
La subida del precio de petróleo empieza a ser algo más que un quebradero de cabeza para las aerolíneas europeas. Al menos, así lo entienden las firmas de inversión que cubren su evolución, que en los últimos meses han reducido de manera drástica sus estimaciones de beneficio para 2022 y 2023 a pesar de que mantienen casi intactas sus previsiones de ventas.
Concretamente, desde enero, el consenso de mercado ha reducido en un 49% y en un 19% respectivamente la cifra de ganancias prevista para las grandes empresas del sector de cara al año que viene y al siguiente. Es decir, IAG, Air France, Lufthansa, Ryanair, easyJet y Wizz Air Holdings registrarán unos beneficios menores de lo inicialmente previsto a pesar de que sus ventas no se desviarán de lo estimado a comienzo de año más de un punto porcentual.
Y es que, tal y como aseguran desde Bank of America, "la recuperación de los viajes está en marcha en Europa, con las reservas intraeuropeas a más de dos tercios de los niveles de 2019, y la demanda internacional repuntando tras el anuncio de reapertura de Estados Unidos", algo que favorece que el golpe en bolsa sea más reducido de lo que podría haber sido.
Las coberturas, insuficientes
El incremento en el precio del barril de crudo ha supuesto siempre un calentamiento de cabeza para las compañías del sector, que ven como la materia prima de la que sale el combustible que utilizan sus aviones se encarece. Por eso, históricamente han recurrido a las llamadas coberturas, seguros para garantizarse el precio del crudo a un determinado nivel durante un periodo de tiempo concreto.
Sin embargo, tal y como han señalado en numerosas ocasiones los analistas las subidas del precio del petróleo son especialmente negativas cuando la demanda no es la más adecuada o está en recuperación -como es el caso actual-, puesto que no es fácil traspasar el mayor coste al cliente final. Así lo asegura Karolina Noculak, Directora de inversiones de Aberdeen Standard Investments, al afirmar que las empresas que corren más riesgo son las que no pueden trasladar los aumentos de costes a sus consumidores/compradores finales como "algunas aerolíneas y las empresas de logística o transporte, que probablemente sufrirán conforme continúa el aumento de los costes de los insumos".
Las firmas más afectadas en este sentido son IAG, Detsche Luftansa y Air France
Y es que, un incremento en términos unitarios puede provocar que las aerolíneas más débiles se vean incluso abocadas al cierre o forzar una mayor consolidación en el sector.
"La competencia sigue siendo muy intensa, a pesar del colapso de las pequeñas y medianas compañías aéreas europeas en los últimos 20 años. Muchas aerolíneas de menor tamaño sobreviven, mientras que las nuevas siguen encontrando apoyo, gracias a los bajos tipos de interés y a la abundante oferta de capital y aviones baratos", explican Azza Chammem, analista de Scope y Sebastian Zank, subdirector de calificaciones corporativas de Scope.
En este sentido, aunque los expertos consideran que las puntuales subidas del precio petróleo solo deberían influir en el sentimiento del inversor sobre estas compañías a corto plazo, y que luego el efecto positivo de los contratos de coberturas de combustible en sus cuentas de resultados debería compensar con creces este impacto, la realidad es que a la postre estas firmas se ven afectadas por el incremento en uno de sus costes más recurrentes.
Y según los datos recogidos desde Bloomberg, la demanda de combustible para aviones se elevará hasta abril de 2022, mientras que el precio del combustible para aviones se ha disparado un 22% desde el 30 de junio.
Las grandes afectadas
Las firmas más afectadas en este sentido son IAG, Deutsche Luftansa y Air France, que ha visto como los analistas han pasado de prever unas tímidas ganancias de media para ella en 2022 a esperar ahora pérdidas (ver gráfico). En el caso de la firma angloespañola y de la alemana, el recorte es superior al 60%.

Y no se trata sólo de un comportamiento que afecte únicamente a las compañías denominadas de bandera, sino que algunas de las firmas de bajo coste también se han visto afectadas. El caso de easyJet es el más palmario en ese sentido, al ver como sus previsiones de ganancias de 2022 se han reducido también en más de un 60% desde el mes de enero.
Todo ello, no obstante, no ha generado una rémora en las recomendaciones de los analista sobre ellas mismas. De hecho, solo la recomendación de Air France-KLM y de Wizz Air es ahora más negativa que la de comienzos de año y Ryanair e IAG siguen siendo las únicas con recomendación de compra del sector, mientras que Air France y Lufthansa reciben un cartel de venta.