Hace apenas un año y medio el petróleo estaba cotizando por debajo de 20 dólares el barril, en Europa, y en Estados Unidos los traders se veían obligados a pagar dinero a quien se hiciese cargo de los barriles que habían comprado en los mercados financieros.
Ayer el precio del barril se había multiplicado por más de 4 veces desde entonces, con una subida de casi el 315%, y regresó a los 80 dólares en Europa por primera vez desde 2018. Este miércoles los precios echan el freno y se mueven por debajo de esa cota.
Las cosas han cambiado mucho. La salida de la pandemia ha generado un enorme desajuste entre la oferta y la demanda, con un consumo que parece querer recuperar los perdido durante los meses en los que el mundo estuvo paralizado por el covid.
Los inventarios de petróleo globales que hace un año estaban en el nivel más alto que se ha visto desde 2015, ahora han vuelto a los niveles más bajos desde 2018, en los 2.889 millones de barriles, según los datos del Departamento de Energía estadounidense.
Ni siquiera el incremento de producción que ha acordado y ya está llevando a cabo el cártel que recoge a algunos de los mayores productores de petróleo del mundo está siendo suficiente para equilibrar la balanza y mantener los precios del crudo por debajo de los 80 dólares.
"La crisis energética mundial podría hacer que la demanda de crudo aumente si el hemisferio norte experimenta un invierno frío, ya que muchos países no están preparados para afrontarlo", explica Craig Erlam, analista de mercados de Oanda.
Con la OPEP bombeando cada vez más, distintos expertos ya apuntan a que el ritmo al que el cártel está aumentando la oferta en este momento no va a ser suficiente para evitar que los inventarios globales continúen menguando, y que, por ello, la Organización se va a ver obligada a revisar su acuerdo para aumentar el ritmo de bombeo en los próximos meses. "El mercado de petróleo es ahora muy distinto del que había hace un mes. La demanda está siendo sólida y está sustituyendo el gas natural, debido a los altos precios de este último", explican desde Vitol.
Y es que, en las últimas subidas del crudo, el gas natural tiene un papel protagonista. Es la materia prima que más sube en el año, un 310% (el barril Brent lo hace un 53%), y el mercado está empezando a sustituirlo por petróleo para la generación de electricidad. Algunas firmas ya han empezado a poner cifras sobre la mesa, con Goldman Sachs pronosticando que la demanda de crudo podría aumentar en más de 2 millones de barriles diarios si el gas sigue subiendo, y Bank of America espera que la demanda en Asia y Europa rote del gas al petróleo y sube en este último en 1,8 millones de barriles diarios.
Gana más de un 50% anual
El precio de los futuros del petróleo Brent retrocedía en torno a un 0,5% a media sesión de ayer, situándose en la zona de los 79,2 dólares por barril, aunque a lo largo del día llegó a tocar los 80,75 dólares. Asimismo, los futuros de West Texas caían alrededor de un 0,3% y se situaban en la zona de los 75,2 dólares por barril, llegando a tocar los 76,67 dólares durante la jornada. El crudo estadounidense, que se revaloriza un 55% desde enero, también está en niveles no vistos desde 2018.
En Europa, el sector de energía del Stoxx 600 cotizaba plano, pero era el único que lo hacía en positivo frente al descenso del 4,5% de la tecnología, en un día de importantes ventas generalizadas en los mercados. En el año, el sector se revaloriza un 16,5%.
Ayer sobresalió la subida en bolsa del noruego Equinor, que batió un récord en el precio de la acción (gana un 50% en 2021) mientras Repsol destacaba en la bolsa española (ver apoyo). Por otro lado, en EEUU el sector oil & gas del S&P 500 acumula una rentabilidad del 68% en el año, con los ascensos destacados de Devon Energy (128,6%), Marathon Oil (107%) o Diamondback (94%). El martes, la mayor subida fue la de Schlumberger, con un 3%.