
Brasil representaba hasta hace unos meses un paradigma poco habitual en la economía mundial, con una divisa devaluada en un entorno sin inflación. Pero un cóctel perfecto de subida generalizada de los precios, el hundimiento del real a mínimos de seis meses y el encarecimiento de las materias primas, amenaza con quebrar este escenario. Como consecuencia, el Bovespa, la referencia bursátil del país, cotiza en niveles que no tocaba en trece meses tras firmar un descenso del 11% en 2021 y se sitúa como el selectivo más bajista de los cinco continentes.
Con la inflación instalada en niveles elevados del 10,25% -cotas que no alcanzaba desde enero de 2006, unos meses antes de la reelección de Lula da Silva-, el Comité de Política Monetaria (COPOM) del Banco do Brazil aumentó este miércoles los tipos de interés 150 puntos básicos, hasta el 7,75% -la sexta subida de tipos consecutiva- hasta su nivel más alto desde octubre de 2017. Con esta decisión, el organismo reaccionaba al debate fiscal de la semana anterior, en el que el presidente, Jair Bolsonaro, abandonó la austeridad fiscal con el posible deterioro del presupuesto del gobierno para 2022.
"Los mercados financieros esperaban la subida de tipos, mientras que las principales preocupaciones para el país siguen siendo el ruido político cada vez más fuerte, los riesgos fiscales y los flujos negativos", señala Julius Baer.
A la elevada inflación se suma el escaso crecimiento económico esperado, que podría derivar en un escenario de estanflación. El Banco do Brazil sitúa el PIB del país en el 5% para 2021, frente al retroceso del 4,05% del año anterior. De cara a 2022, las previsiones se sitúan en un 1,8%. "En función de la prolongación de la reciente relajación fiscal y de la probable reacción más agresiva de la política monetaria, los riesgos a la baja aumentan claramente de forma significativa en las perspectivas de actividad para 2022", apuntan desde Citi.
Para Jefferies, "la prueba de fuego para la economía brasileña vendrá del sector del consumo, donde las ventas al por menor han vuelto a la tendencia y los precios de la vivienda se han fortalecido. Sin embargo, el crecimiento de los salarios reales ha sido modesto en los últimos años". Para estos analistas, "las perspectivas del mercado brasileño dependen cada vez más de tres variables; en primer lugar, la condición del apetito global por el riesgo y el cambio en los flujos de capital. En segundo lugar, la demanda de materias primas por parte de China y, por último, las perspectivas de la economía nacional, dado el fracaso de las autoridades en la contención del Covid-19".
Jefferies: "La prueba de fuego para la economía brasileña vendrá del sector del consumo, donde las ventas al por menor han vuelto a la tendencia y los precios de la vivienda se han fortalecido"
Las estimaciones para el real tampoco acompañan. "El empeoramiento en el entorno mundial hace que los precios de los activos nacionales sean aún más sensibles. La desaceleración de China y la proximidad del tapering de la Fed indican un entorno menos benigno para los mercados emergentes", apunta Citi, al tiempo que advierte que esta percepción podría intensificarse a corto plazo si el significativo aumento de los precios de la energía empuja a la economía mundial hacia la estanflación. "Estos acontecimientos, combinados con la conocida sensibilidad del real brasileño a los factores globales, nos llevan a esperar que el par dólar/real se sitúe en 5,47 en 2021", añaden.
Desde el punto de vista bursátil, la caída del Bovespa brinda un potencial del 42,5%, hasta los 115.552 puntos. También se ha traducido en un abaratamiento del parqué brasileño. Tomando como referencia la previsión de beneficios para el próximo año, el PER (veces en las que el beneficio está recogido en el precio) del indicador de cara a 2022 es de 8 veces, sólo por encima de las 6,45 veces a las que cotiza Rusia y muy por debajo de las casi 22 veces estimadas para India. Con todo, Citi advierte: "Brasil se ha abaratado significativamente, pero no está históricamente barato en comparación con crisis anteriores". Esta ratio entre 2005 y 2006 llegó a caer por debajo de 6 veces.
Quien esté dispuesto a asumir el riesgo de invertir una parte de su cartera en un mercado que los próximos meses debe sortear una elevada inflación y posibles turbulencias políticas, tiene varios fondos disponibles a la venta en España. Los que mejor lo hacen en el lustro son el DWS Invest Brazilian Equities, y el Bradesco Glbl Braz Eqs, que logran rentabilidades anualizadas a 5 años del 7,5% y del 1,4%, respectivamente.
