
La deuda europea emitida en 2021 con grado de inversión (al menos un escalón por encima de la calificación de basura) ha destruido 23.500 millones de euros en total respecto al valor por el que fue colocada, según calcula Bloomberg.
La agencia de información económica detalla que el 80% de estos bonos, 956 de los 1.147 emitidos desde que comenzó el año, ha caído por precio, y por lo tanto ha subido su interés en el mercado secundario, al predominar las ventas, tras aumentar las expectativas de inflación a medio plazo por la escalada del coste de la energía y los cuellos de botella en la industria, como consecuencia de la fuerte recuperación de la demanda tras la hibernación por la pandemia, y, por tanto, al acercarse teóricamente un incremento de los tipos de interés oficiales por parte del Banco Central Europeo (BCE), que los mantiene en el mínimo histórico del 0% para evitar precisamente que las condiciones de financiación ahoguen la reconstrucción.
Estas pérdidas de los bonos europeos con grado de inversión contradicen las posiciones oficiales que siguen defendiendo que el actual pico de la inflación es temporal, y también la relativa tranquilidad que se está viviendo en el mercado de deuda pública.
El rendimiento del Bund de Alemania, con vencimiento a 10 años, ha subido en las últimas semanas pero sigue en negativo, cerca del -0,1%, mientras que el interés que se exige al bono de referencia de España supera ligeramente el 0,5%, pero todavía está lejos del 1,22% en el que registró el punto de mayor tensión de la crisis del Covid.
El futuro que cotiza sobre la inflación media de los cinco años siguientes a 2026, y que sirve como previsión para la evolución de los precios a medio plazo en la eurozona, se encuentra en máximos de septiembre de 2014, cerca del 1,93%, tras no parar de ascender desde el 0,7% en el que se hundió en marzo de 2020.
Esta expectativa y las ventas generalizadas de bonos alientan el debate sobre las compras de deuda del BCE, la otra herramienta principal de la política monetaria de la eurozona acentuada en un programa de emergencia para favorecer la salida de la crisis provocada por la pandemia de coronavirus.