
Las crudas políticas monetarias llevadas a cabo por los bancos centrales como forma de paliar la coyuntura económica que azota a todo el panorama mundial llevaron a las rentabilidades de los principales bonos de la deuda pública a máximos del año en junio como forma de adaptación a un entorno de tipos más elevados.
Ahora, los rendimientos de los bonos del Viejo Continente vuelven a tensarse y escalan hasta quedarse cerca de la cima que marcaron en dicho mes, cada vez más presionados por los continuos datos macro que no dejan de azotar al mercado y por una recesión que ya es real en Estados Unidos y que llegará a Europa tarde o temprano.
Desde aquel pico de junio, las rentabilidades de la deuda pública del Viejo Continente lograron cierto alivio, un sentimiento que lograron alargar durante el mes siguiente. Este sosiego vino propiciado en parte por la creencia de que la inflación ya había alcanzado su techo y que las subidas de tipos también se relajarían. Pero nada más lejos de la realidad, ya que la Unión Europea registró en julio el dato de IPC más alto de toda su historia, situándolo en el 9,8%. Poco después, Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, abría la puerta a una nueva subida de los tipos en 50 puntos básicos en la próxima reunión de septiembre.
Así, desde comienzos del presente mes los rendimientos de los bonos europeos no han hecho más que crecer. La rentabilidad del bund alemán aumenta más de 59 puntos básicos en lo que va de agosto, pasando del 0,77% con el que inició la treintena hasta el 1,37% que marcó en la sesión del miércoles.
Los bonos periféricos, como el español y el italiano, tampoco han escapado de este escenario. La rentabilidad del primero crecía más de 70 puntos básicos y la del segundo cerca de 80, volviendo a cotas de rentabilidad del 2,56% y 3,68% respectivamente, con respecto al 1,85% y el 2,88% con los que comenzaron agosto.
El impacto de la situación económica se constata en la evolución anual de las rentabilidades de los bonos. El bono de Italia ha incrementando en este 2022 su rentabilidad hasta en 250 puntos básicos con respecto a comienzos de año. El español la aumenta 200 puntos y el alemán hasta 173 puntos.