
Al igual que ha sucedido con las bolsas mundiales, el petróleo ha ido reaccionando día tras día a los nuevos detalles que se han ido conociendo sobre la variante ómicron. De esta forma, la aparición de esta nueva cepa hizo desplomarse el precio del barril de Brent más de un 16%, hasta situarlo por debajo incluso de los 70 dólares a mitad de la pasada semana, presionado por la incertidumbre que ómicron había generado sobre la recuperación de la economía y, en consecuencia, sobre la demanda de petróleo.
Con todo, las buenas noticias procedentes de los primeros estudios sobre ómicron han provocado que el crudo rebote al alza con fuerza. A media sesión de ayer el barril de Brent ya se anotaba casi un 9% desde los mínimos del miércoles y recupera así la cota de los 75 dólares.
También la OPEP y sus socios reaccionaron a este nuevo bache manteniendo, no obstante, el aumento de oferta previsto de cara al año que viene, de 400.000 barriles diarios a partir de enero a pesar de la liberación de reservas de EEUU y China. Sin embargo, dejaron la puerta abierta a nuevas modificaciones debido a la alta incertidumbre que existe por el nuevo brote de la pandemia. "Esto sorprendió al mercado, esperaba una pausa o un retraso en el inicio del aumento de producción, lo que también fue interpretado como un guiño a EEUU, que había criticado los precios altos", apuntan en Julius Baer.