Bolsa, mercados y cotizaciones

Cómo exprimir las cada vez menores ventajas fiscales de los planes de pensiones

  • Tienen un tratamiento fiscal diferente al de otros productos de ahorro
  • Este año la aportación máxima deducible baja a 2.000 euros y en 2022 a 1.500

Nadie cuestiona a estas alturas la necesidad de ahorrar a largo plazo para la jubilación. Los planes de pensiones son vehículos diseñados expresamente para ello, y con el fin de incentivar su uso se les dotó de ciertas ventajas fiscales que rápidamente se convirtieron en el principal atractivo de estos productos. "Siete de cada diez gestoras apuntan a la fiscalidad en las aportaciones como factor que más valoran los partícipes sobre los planes de pensiones como instrumento de ahorro, por delante de la rentabilidad, sobre todo en el largo plazo", según recoge la XII Encuesta de planes de pensiones elaborada por el Observatorio Inverco. Pero esta fiscalidad ha cambiado mucho en muy poco tiempo.

Esta misma encuesta traslada que el 97% de las gestoras de planes que operan en España cree que estos productos no están suficientemente incentivados, como alternativa de ahorro para la jubilación, en comparación con el resto de países de la Unión Europea. Las ventajas fiscales, de hecho, se han reducido este año y lo seguirán haciendo el próximo. ¿Cuáles son las que se mantienen y cómo se les puede sacar el máximo partido?

Aportaciones

El dinero destinado a estos productos -lo que habitualmente se conoce como aportaciones- se emplea para reducir la factura fiscal en la Declaración de la Renta. Esta deducción llegó a ser de un máximo de 10.000 euros hasta 2014, e incluso 12.500 para mayores de 50 años. En 2015 se igualó a 8.000 euros y en 2021 apenas se queda en 2.000 para volver a bajar a solo 1.500 euros en 2022. El Gobierno ha recortado esta cantidad, elevando al mismo tiempo la aportación máxima a los planes de empleo a 8.000 euros.

¿En qué se traduce esa nueva deducción de 2.000 euros este año? Depende del tipo al que se tribute en el IRPF. "Con un tipo marginal del 19% y una aportación de 2.000 euros al año, la devolución será de 380 euros. Si, en cambio, el tipo es de 47%, el nuevo máximo, con la misma aportación, la devolución será de 940", explican desde Abante Asesores.

Otra de las opciones es aportar dinero al plan de un cónyuge si este no obtiene rendimientos netos del trabajo ni de actividades económicas o son inferiores a 8.000 euros anuales. Pero aquí también ha habido un recorte a la cantidad máxima, al pasar de 2.500 a 1.000 euros.

Los planes de pensiones están perdiendo así gran parte de su atractivo. Según recoge el Informe Naranja 2021 de ING, "tres de cada diez personas se han visto afectadas por la reforma, ya que aportaban más de 2.000 euros". Por ello, un 15 % declara que dejará de aportar a su plan de pensiones y el otro 85 % aportará el máximo permitido o por debajo. ¿Qué hacer ante los cambios? "Los ahorradores que venían ahorrando por encima de los 2.000 euros anuales se deberán buscar otras opciones de ahorro a largo plazo que también ofrezcan una fiscalidad más ventajosa. Entre las alternativas estarían: los planes individuales de ahorro sistemático (PIAs) o los fondos de inversión", señalan en Bankinter.

Traspasos

Lo que no ha cambiado este año es lo relativo a la fiscalidad de los traspasos, es decir, la tributación por cambiar el dinero de un plan de pensiones a otro. Los partícipes no tienen que rendir cuentas con Hacienda por esos movimientos aunque ese dinero acumulado trasladado sea con ganancias. Los traspasos siguen exentos, también si se cambia el ahorro a un plan de previsión asegurado (PPA) o a la inversa. Esto no es algo exclusivo de estos productos, ya que por el dinero movido entre fondos de inversión tampoco se tributa.

Cuidado, eso sí, con las bonificaciones y los regalos habituales que ofrecen las entidades por mudarse de plan. Esto sí se considera un rendimiento del capital mobiliario, por lo que se gravará a la escala del ahorro, que actualmente va del 19% al 26% en función de la cuantía.

Rescates

En los planes de pensiones no se tributa hasta que se rescata el ahorro. Sería semejante a los fondos de inversión, donde tampoco se rinden cuentas de lo aportado hasta que se saca el dinero; o a las acciones en bolsa, por las que se tributa al vender. Sin embargo, su fiscalidad es otra. A diferencia del resto de productos y activos de inversión, los planes no están incluidos en las rentas del ahorro (donde la escala va del 19% al 26%), sino que se consideran rendimientos del trabajo, como el salario (gravados a los tipos general del IRPF, que van del 19% al 47%).

De ahí que los expertos recomienden rescatar el dinero de forma periódica y una vez llegue la jubilación, para que el tipo impositivo sea el menor posible. No obstante, se mantiene un coeficiente reductor del 40% para sacar el ahorro en forma de capital en las aportaciones realizadas hasta 2007. Con limitaciones. "Los que se jubilaron entre 2011 y 2014 pueden aplicarse la deducción en el año en el que se cumple la contingencia y en los ocho ejercicios siguientes, mientras que los que se jubilaron a partir de 2015 tienen el año de jubilación en curso y los dos siguientes para poder aplicarse la deducción. Es decir, 2021 es el último año para los que se hayan jubilado en 2013 y en 2019", apuntan desde Abante.

Hay que recordar que existen supuestos concretos para poder rescatar dinero de un plan de pensiones: en caso de enfermedad grave, invalidez, dependencia, desempleo, desahucio de vivienda habitual o una vez transcurridos 10 años (solo a partir de 2025).

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky