A punto de despedir el 2021, toca echar la vista atrás y valorar lo vivido este año. En el caso del mercado, la valoración de Charlie Munger, vicepresidente de Berkshire Hathaway, es clara y contundente: está incluso "aún más loco" que durante el boom de las puntocom de finales de la década de los 90.
Las similitudes no escasean. Durante el boom de las puntocom, muchos inversores apostaron por las empresas tecnológicas, atraídos por el potencial de internet. Al igual que ahora, eran empresas sobrevaloradas, con pocos ingresos o beneficios. Un claro ejemplo actual sería la empresa de vehículos eléctricos Rivian, que salió a bolsa sin haber registrado ingresos significativos y ahora está valorada en unos 95.000 millones de dólares. Según los datos de Bank of America, la inversión en fondos de renta variable ha rozado los 900.000 millones de dólares en 2021, más que en los últimos 19 años juntos. Además, el Bitcoin ha subido más del 1000%.
La postura del segundo de abordo de Warren Buffett parece coincidir con la de la gestora. En el tercer trimestre de 2021, la liquidez de Berkshire Hathaway alcanzó un nuevo máximo al rozar los 150.000 millones de dólares. Por otro lado, Munger ha manifestado una valoración alcista respecto a las energías renovables, señalando que el abandono del carbón y la gasolina es "una medida inteligente para el mundo".
¿El fin de las criptomonedas?
"Desearía que no se hubiesen inventado", así de tajante se muestra el magnate de 97 años respecto a las criptomonedas. Al mismo tiempo, aplaude la postura del gobierno de China, quien ha prohibido este tipo de monedas digitales. Según Munger, la gente que está invirtiendo en criptodivisas no lo hace pensando en el cliente, sino en sí misma.
Independientemente de su opinión, a las criptomonedas podría quedarles poco tiempo. Recientemente, IBM presentó su ordenador cuántico Eagle, de 127 cúbits, y, además, anunció que alcanzarán los 1.121 cúbits en 2023. La llegada de los ordenadores cuánticos, que trabajan con los estados de los átomos (que pueden ser al mismo tiempo un 0 o un 1), pone en peligro la base que sustenta las criptodivisas: la blockchain.
El principal atractivo de las criptomonedas es que son prácticamente imposibles de hackear, ya que cualquier operación de compra o venta debe ser aprobada previamente por el 51% de los ordenadores de la red. Ningún ordenador ordinario cuenta con la capacidad suficiente para reemplazar tantos ordenadores, pero un ordenador cuántico sí.
Las claves criptográficas también estarán en peligro. Mientras que los ordenadores particulares necesitarían miles de años para calcular la clave pública que se genera a partir de la clave privada y secreta del propietario de cada criptomoneda, a un ordenador cuántico sólo llevaría unos minutos, si llega.
Expertos consultados por Business Insider señalan que, en una década, los ordenadores cuánticos estarán preparados para romper la criptografía de las criptomonedas. Otros creen que ese futuro llegará antes, en 3 o 4 años.