
Cantaba en el tango Carlos Gardel que veinte años no es nada, pero en cuestión de tecnología habría mucho que objetar. Piense por un momento: ¿cómo se comunicaba hace dos décadas? ¿Cómo se entretenía? ¿Qué dispositivos electrónicos utilizaba?
Parece mentira, pero cuando Nueva York sufría los atentados de aquel fatídico 11 de Septiembre, nadie usaba Gmail ni Google Maps, ni veía vídeos en YouTube, ni publicaba sus fotos en Facebook. Aún tardarían en aparecer WhatsApp e Instagram, Skype, Zoom, Tik Tok o Uber. Ni rastro de Tinder. El acrónimo Faamg, que engloba a Facebook, Amazon, Apple, Microsoft y Google, tan presente hoy en la jerga bursátil, ni siquiera existía.
La app economy construída sobre las tecnologías de la información y la comunicación ha vivido su momento de esplendor en los últimos veinte años. Una etapa que surgió tras el estallido de la burbuja puntocom: entre marzo y abril del año 2000, los valores combinados del Nasdaq perdieron 1 billón de dólares de capitalización bursátil, según datos publicados por la revista Time. Algunas de las mayores caídas en bolsa en aquel momento fueron las de Cisco Systems, CMGI, Internet Capital Group, Yahoo y AOL.
En septiembre de 2001, Microsoft, Intel e IBM eran las firmas tecnológicas más valiosas de la bolsa mundial. Claro que el tamaño de Microsoft en la época era de 344.500 millones de euros, mientras que en la actualidad roza los 2 billones de euros (en dólares, ya sobrepasa los 2 billones).
En cambio, IBM ha perdido valor: de los 186.200 millones de euros que valía en 2001 a los 105.000 millones que vale ahora. En la clasificación de las veinte compañías de mayor capitalización bursátil a comienzos del siglo, aparecían los grandes operadores de telecomunicaciones y telefonía del momento: Nokia, Ericsson y Motorola -¿quién no recuerda el famoso tono de llamada de Nokia, compuesto por Francisco Tárrega, por cierto?-.
En esa lista de las empresas tecnológicas más poderosas de su tiempo también estaban los fabricantes de microchips, tarjetas gráficas y memorias de almacenamiento de datos. Además de Intel, sobresalían Texas Instruments, Qualcomm, Applied Materials, STMicroelectronics y Micron Technology. Asimismo, destacaban firmas importantes de servicios digitales, como Cisco Systems, Oracle y SAP.
La nota anecdótica la ponían Canon y Fujifilm, que hace veinte años todavía tenían su peso en la bolsa por la fabricación de cámaras fotográficas y el revelado de imágenes, algo que empezaría a quedar obsoleto con la incorporación de cámaras de calidad a los teléfonos móviles.

La era de las Faamg
Microsoft era la empresa tecnológica más valiosa en bolsa en 2001 y es una de las pocas compañías que ha mantenido su tamaño y relevancia en el parqué en estos veinte años. El precio de sus acciones era de 28,79 dólares el 11 de septiembre de hace dos décadas, mientras que ahora roza los 300 dólares, un 900% más.
Sin embargo, dos compañías que en 2001 no aparecían entre las veinte tecnológicas de mayor tamaño en bolsa han superado a Microsoft. Por un lado está Apple, que había salido a bolsa en 1980, y que hace veinte años acumulaba una capitalización bursátil de 6.000 millones de dólares (frente a los más de 2 billones actuales). El precio de los títulos del fabricante del iPhone era de 0,26 dólares el 11 de septiembre de 2001 y se ha revalorizado un 59.000% hasta los 154 dólares que presentaba este miércoles.
Del mismo modo, Amazon no se contaba entre las empresas tecnológicas más valiosas de la bolsa estadounidense hace dos décadas. En cambio, hoy es la segunda compañía de mayor tamaño en Wall Street; y el precio de sus acciones ha subido un 40.400% (se ha multiplicado por 400 veces) hasta situarse en la zona de los 3.500 dólares actuales.
Los últimos veinte años han supuesto el auge y la consolidación de las llamadas Faamg (Facebook, Amazon, Apple, Microsoft y Google): compañías que manejan más dinero que algunos países y que han diversificado su negocio más allá de su producto o servicio original hacia los ámbitos de la inteligencia artificial, la computación en la nube (cloud) o la conducción autónoma y la robótica. Alphabet, matriz de Google, salió a bolsa en 2004 y Facebook lo hizo en 2012. Tencent, la respuesta china a las redes sociales norteamericanas, también empezó a cotizar en 2004 en la Bolsa de Hong Kong.
Las dos últimas décadas han visto convertirse en gigantes a empresas del sector de semiconductores, como Nvidia, ASML, Broadcom y Advanced Micro Devices. El mismo camino han seguido compañías especializadas en el desarrollo de software y servicios digitales, como Salesforce, Adobe o Intuit.