricciones de la cadena de suministro y la inflación de costes y, hasta ahora, mantienen la disciplina de capital", sentencia el informe de la AIE.
"Esto arroja dudas sobre las hipótesis que aseguran que los precios más altos, necesariamente, equilibrarán el mercado a través de una oferta adicional. El recorte masivo en el suministro de petróleo de la OPEP+ aumenta los riesgos de seguridad energética en todo el mundo. Incluso teniendo en cuenta las expectativas de demanda más bajas, lo que reducirá drásticamente una acumulación muy necesaria de inventarios de petróleo durante el resto de este año y en la primera mitad de 2023", advierte el informe.
A finales de agosto, los inventarios de la industria de la OCDE permanecieron 243 millones de barriles por debajo de la media de los últimos cinco años. Los niveles son ya preocupantes. De este modo, "la reciente ola de disruptores del mercado subraya que la seguridad energética es tan importante hoy como lo era hace 48 años cuando se fundó la AIE. Ahora, como entonces, los consumidores comerciales y residenciales están tomando medidas para reducir sus facturas de energía y esos esfuerzos bien podrían tener un impacto duradero en los mercados petroleros", sostiene el documento.
