
Si en algo coincidían todas las previsiones que las casas de análisis han hecho de cara a este inicio de año, es que era momento de alejarse de la renta fija soberana, recomendación que los inversores están llevando a cabo al pie de la letra.
Esto es algo que ya se venia viendo desde el lunes en las operaciones de bonos americanos, que estaban haciendo caer (en precio) a las principales referencias estadounidenses. Sin embargo, la publicación este miércoles de las actas de la última reunión de la Reserva Federal aceleró las ventas de deuda tanto el propio miércoles como en la sesión de ayer.
Así, al T-Note se le llegó a exigir este jueves una rentabilidad superior al 1,74%, algo que no se había visto en mercado desde enero de 2020. Es decir, el bono se encuentra ya en máximos desde el inicio de la pandemia, con lo cual el mercado ya ha comprado la completa normalización de la situación en este sentido, pese a que los estímulos todavía continuarán, si no cambia el escenario, hasta el final del mes de marzo.
Lo que sí ha cambiado es que la transcripción del último encuentro muestra de forma clara la intención de acelerar este proceso de tapering por parte de los de Jerome Powell, lo cual podría dar cabida incluso a mayores incrementos de tipos de interés antes de lo previsto (el dot plot de la Fed apunta a tres ajustes al alza del precio del dinero de 25 puntos básicos cada uno de cara a este año).
El 'Bund' se acerca al positivo
Pese a que la aceleración del tapering va a llegar antes al otro lado del Atlántico que a este, las ventas de bonos también se están acumulando en el Viejo Continente. La referencia aquí es el Bund alemán, el cual se está acercando al terreno positivo y se sitúa en el -0,06%, algo que tampoco se había visto desde mayo de 2019. En el caso del bono soberano español a 10 años, se intercambia por una rentabilidad del 0,62%, 68 puntos por encima del alemán, lo que supone la menor prima de riesgo de los últimos dos meses.