
El petróleo está dando un respiro importante a la economía. Tras haberse situado en la cota de los 139 dólares al comienzo de la guerra en Ucrania, ahora cotiza en la zona de los 100 dólares el barril. El miedo a la recesión lleva semanas castigando al precio del crudo, lo que ha llevado a varios analistas anunciar el fin del petróleo 'caro'. Sin embargo, otro de los pesos pesados dentro del mundo de la inversión no piensa del mismo modo. JP Morgan cree que el petróleo no ha dicho aún su última palabra. Rusia está dispuesta a 'morir matando'. Moscú podría utilizar todos sus recursos para torpedear la economía de Occidente aunque para ello tenga que sobrevivir sin parte de los ingresos que recibe por exportar su petróleo y gas. Además, los analistas del banco americano creen que se está subestimando la profundidad de la próxima recesión: la economía se enfrenta a "una combinación potencial de múltiples shocks".
Aunque la invasión rusa de Ucrania ha generado un gran aumento en los precios de las materias primas, el suministro mundial de energía no se ha reducido de forma notable hasta el momento. Por ahora se ha producido una gran reconfiguración de los flujos de materias primas. Rusia vende una mayor parte de sus recursos energéticos a Asia, mientras que Europa busca alivio en EEUU, pero al final la producción de materias primas sigue siendo similar.
Además, ahora con el riesgo de recesión y la consecuente caída de la demanda que provocaría en el crudo, todo parece quedar solucionado. El precio del petróleo incluso ha retrocedido con fuerza en los últimos días o semanas. Sin embargo, los economistas de JP Morgan piden prudencia: "La amenaza de un nuevo shock en el suministro de energía no debe minimizarse, ya que la guerra en Ucrania aún continúa y Rusia está en condiciones de usar sus recursos energéticos como un arma. Junto con un creciente superávit por cuenta corriente y una presión al alza sobre su moneda, los flujos de gas natural ruso hacia la UE se han desacelerado notablemente en las últimas semanas por problemas de mantenimiento".
El caso del petróleo
"Por otro lado, aunque el petróleo continúa fluyendo desde Moscú (lo que representa una parte mucho mayor de sus ingresos fiscales), vale la pena revisar el riesgo de un corte generalizado en la energía de Rusia". Los expertos de JP Morgan han realizado un modelo econométrico que intenta prever el precio futuro teniendo en cuenta como variable principal la producción de crudo. "Si se retirasen del mercado 3 millones de barriles diarios de las exportaciones de petróleo ruso (aproximadamente el 3% del suministro global), esto generaría un aumento en los precios del crudo Brent que dispararía el barril hasta los 190 dólares".

Putin está esperando al momento idóneo para apretar el botón que pone fin a los envíos de gas y petróleo. Con las reservas de crudo cayendo a un ritmo elevado, un corte del suministro puede generar gran pánico en el mercado. Al final, el gas y el petróleo se utilizan en buena parte de las industrias del mundo para generar energía. La escasez de uno es dura, pero la escasez de los dos puede ser fatal para la producción global de industrias intensivas en combustibles fósiles.
Un shock mucho más dañino
"Una parte de este shock ya está incorporado en nuestras previsiones de crecimiento e inflación a través de una prima de riesgo que se espera que persista. No obstante, la realización de este escenario de riesgo sería mucho más dañina que un shock de tamaño similar a principios de este año", advierten estos expertos.
El modelo de JP Morgan revela que tanto EEUU como la zona euro entrarían en recesión, mientras que la economía global se estancaría. "Además, es probable que estas estimaciones subestimen el tamaño de un posible shock en el suministro de energía, ya que no tienen en cuenta un posible recorte complementario en el suministro de gas natural ruso que podría generar racionamientos en Europa... En general, este análisis desafía la opinión generalizada de que los posibles contornos de la recesión son predecibles y están sesgados hacia eventos poco profundos", advierten los expertos del banco americano.
Una recesión muy peligrosa...
La explicación es nítida. Es cierto que hoy no están presentes los ingredientes que cocinaron las recesiones más profundas en el pasado, pero se está produciendo una combinación de factores que amenazan con generar una recesión mucho más profunda de lo que se cree.
"Aunque muchos de los desequilibrios macroeconómicos y financieros asociados con las recesiones profundas no están presentes hoy, una combinación potencial de múltiples shocks en el suministro de energía, junto a una política monetaria más restrictiva y recesiones sincronizadas regionalmente en EEUU, Canadá y Europa abren una amplia gama de escenarios adversos posiblemente desagradables", sentencian desde JP Morgan
... en un momento complejo
Ningún momento es bueno para recibir una recesión, pero esta podría llegar en el peor de los momentos. "En el entorno actual, hay una serie de razones por las que un shock en la oferta de petróleo tendrá un impacto mayor de lo normal", advierten.
Al posible shock del petróleo hay que unirle las restricciones a los envíos de gas desde Rusia, los problemas de las refinerías para producir combustibles, un clima adverso que ha dañado las cosechas, un euro en mínimos que hace las importaciones de energía todavía más caras en la Eurozona... todo ello en un entorno de ya muy elevados precios que lleva meses erosionando el poder adquisitivo de los consumidores, cuyas decisiones de consumo e inversión dan forma a la economía.