Compañías
La ventaja de una economía en desarrollo para firmas que provienen de un país con datos mucho menos volátiles es el crecimiento sin mesura -si se compara con España- que les aporta a sus cuentas. Brasil se encuentra ahora en una encrucijada después de haber dado dos pasos hacia delante -hasta el verano- y ahora uno hacia atrás, con un real y la bolsa en mínimos de nuevo. Ahora bien, la inflación, en el 10,2% actualmente, está presionando al Banco do Brasil con tipos al alza. Tras la última subida de esta semana, van ya seis desde marzo, hasta el 7,75% y no dejan de ser buenas noticias para el sector financiero, que vive ahogado en Europa desde que los tipos cayeron al 0% en 2016.
Con el precio del dinero a estos niveles, no es de extrañar que Banco Santander Brasil registre RoTEs allí del 21,6%, frente al 8% medio en Europa y al 6,5% en España, en sus últimos resultados trimestrales de cierre de septiembre. Julius Baer espera que se produzcan más subidas de tipos este año "hasta el 8,75% y el 9,75% en 2022".
El hecho de que su materia prima esté en mínimos hace difícil alcanzar ROEs del 10% a la banca española en conjunto, aunque sí lo logren en Brasil o EEUU. Santander Brasil, que cotiza en Sao Paulo, cotiza a 1,4 veces su valor en libros (que es el valor de sus fondos propios), frente a la matriz en las 0,67 veces. Y aunque en el año acumula una caída del 27%, su capitalización -en 19.800 millones de euros- representa el 35% del valor de mercado de Santander en España. Las últimas cifras reflejan una caída del margen de intereses del 23% si se compara con 2019 -pre-Covid- hasta los 5.782 millones de euros; y del 18% en el beneficio atribuido, a 3.526 millones en los nueve primeros meses. El pasado 6 de octubre la entidad sacó a bolsa a su filial de pagos en comercios, Getnet Brasil, que capitaliza 660 millones de euros, la mitad de los 1.300 a los que llegó en su salto al parqué a mediados de octubre.
La relevancia de Brasil para Mapfre es también muy importante. Supone también la cuarta parte de los ingresos del grupo, y a la espera de que el real vuelva a dar un respiro, su depreciación sigue pasando factura a las cuentas de la aseguradora. A cierre de septiembre, el resultado atribuido de Brasil para Mapfre cayó un 38,32%, hasta 50,1 millones de euros, que "se explica en parte por la caída "de la moneda, dice el grupo, y también por el aumento de la siniestralidad en Vida Riesgo, ante el repunte de la mortandad por casos de Covid. Además, la rama de Autos sigue sin ser rentable, con un ratio combinado en ascenso, en el 105,5% ante una mayor siniestralidad. Pero hay una parte positiva para una aseguradora como son los tipos más elevados, que favorecen su rentabilidad. Fernando Mata, director financiero de la compañía, asegura estar "acostumbrado" a mayores volatilidades y a tipos más altos, algo que es positivo para Mapfre. "Queremos que suban los tipos, pero como tenedores de bonos queremos que lo hagan de manera suave y estable", sostenía. Mapfre ha logrado, a cierre de septiembre, que su cartera de inversiones vuelva a ser rentable, con un 1,1%.
Iberdrola tiene en Brasil cerca del 18% de sus ingresos a través de su filial Neoenergía (que unificó su marca este verano). A cierre de septiembre, la capacidad renovable instalada ascendió a 3.851 megavatios, un 8,6% más que el mismo periodo del año previo, sobre todo en energía hidroeléctrica (dos tercios del total). La producción de energía renovable asciende a 8.800 gigavatios en Brasil. La firma destacó, a cierre del trimestre, "la subida de tarifas en redes en EEUU y Brasil", uno de los factores que ha ayudado a "superar el impacto negativo de menores márgenes en comercialización (debido al incremento precios de la energía) y la depreciación del real brasileño y el dólar".
Para Telefónica Brasil supone también cerca de una quinta parte de sus ingresos. A cierre del tercer trimestre la filial ganó 3.602 millones de reales (unos 560 millones de euros), un 3,56% más que en el mismo periodo del año pasado. A comienzos de año, la teleoperadora anunció la venta de sus torres en Latinoamérica a American Tower por 7.700 millones para reducir deuda. La filial, que cotiza en el Bovespa, capitaliza 11.600 millones de euros tras caer un 3% en el año, un 55% del valor de la matriz en España.
Prosegur Cash tiene una importante exposición a Brasil, con casi el 26%. La compañía, que se beneficia de una inflación al alza, anunció en verano su intención de doblar la facturación en 10 años a nivel global, donde Brasil jugará un papel relevante.