
Rusia ha pagado su última tanda de cupones de bonos en rublos, alegando las nuevas normas que le permiten pagar el servicio de la deuda externa en la moneda local, cuando faltan pocos días para que pueda caer en su primer impago externo en un siglo.
El Ministerio de Finanzas transfirió el equivalente a 235 millones de dólares en intereses de bonos con vencimiento en 2027 y 2047 al Depósito Nacional de Liquidación de Rusia (NSD), según un comunicado enviado por correo electrónico.
Según la normativa aprobada el miércoles por el presidente Vladímir Putin, Rusia considera cumplidas sus obligaciones de deuda en bonos extranjeros una vez que ha transferido rublos a su agente de pagos local, en este caso el NSD. Sin embargo, ninguno de los bonos tiene condiciones que permitan su liquidación en esa moneda.
Los fondos se mantendrán en cuentas especiales "I" en el depositario hasta que los inversores demuestren su titularidad de los bonos, tras lo cual podrán solicitar permiso para convertir y repatriar los fondos, según el comunicado del ministerio. Los inversores que opten por utilizar la nueva vía deberán presentar su consentimiento por escrito y renunciar a cualquier objeción futura al proceso, dijo el ministerio.
No está claro si la última maniobra, cuyo objetivo es reducir el riesgo de sanciones evitando los sistemas de liquidación en el extranjero, será utilizada por los inversores extranjeros.
Y aunque el 24 de junio vence un nuevo pago de 159 millones de dólares de un pagaré con vencimiento en 2028, lo más urgente es que el domingo por la noche venza el plazo de los pagos anteriores no realizados a finales de mayo.
Esos fondos -unos 100 millones de dólares en cupones de bonos- están atascados debido a las sanciones internacionales, y el periodo de gracia para encontrar una solución expira al final del día, el 26 de junio. En ese momento, Rusia entrará efectivamente en mora, a menos que consiga de alguna manera pagar a suficientes tenedores de la deuda.
Rusia tiene 'caja'
No es que el gobierno carezca de voluntad o de dinero para pagar. Miles de millones de dólares de ingresos energéticos llegan a las arcas del Kremlin cada semana. Más bien, no ha podido cumplir los plazos porque las crecientes sanciones están cortando las vías para transferir el dinero.
El objetivo de la Casa Blanca es castigar la invasión de Ucrania por parte del Kremlin sellando su estatus de paria en el mercado para las próximas décadas con el primer impago del país desde la revolución bolchevique hace más de un siglo.
Rusia argumenta que se le está obligando a entrar en impago, y trató de encontrar soluciones. Dijo que sus obligaciones se considerarán cumplidas una vez que el pago se realice en rublos, según el decreto firmado por Putin. Anteriormente, el ministro de Finanzas, Anton Siluanov, había dicho que el gobierno transferiría rublos que luego podrían convertirse en divisas.
"Hemos hecho todo lo posible para llevar el caballo al agua, pero no depende de nosotros que quiera beber o no", dijo Siluanov la semana pasada.