Bolsa, mercados y cotizaciones

Pesimismo sin catastrofismo con descuentos del 20%

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Si el rango en el que se mueve el Ibex en lo que llevamos de año va de los 7.600 a los 9.200 puntos nos encontramos en la parte alta de la mitad inferior. Por debajo de la zona templada sin llegar a escaldarnos. Algo que me parece lógico para el escenario bursátil que tenemos delante en el que hay mucho pesimismo, pero no catastrofismo.

Después de escuchar al presidente francés Emmanuel Macron agrandar todas nuestras conversaciones de verano al pedir esfuerzos y sacrificio ante el "fin de la abundancia" y que el presidente de la Fed, Jerome Powell, asegure que controlar la inflación exige "algo de dolor a las familias y las empresas", es lógico pensar en un escenario bursátil apocalíptico cuando ni siquiera estamos en mínimos anuales.

Pero antes de apretar el botón de vender sigo pensando que esta crisis hay que verla como una oportunidad en unas bolsas que continúan un proceso de reconstrucción y nadie va encontrar, ni en puntos ni en fechas de entrada, la oportunidad óptima de compra.

Hace unos meses pensaba que se podría producir esta ventana entre el estío de agosto y septiembre, coincidiendo con los primeros síntomas de que la inflación diese señales de haber tocado techo y comenzase una senda descendente. Ni lo uno ni lo otro. Las bolsas no están en mínimos y las consecuencias de la guerra energética se libran frente a frente sin ninguna expectativa de victoria.

Las bolsas europeas, que no la estadounidense, no sé si cotizan baratas pero seguro que lo hacen con descuento a lo que se ha pagado por ellas en lo que llevamos de siglo.

En el caso particular del Ibex se desembolsa hoy casi un 20% menos de lo que se ha hecho por sus beneficios en los últimos veinte años. Y, lo más importante, por el momento no se está produciendo un deterioro de las previsiones. La mitad del Ibex mejora su estimación de ganancia tras el resultado semestral. Tras la rendición de cuentas semestrales, la cosecha anual de todo el Ibex ha subido un 4,5% al superar los 54.700 millones de euros de resultado neto.

El castigo bursátil del Ibex deja a nuestro índice como un value por los bajos multiplicadores de beneficios que se pagan en muchas compañías en reconstrucción de sus beneficios, esencialmente bancos y Telefónica. El problema es que si hace unos meses nos aferrábamos a la reconstrucción de la banca por la subida de tipos como un viento a favor, ahora empezamos a pensar en una trampa de valor en el sector financiero por los efectos perversos que la crisis tenga en los ciudadanos: menos consumo, menos crédito, crecimiento de la morosidad...

Hay que ser pesimista con la banca, pero no catastrofista después de todo a lo que ha sobrevivido. Y hay que reiterarlo, pesimista, porque de lo contrario no tiene sentido que cotice a peres de 5 veces y se alberguen expectativas de dividendos del 8%/9%.

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