
Los metales preciosos no están funcionando como valor refugio, a pesar de la volatilidad que existe en el mercado. El miedo a una recesión en Europa y Estados Unidos debería atraer a los inversores hacia el oro o la plata. Pero la fortaleza del dólar ha jugado en su contra hasta la fecha.
La onza de plata cerró agosto como su peor mes del año al depreciarse un 11% y con el recorte más pronunciado desde el mismo mes del año pasado. El metal precioso se cambia por 17,9 dólares en la actualidad, lo que supone perder el 23% de su valor desde que comenzó el año.
Si el dólar es la causa, la culpa es de la Reserva Federal de Estados Unidos. Con la subida de tipos de interés que está llevando a cabo el banco central en el año el dólar se ha revalorizado al cambio de la práctica totalidad de las principales divisas mundiales. Y el discurso de su presidente, Jerome Powell, de la semana pasada alimenta aún más las expectativas de que la moneda norteamericana va a seguir al alza, forzando a la baja el precio de la plata y de otros metales.
De hecho, el consenso de mercado recogido por Bloomberg estima que al cierre del último cuarto del 2022 el precio medio de la onza de plata estará en los 18,3 dólares, lo que dejaría en los 20,6 la media de todo el ejercicio (un resultado por encima de la media de los últimos años gracias al impulso que tomó en febrero de este año, con el estallido de la guerra en Ucrania).
Y al igual que la plata, el oro encadena cinco meses consecutivos recortando su precio. Una racha que no se veía en cuatro años, según el analista de Bloomberg, Ranjeetha Pakiam, quien también vincula la depreciación del oro a la rentabilidad que ofrecen los bonos a diez años estadounidenses, que marcaron al cierre de ayer el 3,12%.
El jefe de estrategia mercado de Oanda, Edward Moya, considera que la "mala racha" de los metales preciosos continuará, por lo menos, hasta que se produzcan los próximos movimientos de los principales bancos centrales o el BCE realice una subida de tipos histórica que derive al inversor de la renta variable europea hacia estos activos refugio.